Diseñan un modelo para estimar el daño por helada en trigo
Se trata del tercer modelo matemático que se publica en el mundo para estimar el daño de heladas en espigas de trigo a partir del pronóstico meteorológico y fue desarrollado enteramente por investigadores del INTA.
Investigadores del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria desarrollaron una herramienta innovadora para cuantificar el daño que provocan las heladas sobre las espigas del cultivo harinero. “Su aplicación, ayudaría a evaluar lotes afectados, realizar pronósticos de daños y ajustar la fecha de floración para alcanzar un mayor rendimiento” señalaron desde el INTA.
Durante la campaña 17/18, la roya amarilla fue el principal contrincante del cultivo de trigo. Sin embargo, en la reciente campaña de cosecha fina, el rival cambió y fue el el clima quien presentó las principales ofensas al cultivo, particularmente las heladas tardías y el granizo.
Las últimas heladas de 2018, especialmente las tardías que afectaron la región triguera, provocaron importantes daños en las espigas y su consecuente disminución de rindes . Para estimar el daño que puede provocar este fenómeno natural sobre el cultivo, un equipo de investigadores del INTA Balcarce diseñó un modelo matemático. Se trata del tercer modelo matemático que se publica en el mundo para estimar el daño de heladas en espigas de trigo a partir del pronóstico meteorológico.
“Hasta ahora, se sabía poco de cómo se relaciona cuantitativamente el nivel de daño que causa una helada con su intensidad, su duración y el estado de desarrollo de la espiga”, señaló a INTA informa Pablo Abbate, especialista en cultivos de invierno del INTA y uno de los creadores del modelo.
El trabajo titulado “Frost damage on grain number in wheat at different spike developmental stages and its modelling” y publicado en la revista European Journal of Agronomy, constón de tres ensayos experimentales a campo, donde evaluaron el daño que provocó una misma secuencia de heladas en espigas de trigo con distintos estados de desarrollo –desde inicio de la expansión de la hoja bandera hasta comienzo del llenado del grano–.
“En gran parte de la región triguera argentina, adelantar la fecha de floración del trigo permitiría alcanzar un mayor rendimiento potencial, reduciría la probabilidad de sequía, aumentaría la eficiencia de uso del agua, contribuiría a anticipar su cosecha y la siembra de un cultivo de segunda, entre otros aspectos positivos. Sin embargo, el adelanto de la fecha de floración aumenta el riesgo de que las heladas dañen la espiga“ indicaron desde el INTA.
En ese sentido, los investigadores se concentraron en cuantificar cuan afectado se podría ver el rendimiento por la ocurrencia del fenómeno meteorlógico.
“Nuestro objetivo fue tratar de definir con mayor precisión la relación entre las pérdidas en el rinde y las características meteorológicas de las heladas”, expresó Diana Martino, tesista doctoral de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Mar del Plata, quien agregó: “Para esto, cuantificamos el nivel de daño generado por heladas naturales en distintos estados de desarrollo de la espiga trigo”.
“Durante el estudio, encontramos que la duración del período de máxima susceptibilidad a las heladas fue mayor cuanto más severas resultaron”, indicó Abbate quien detalló que “las heladas produjeron daño a partir de -1.5 °C medidos a la intemperie y a la altura de las espigas (a un metro del suelo aproximadamente)”.
“Pudimos determinar que heladas de menos de 37 minutos, no provocan un daño relevante”, aseguró Martino, quien trabaja junto con Abbate en el INTA Balcarce. Así los investigadores pudieron determinar que “la duración de la helada fue más importante que la temperatura mínima alcanzada”.
El modelo, desarrollado por los investigadores del INTA, es el único basado en las leyes de conducción de calor, construido a partir del análisis de datos relevados con heladas naturales en cultivos mínimamente alterados, considera el efecto de heladas sucesivas, los cambios de susceptibilidad de los distintos estados de desarrollo de la espiga y la heterogeneidad de estados de desarrollo que presentan las espigas de un cultivo de trigo.
“Estas características le brindan a este modelo más precisión y más posibilidades de uso que la de los modelos previos”, destacó Abbate.
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