Creen que el ajo le ganaría terreno a los cultivos de verano por el cambio climático
Así lo señala un estudio a cargo del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA, CONICET, Mendoza). Los detalles.
Un estudio a cargo de científicos del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA, CONICET, Mendoza) estima que el cultivo de ajo se vería beneficiado por el cambio climático.
Mientras se pronostican aumentos entre 3 y 4°C para el verano y entre 1 y 2°C en invierno para la región andina central; se espera que los veranos sean más lluviosos en las zonas de cultivo, mientras que los glaciares reciban menos nieve para su reposición.
Según el investigador del INTA La Consulta de Mendoza, José Antonio Portela, el cultivo de ajo en la región no se vería tan afectado por las fluctuaciones térmicas del ambiente en este proceso de calentamiento global, como sí sucederá con los cultivos de verano.
“Por ser el ajo un cultivo de invierno, no se verá tan afectado en su crecimiento por las variaciones en las lluvias, pero serán más complicadas las etapas de cosecha y poscosecha”, explicó Portela, y agregó: “Esto va a requerir, cuando menos, que los productores dispongan de estructuras adecuadas para la conservación de sus ajos hasta la venta, aspecto que hoy solo puede ser satisfecho para el 30% de la producción nacional”.
El estudio también informa que en los últimos años hay una tendencia que sugiere mayores temperaturas durante la primavera, algo que tendría efectos positivos sobre este cultivo.
Una vez cubierto el estímulo de frío que la planta necesita para la bulbificación, el rendimiento va a depender de que haya temperaturas en aumento que promuevan el crecimiento.
Otro aspecto importante del cambio climático, es el efecto que tiene sobre los organismos que atacan al cultivo de ajo. Los aumentos en las temperaturas de primavera no sólo favorecerán el crecimiento del cultivo, sino también el de sus plagas y enfermedades.
“Todas estas adversidades, si no se anticipan y se toman medidas para mitigarlas, se traducirán cuando menos en incrementos en los costos de producción, con la consecuente pérdida de rentabilidad para la actividad”, remarcó el investigador.
En este sentido, resaltó: “Si el sector productor-empacador-comercializador del ajo local se organizara y acordara sacar provecho de la situación, los cambios en el ambiente podrían no ser una adversidad, sino una oportunidad para potenciar el valor del ajo argentino en el contexto global”.
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