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Argentina y el agro, entre EEUU y China: “No nos podemos dar el lujo de elegir entre uno y otro”

Fuente: Infocampo 16/04/2025 09:45:10 hs

En pleno lanzamiento de la Campaña Fina 2025/26, desde la Fundación INAI remarcaron la importancia de mantener el vínculo comercial con ambas potencias y la relevancia que tiene el sudeste asiático en el comercio exterior argentino.

Luego del entusiasmo al proclamar la posibilidad de que el trigo recupere unas 400.000 hectáreas para la siguiente campaña, área que marcaría un pico en 20 años, el análisis de la coyuntura internacional fue materia de debate por los especialistas que trabajan en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.

Se trata de una semana más que especial para la economía argentina y las relaciones con las dos principales potencias globales, como Estados Unidos y China: en los últimos cinco días el Gobierno pasó de confirmar el préstamo por U$S 20.000 millones de parte del Fondo Monetario Internacional, la salida del cepo cambiario y la “flotación” del dólar entre los $1.000 y $1.400.

Acto seguido, el presidente Javier Milei recibió en la Casa Rosada a Scott Bessent, secretario del Tesoro de Estados Unidos, quien presionó a través de una entrevista con la agencia Bloomberg con la idea de que Argentina cancele el swap que nuestro país mantiene abierto con el Banco Popular de China.

“Cabe destacar que la renovación del swap también ha desempeñado un papel importante en la obtención del financiamiento del FMI”, respondió rápidamente la Embajada china en Buenos Aires, en una extensa publicación.

ARGENTINA Y UN DELGADO EQUILIBRIO ENTRE CHINA Y EEUU

En ese esquema de pulseada global, la Argentina busca hacer equilibrio entre las potencias, y buena parte de las exportaciones agropecuarias dependen de ello.

Uno de los ámbitos en los cuales se sigue de cerca las posibilidades del conflicto -por ahora comercial- es el Instituto para las Negociaciones Agrícolas Internacionales (INAI), que funciona en el interior de la entidad porteña.

Se trata de una organización sin fines de lucro creada en 1999, que busca engrosar la capacidad negociadora del país y potenciar su inserción en el comercio internacional. Desde octubre de 2005 se creó la Fundación INAI, cuyo director actual es Maximiliano Moreno.

Luego de la presentación que encabezó con los pormenores de la campaña del trigo y cebada, el especialista dialogó mano a mano con Infocampo. “Estados Unidos tiene un gran déficit comercial y fiscal que necesita renegociar”, explicó.

José Martins, Ramiro Costa y Maximiliano Moreno

-¿De cuánto es ese “rojo” que señalabas sobre el pasivo de Estados Unidos?
-Estados Unidos es el principal importador mundial, pero cuando vos mirás los números de ese país casi la mitad de lo que importa lo hacen desde tres países: México, China y Canadá. En la tendencia de importaciones, su rojo comercial creció más de un 30% en los últimos 4 años. Sumado el hecho de que el arancel promedio que aplica Estados Unidos a sus importaciones es relativamente más bajo que el de sus socios comerciales, es de 3,4% y salvo Singapur y creo que Emiratos Árabes o Israel, el resto de los países aplican aranceles más altos. Argentina, por ejemplo, tiene un arancel de 13,4% es decir, casi cuatro veces el arancel de Estados Unidos. Con lo cual, lo que uno esperaría en las próximas semanas y eventualmente meses es que Estados Unidos vaya desarrollando un proceso muy artesanal de negociación país a país donde vaya buscando entendimientos.

-En este escenario, esta semana vino el secretario del Tesoro de Estados Unidos. Pero no a una gira por la zona sino solamente a Buenos Aires. ¿Cuál es el significado político y comercial a nivel global de eso?
-Vino especialmente en un día simbólico para Argentina, que después de años salió del cepo, es una señal de respaldo político, que ya excede lo simbólico porque fue expresa y planteó su apoyo a la gestión del presidente Milei y a muchas de las políticas económicas que se están llevando adelante. Incluso algunas declaraciones puntuales sobre la posibilidad de firmar un acuerdo comercial con la Argentina te demuestran que no es simplemente una palmada en la espalda y decirte “muy bien por lo que estás haciendo”, sino que nos posiciona como uno de los países con los cuales uno confía primeramente que va a negociar Estados Unidos. Luego, cada uno defiende su interés y nadie te regala nada.

