Las siembras tardías suman opciones para ganar rendimiento y calidad
Tanto en maíz como en soja, las semillas de Stine ofrecen muy buenos resultados para enfrentar condiciones de estrés como la presencia de malezas o bajas temperaturas.
La siembra de cultivos estivales ya casi llegó a su fin, con la implantación de maíces y sojas tardíos y de segunda, en una estrategia de retraso de las fechas que se extiende cada vez más y se potencia en campañas como la actual marcada por la presencia del fenómeno La Niña.
Para los productores que todavía no pudieron terminar de sembrar, el semillero Stine Semillas ofrece una amplia paleta de opciones de ciclo corto e intermedio, ideales para las implantaciones que ocurren en esta época del año.
Del mismo modo, la empresa llevó a cabo una acción de soporte, reponiéndole las bolsas a aquellos agricultores que habían sufrido daños totales en sus lotes de maíz como consecuencia de los temporales de viento, granizo y fuertes lluvias que ocurrieron algunas semanas atrás.
Maíz
En el caso del maíz, los híbridos ST 9734-20 y ST 9820-20, ambos con tecnología Agrisure Viptera® 3 para control de insectos y tolerantes a glifosato y glufosinato de amonio, presentan las características especiales para ser sembrados de manera tardía, pero cosechados sin tener riesgos de heladas u otros factores, como los vuelcos.
“El primer híbrido, El Corto, con madurez dentro de los 110-115 días, con alta tasa de secado, es muy requerido para estas siembras tan tardías en las zonas en las que necesitan una liberación temprana para la siembra invernal. Toleran de buena manera condiciones de mucha amplitud térmica y terminan el ciclo antes de que se inicien las heladas que pueden poner en riesgo el llenado de granos”, menciona Pablo Ricart, responsable comercial de Stine para Argentina.
En cuanto al otro material, el 9820 es un “petiso”: un híbrido de menor porte y baja inserción de espiga, lo que le confiere una mayor estabilidad, con un tallo fuerte, ideal para zonas como Córdoba donde en el otoño ocurren fuertes vientos que pueden provocar pérdidas por vuelco.
“En este caso, el Petiso tiene una madurez en torno a los 118 días y es un material que se adapta muy bien a altas densidades de siembra, además de que es muy eficiente en el uso de nitrógeno, agua y en la captación de luz”, agrega Ricart.
En general, son maíces que pueden implantarse sin problemas hasta el 15 de enero en la zona núcleo y el centro del país, e incluso por encima de esa fecha en el norte. Por esta razón, también son una excelente alternativa para casos de lotes que se hayan sembrado de manera temprana y fueron afectados por la caída de granizo.
De hecho, Stine en esta campaña ya hizo reconocimientos comerciales a productores de Las Parejas, Armstrong, Villa Cañas, Río Cuarto y Rafaela, entre otras zonas donde sufrieron destrozos a raíz de las tormentas.
Soja
En cuanto a la soja, la compañía MSU S.A es una de las mayores productoras de granos de Argentina, cultivando unas 150 mil hectáreas por año, y en esta campaña comenzó a probar la tecnología Enlist, en la semilla E3 2020.
“La estamos posicionando en lotes de segunda, sobre todo porque creemos que esa triple protección contra los herbicidas glifosato, glufosinato de amonio y 2,4-D, nos puede permitir mejorar el combate contra las malezas”, señala Nicolás Ridley, responsable del área de tecnología de MSU.
Según Ridley, muchas veces sucede que se aplican los preemergentes y no llueve, entonces los herbicidas pierden eficacia. Con un cultivo resistente a varios principios activos, es más sencillo mejorar el control de algunas especies como Yuyo Colorado.
“Al colorado por más que uno lo queme con glifosato después de haberlo cortado con la cosechadora, es muy probable que no logre eliminarlo y vuelva a nacer. Si el preemergente no tuvo el control exitoso que esperábamos, aplicar un 2,4-D en postemergencia es una herramienta súper interesante”, añade el representante de MSU.
Asimismo, menciona que son variedades con menos porte y cantidad de nudos, que cierran el entresurco antes, y eso favorece aún más la competencia por agua y luz contra las malezas.