Con la excusa del aumento del precio de los alimentos, Juan Grabois volvió a insistir con su reforma agraria, a la que inscribió en el marco de la creación de un Estado popular a través de un “proceso de transformación revolucionaria”. Con términos absolutamente anacrónicos, el autoproclamado dirigente social volvió a dirigir su verba contra el

Con la excusa del aumento del precio de los alimentos, Juan Grabois volvió a insistir con su reforma agraria, a la que inscribió en el marco de la creación de un Estado popular a través de un “proceso de transformación revolucionaria”.

Con términos absolutamente anacrónicos, el autoproclamado dirigente social volvió a dirigir su verba contra el sector agropecuario, con el cual parece tener un encono personal e ideológico.

Para matizar sus declaraciones, realizó algunas críticas sobre recientes medidas adoptadas por el gobierno, como dejar sin efecto la suspensión de las exportaciones de maíz o retirar el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) a los beneficiarios de esta asistencia social.

Reforma Agraria

El Coordinador del Frente Patria Grande, alineado con el Papa Francisco y el gobierno nacional de Alberto y Cristina Fernández, brindó una entrevista en la que volvió a insistir con su plan de reforma agraria para “que los argentinos tengan alimentos”, propuesta que lanzó en agosto del 2019 en pleno proceso electoral.

“En el país del trigo no se puede comer pan, en el granero del mundo no se puede comer pan, en las Pampas de las vacas no se puede comer carne”, expresó Grabois durante una entrevista de casi 25 minutos con Roberto Navarro en El Destape Radio, un medio completamente identificado con el kirchnerismo.

“Creo que hay que superar la idea de que con políticas redistributivas se resuelve el gran problema del país. Hay que cambiar el modelo, hay que cambiar el modelo agrario”, argumentó el dirigente que lideró a los integrantes del Proyecto Artigas que usurparon el campo de Luis Etchevehere para montar una «granja agroecologica».

Y a renglón seguido agregó, “sino les gusta la palabra ‘reforma agraria’ hablemos del ‘nuevo modelo agrario’ “.

Intervención
Durante la entrevista, Grabois también dejó en claro que está a favor del intervencionismo del gobierno en los mercados, algo sobre lo que se viene hablando con insistencia, incluso el mismo presidente Alberto Fernández.

Sostuvo que “a medida que avanza la frontera agroexportadora primarizante y los negocios del agrocapitalismo más salvaje y contaminante, suben los precios de los commodities, les va bárbaro a estos tipos y nuestro pueblo le va cada vez peor”.

Al respecto, dijo que hay que “establecer los mecanismos que hagan falta para garantizar precios cuidados y que primero, antes de que el saldo exportable salga hacia afuera, hay que garantizar el mercado interno».

De esta manera, bregó por el control de precios en góndola, a través de “una herramienta que todavía no se está aplicando, que es la ley de góndolas que todavía no se ha reglamentado”, dijo.

A la par, esbozó una crítica al gobierno sobre la supuesta marcha atrás con la suspensión de las exportaciones de maíz y señaló: “me dio mucha bronca el retroceso que hubo en la medida sobre el maíz”. Y, como sintiéndose parte del gobierno y del núcleo que toma las decisiones, agregó “no me explico por qué retrocedimos con eso”.

Tampoco ahorró críticas a las entidades agropecuarias al considerar que se trató de “un paro absolutamente marginal de las entidades patronales del campo que tuvieron muy poco apoyo”.

Y en otra parte de la entrevista, acaso en sintonía con las declaraciones de la diputada Fernanda Vallejos una de las espadas cristinistas en el Congreso, que dijo “tenemos la maldición de exportar alimentos”, Grabois expresó que “nadie puede estar orgulloso de ser el primer exportador de soja”.

«Proceso Revolucionario»
Para llevar a cabo todo lo que propone, Grabois argumentó que “hay que reflexionar y tener un programa de transformación más profundo” en el que sería central el concepto de “función social de la tierra” y todo lo cual, se lograría a través de un “proceso de transformación revolucionaria”.

Dirigiendo nuevamente su dialéctica contra el campo en general y sin hacer distinciones, sostuvo que “hay algunas corporaciones que están en el núcleo del poder duro del país. Primero la corporación del agronegocio extractivo, que tiene cuatro vértices: el sector financiero, los grandes estancieros, los comerciantes de glifosato y la biotecnología destructiva y las cerealeras”. Según el dirigente, este “núcleo duro” es el responsable de que haya “una explotación, un saqueo” de los recursos, el suelo y sus frutos.

“Es como nuestro petróleo. No puede ser que no haya una idea de una función social de esa riqueza que no la creó nadie. La tierra, el agua y los nutrientes que está vendiendo esta gente, son de todos los argentinos”, interpreta Grabois.

De esta manera, esgrimió que “en ese sector hay que pensar un nuevo modelo que sea sustentable en términos ambientales y que sea garantía de que los argentinos tengan los alimentos”. Y volvió con su caballito de batalla de “techo, tierra y trabajo”, al decir que “la tierra tiene que ser para quien la trabaja y para alimentar al pueblo, no para generar riquezas para tres o cuatro”

Según Grabois, “el pueblo está esperando en que el gobierno popular establezca de qué modo se va a redistribuir la tierra, se va a garantizar el techo y el trabajo”. Y vaticinó, “el pueblo lo está esperando, y el momento va a llegar”.

“Para poder crear un estado popular con un plan de desarrollo integral hay que generar un proceso de transformación de naturaleza revolucionaria”, sostuvo el dirigente alienado con el Papa Francisco, y con Cristina y Máximo Kirchner.

Vía: Agroverdad

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