Por qué es hoy el Día del Malbec
Es la fecha de 1853 en que se presentó un proyecto para desarrollar la vitivinicultura en Argentina. La cepa se convirtió en referente del país. Enterate de las características del vino según las regiones....
Es la fecha de 1853 en que se presentó un proyecto para desarrollar la vitivinicultura en Argentina. La cepa se convirtió en referente del país. Enterate de las características del vino según las regiones.
BUENOS AIRES (NAP*). El Día Internacional del Malbec es una fecha dedicada a agradecer y honrar la llegada al suelo argentino de esta variedad que se convirtió en el emblema vitivinícola del país.
El Malbec llegó en 1853 de la mano del francés Michel Aimé Pouget, un agrónomo contratado por Domingo Faustino Sarmiento para llevar adelante la dirección de la Quinta Agronómica de Mendoza, un proyecto que proponía incorporar variedades finas europeas a los viñedos cuyanos como medio para empujar la industria vitivinícola nacional.
El 17 de abril de 1853 se presentó el proyecto ante la Legislatura Provincial, con el objetivo de fundar una Quinta Normal y una Escuela de Agricultura. El proyecto fue aprobado con fuerza de Ley por la Cámara de Representantes el 6 de septiembre del mismo año.
El 17 de abril es, entonces, no sólo el símbolo de la transformación de la vitivinicultura argentina, sino el punto de partida para la expansión de nuestra variedad icónica.
Malbec argentino
Así que el origen del malbec no es local. La uva es oriunda de Cahors, región vitivinícola del sudoeste de Francia, la Malbec o “Côt” se conoce por producir, como alguna vez expresó el monarca Enrique III “los vinos negros de Cahors”, bautizados así por la alta concentración de color y estructura que la variedad logra en ese terruño.
Pero es en Argentina donde la malbec encuentra el punto más destacado. De gran expresión frutal, floral y con taninos suaves y redondos, logra en el país una expresión equilibrada, con sabores agradables y fáciles de disfrutar.
Espumantes, rosados, dulces, tintos ligeros, tintos de cuerpo medio y tintos con gran estructura y capacidad de guarda, todos se pueden lograr en con esta uva y su enorme versatilidad.
De norte a sur
Si bien como regla general vamos a decir que un Malbec arquetípico es un vino de color violáceo intenso con aromas de ciruelas maduras, algo floral y un cuerpo jugoso y redondo, su expresión va a cambiar según el lugar donde estén plantados sus frutos.
El terruño, como en cualquier otra variedad, también va a hacer su parte y dotar a la vid de características determinadas que son dadas por el clima, los suelos, la situación geográfica y cómo el hombre acostumbra a trabajar la vid.
Acá un repaso de las principales zonas de nuestro país y las características de sus malbecs:
Norte (Salta, Jujuy, Catamarca): La cercanía al trópico y las grandes alturas hacen que esta zona este muy cerca del sol. Esto genera que las uvas tengan pieles de gran grosor para defenderse de la radiación y, con ello, mayor cantidad de polifenoles (aromas, sabores y color) que se traducen en Malbecs de gran intensidad de color, con un buen caudal de fruta roja madura y notas de especias como pimienta negra, pimentón, además de taninos firmes y maduros.
San Juan: Con el Valle de Pedernal como protagonista, las fincas, encerradas entre la precordillera y los cerros oscilan entre los 1300 y 1600 msnm. Los vientos que moderan las temperaturas, el clima más fresco por la altura y los suelos calcáreos dan como resultado malbecs que se destacan por sus aromas de fruta negra madura con notas herbales, trazos minerales de grafito, cuerpo jugoso y taninos de tiza.
Luján de Cuyo (Mendoza): Conocida como la “Tierra del Malbec”, es la primera denominación de origen de Argentina y de América, y es la zona que nos “moldeó” el paladar sobre cómo debe saber un tinto de esta variedad. Aunque encierra muchas subzonas (Agrelo, Perdriel, Vistalba) y por ende microclimas, podemos decir que la gran cantidad de horas de sol que recibe y las alturas menos extremas (900 msnm promedio) permiten una buena madurez de la uva y por ende, vinos muy frutales, con aromas de frutas maduras, notas balsámicas y de especias dulces como la canela con una boca amable, con buen cuerpo y taninos dulces.
Valle de Uco (Mendoza): Al ser una región más alta posee una mayor amplitud térmica entre el día y la noche y con ello una maduración más progresiva de los aromas y sabores y una mayor conservación de la acidez natural. Los vinos de esta zona se muestran con una gran intensidad de color violáceo, austeros en fruta, con predominancia de aromas florales como violetas y notas especiadas de pimienta negra. De acidez refrescante y taninos firmes y compactos.
Patagonia (Río Negro, Neuquén): Si bien aquí las alturas no son significativas, la latitud hace su parte aportando muchas horas de sol en época estival, lo que genera una madurez progresiva, sin sobresaltos. Los fuertes vientos patagónicos generan hollejos gruesos que de traducen en vinos de gran intensidad de color. Malbecs de aromas delicados de fruta negra y roja fresca y un gran equilibrio entre su acidez pronunciada y sus taninos moderados. (Noticias AgroPecuarias)
Por Victoria Ortemberg, publicado en Filo.news.