-Del otro lado también está China. ¿A la Argentina le sirve estar en esa posición o ha quedado en un lugar incómodo?
-Son las dos principales potencias económicas del mundo, es decir, es imposible pensar hoy un mundo donde el comercio internacional sea propio de la Guerra Fría, eso no existe más. Entre ellos dos, los flujos comerciales y los flujos de inversiones son muy profundos. Hay que ser pragmáticos. Porque en definitiva, si bien la diplomacia pública es fundamental para avanzar en estas aperturas de mercados y rebajas de aranceles, al final del día el que exporta es el sector privado. En su momento el expresidente Macri tenía una excelente relación con su momento con Obama y después con Trump, pero cuando fue la Cumbre de líderes del G20 acá en Argentina se recibió al presidente chino Xi Xinping y a una enorme comitiva de los tres poderes de China. Se pudo mantener ese equilibrio. Queremos ser socios estratégicos de Estados Unidos, por supuesto, pero también queremos seguir siendo socios preferenciales en el mercado chino porque es un mercado de 1400 millones de habitantes y con una economía muy complementaria en Argentina. Países como Argentina no pueden darse el lujo de elegir o uno o el otro, tiene que ser uno y el otro.

-Días atrás una importante empresaria del rubro azucarero planteó en este medio que “algunas actividades debían ser reguladas” y que era hora de proteger a las economías regionales. ¿Cómo es el comportamiento de otros países con producciones de menores escalas que los grandes commodities?
-Es imposible hacer una generalización. En algunos países directamente no existe la noción de economías regionales. Eso tiene que ver con un país con la riqueza que tiene Argentina que puede convivir el complejo cerealero con el de las oleaginosas, la cadena de la carne bovina, el sector pesquero, etc, y las economías regionales. Entonces, no todos los países lo regulan de la misma manera. La FAO ha establecido algunas directrices porque seguramente hay sectores donde no tenés dos economías regionales iguales y donde los trajes a medida son indispensables. Entonces, yo creo que siempre reflejarnos en ejemplos de otros te puede demostrar casos positivos, pero al final del día vos tenés que adoptar medidas que respondan a la idiosincrasia, la particular de cada sector. Pensar que un productor argentino, pequeño productor argentino de una economía regional tiene alguna similitud con un pequeño productor en China o en Rusia o en América Central, es desconocer la riqueza, la diversidad cultural que hay. Así que en términos generales, yo lo que diría es que las soluciones deben ser a medida de acuerdo a la necesidad de cada sector y para eso el diálogo con el sector es fundamental para lograr este entendimiento.

Catalina, la joven empresaria del azúcar que no teme hacer reclamos: “Hay actividades que tienen que ser reguladas”

-Uno de los criterios que mostraron en la presentación de la campaña fina que se viene fue el salto en la demanda que llega desde el sudeste de Asia. ¿Argentina debe tener formalmente un agregado agrícola allí?
-No solamente creo que es muy conveniente que lo tenga, sino que en los próximos días va a haber un traslado formal del actual agregado en Moscú y él se va a estar trasladando a Vietnam. Eso entiendo que es cuestión de meses.

-¿Qué observan de la zona?
-Entendemos que hay tres zonas geográficas estratégicas para la Argentina. El sudeste asiático, más allá del muy buen trabajo que hace el agregado agrícola que está en Beijing, China, es clave. Pero me parece que la apertura de Vietnam y generar concurrencias en los agregados agrícolas en la zona es fundamental, porque nos encantaría tener 200 agregados, más allá de que sabemos que es imposible, pero que el agregado pueda cubrir zonas geográficas que vayan más allá de su país también es fundamental. Me parece que también hay que pensar en el futuro y cuando el presupuesto lo permita, el norte de África y Medio Oriente.

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-¿Por qué?
-Son tres zonas que de acuerdo a las estadísticas de los organismos internacionales más van a crecer en términos de demanda de alimentos. Son deficitarios en el consumo porque consumen más de lo que producen y a partir de su crecimiento económico y crecimiento demográfico nos van a generar oportunidades. Pero son mercados complejos que tienen sus particularidades. Entonces, tenemos también que diversificar destinos porque estamos acostumbrados a pensar en Brasil, en Europa, en Estados Unidos. Son mercados occidentales, que son mercados maduros donde los entendimientos son mucho más sencillos, las empresas están de un lado y del otro. Pero en esos otros mercados donde hay distancias idiomáticas, culturales, de tradiciones, de negocios, vos necesitás una persona que esté en el terreno, te facilite esto y que permita que fluya de manera mucho más sencilla. Así que creo que confío que el día de mañana cuando el presupuesto lo permita, tengamos más de sus presencias en estos mercados.

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