En 2019 se necesitaron 769.200 fletes más para trasladar la producción
Un informe de FADA relevó datos sobre los resultados que tuvieron las bajas de retenciones, tanto para el área productiva como para el desarrollo del país en general. Sobre eso dialogó con Radio Campo el economista Jefe de la Fundación, David Miazzo.
Un estudio de la Fundación FADA expresa que el efecto que tiene un derecho de exportación sobre la producción de un bien es el de reducir su precio y, por la ley de oferta, su producción. Por el contrario, cuando se reducen estas “retenciones”, mejora el precio que percibe el productor, esto desencadena incentivos a invertir más y producir más, por lo que el resultado termina siendo más producción, más actividad económica, más exportaciones y más empleo.
Sobre eso dialogó con Radio Campo –por Radio Colonia– el Economista Jefe de FADA, David Miazzo, que explicaba que “cuando se produce más, ingresan más dólares y esos dólares contribuyen a atender los compromisos del país“, y marcaba que “si algo queda claro de la corrida cambiaria de los últimos dos años y de, prácticamente, todas las crisis económicas del país, es que el país necesita los dólares”.
Y los dólares los generan de manera genuina produciendo y exportando más, o los tiene que salir a pedir prestado, o debe incumplir sus obligaciones, tanto con los acreedores externos como con los propios argentinos. Es así que, con los derechos de exportación se puede mejorar el resultado fiscal, pero al mismo tiempo se deteriora la balanza de pagos y la actividad económica, que son los caminos genuinos para que el país crezca.
Según explicaba el miembro de FADA, un primer impacto de bajar derechos de exportación, e impuestos en general, es que se genera un efecto de impulso a la producción. Comparando las cosechas 14/15, con derechos de exportación del 35% para soja, 23% para trigo y 20% para maíz; vs. la campaña 18/19, con derechos de exportación (a noviembre) del 24,7% para soja, 6,7% para trigo y 6,7% para maíz; el área cultivada se incrementó en 2,4 millones de hectáreas.
El incremento de área sembrada se tradujo en incremento de toneladas producidas. La producción de maíz creció en 23,2 millones de toneladas (+69%), la de trigo en 7,7 (+68%), la de girasol en 700.000 y la de maní en 300.000. Al mismo tiempo, la soja cayó 6,4 millones de toneladas, cebada 900.000 y sorgo 1,5 millones. En total, la producción creció en 23,1 millones de toneladas.
Estas 23 millones de toneladas más que se produjeron, significaron 3.097 millones de dólares más sólo en 2019, con los mayores aportes positivos de maíz y trigo y negativos de soja y sorgo. Son más ingresos de divisas al país, más actividad económica y más empleo.
Fletes
En términos de fletes, las 23 millones de toneladas, significaron que en 2019 se necesitaron 769.200 fletes más para trasladar la producción, por nombrar sólo uno de los impactos de lo que significa la mayor producción. La mayor producción significó un valor en fletes de 26.617 millones de pesos. Lo que representó 10.809 millones de pesos en impuestos.
Empleo
Sólo en el sector de transporte y logística, se crearon 17.500 puestos de trabajo entre 2015 y 2018 (último dato disponible) ligados a la actividad de transporte y logística de las cadenas agroalimentarias y agroindustriales. Así, sólo en este sector, los puestos de trabajo relacionados a la carga agropecuaria, significaron 279.680 puestos de trabajo en 2018, incluyendo asalariados registrados, asalariados no registrados y no asalariados (ej.: camionero cuentapropista).
Si se estima para todas las cadenas agroalimentarias y agroindustriales, se crearon 108.973 puestos de trabajo. Dentro de ese aumento de empleos, algunos ejemplos: la actividad “servicios agrícolas” aportó la creación de 58.025 puestos de trabajo. En “la producción y procesamiento de carne y productos cárnicos” se crearon 8.117 puestos, y en la “elaboración de productos de molinería” 3.804 nuevos puestos de trabajo, entre otras áreas que sumaron empleos.
Fiscal
Siguiendo con la comparación de campañas, 14/15 con más derechos de exportación y 18/19 con menos, por cada peso que se redujeron los derechos de exportación, el Estado recuperó de manera automática por el impuesto a las ganancias y el impuesto a los créditos y débitos bancarios el 51,3% en soja, el 92,4% en maíz y el 88,7% en trigo.
Además, por cada 1% que bajaron los impuestos, por efecto de la baja de derechos de exportación, subieron 16,78% las hectáreas cultivadas con maíz y 9,94% las cultivadas con trigo. En cuanto a la recaudación fiscal global, por cada dólar que el Estado dejó de recaudar de manera directa, aumentó en 2,22 dólares el valor de la producción.
Inversión
En el caso de la maquinaria agrícola, si se comparan los primeros tres trimestres de 2019 versus los primeros tres de 2015, el incremento en las ventas fue del 81,4%. Por el lado del consumo de fertilizantes, entre 2014 y 2018 se produjo un incremento de la fertilización del 37,9%.
Sustentabilidad
Con la reducción de retenciones, en la campaña 18/19 la rotación de cultivos mejoró ya que la relación soja/maíz alcanzó un 1,88. En otras palabras, en un lote promedio, hubo dos años soja y un año maíz. En cambio en la campaña 14/15 la relación soja/maíz fue de 3,28. Es decir que hubo soja durante tres años y un solo año maíz.
Precios