En la actualidad nos encontramos en numerosas ocasiones bajo la producción agrícola ganadera en zonas que poseen bajos inundables. La presencia de napa freática cercana al cultivo genera un exceso de agua en el suelo, o en cualquier medio en que se desarrollen las raíces de las plantas, respecto a su capacidad de campo, consecuencia

En la actualidad nos encontramos en numerosas ocasiones bajo la producción agrícola ganadera en zonas que poseen bajos inundables.

La presencia de napa freática cercana al cultivo genera un exceso de agua en el suelo, o en cualquier medio en que se desarrollen las raíces de las plantas, respecto a su capacidad de campo, consecuencia de la sustitución prolongada de la fase gaseosa del suelo por una fase líquida (agua). La limitación de oxígeno origina numerosos cambios físicos, químicos y biológicos en el suelo, entre los que cabe destacar: la producción de substancias tóxicas (ácidos orgánicos, hidrocarburos gaseosos p.ej.: metano, dióxido de carbono y sulfuros, etileno) y la pérdida de compuestos solubles de nitrógeno y desequilibrios en otros nutrientes debido a la actividad anaeróbica microbiana (Walker, 1975).

Los mencionados procesos de anoxia por napas demasiado cercanas a la superficie (con pérdida de plantas o reducción de rendimientos), sumados a los problemas físicos de suelo (la falta de piso para sembrar, realizar labores intermedias y/o cosechar) y al ascenso de sales por capilaridad, provocan importantes pérdidas económicas en los sistemas productivos que presentan niveles de napa altos. (Pardos, 2004)

El aumento paulatino en cantidad y superficie de lagunas temporarias y permanentes, tienen numerosas causas.

La primera es el cambio en el uso del suelo, tendiente a aumentar la superficie agrícola en zonas que anteriormente poseían montes o rodales, o la tendencia de realizar agricultura en zonas de aptitud netamente ganadera. Con este cambio en el uso del suelo se genera una saturación de los suelos ante eventos lluviosos, generando escurrimiento excesivo del agua, que luego es depositada en los bajos naturales.

Otra de las causas es una deficiente rotación en las zonas altas de las cuencas. Esta falta de rotación no favorece la infiltración, por ende gran parte de los eventos lluviosos no logra percolar en el perfil del suelo, provocando un escurrimiento a zonas bajas.

El material genético del suelo, y los eventos extremos de precipitaciones, también son condiciones que favorecen el aumento del nivel de la napa freática.

Medidas para mitigar y/o evitar estos problemas

Existen numerosas formas de manejar los problemas generados por napas cercanas a la superficie.
Por un lado, a nivel regional, se puede generar un sistema de canalización a cielo abierto que genere un drenaje de las lagunas temporales. Estas obras deben ser correctamente dimensionadas y aprobadas por los municipios locales.

Estas obras sirven para mitigar, pero es necesaria que sean acompañadas de algunas prácticas a nivel predial. Siguiendo con la línea de drenaje, existen implementos agrícolas como el cincel, cuya función es romper la capilaridad que genera el ascenso del agua. Este efecto se genera mediante la generación de una capa de aire a la profundidad del implemento, que produce la irrupción de la columna de agua. Al mismo tiempo el uso de implementos como el dren topo, o de tuberías subsuperficiales, generan un drenaje de los excesos de agua hacia niveles más bajos en el terreno.

Las medidas nombradas anteriormente no son las únicas, y deben ser acompañas sin dudarlo, de una intensificación en la producción agrícola, este es tal vez, el objetivo de mayores beneficios a corto, mediano y largo plazo. El objetivo de ello es extraer el agua disponible en el suelo mediante el uso de los cultivos, ya sean de renta como de servicios.

La evaporación con rastrojo o con el suelo desnudo, genera un nivel de ascenso de la napa mucho más grande que el que provoca la extracción del agua por medio de los cultivos. Esta evaporación muchas veces va acompañada de un ascenso de sales si la napa freática es salina. Si se utilizan cultivos de renta, estamos utilizando el excedente de agua para obtener una cosecha de grano fino, por lo tanto el beneficio es tanto económico como ambiental.

Una intensificación a nivel regional, con un buen nivel de rotación, favorece a una buena infiltración en la cuenca y un consumo eficiente del agua, probando así una correcta disminución de la altura de la napa freática a niveles no perjudiciales.

Ing. Agr. Emilse N. Vigliecca – www.conservagro.com