“Estamos trabajando sobre un plan estratégico a 10 años para el INASE”
Lo expresó el flamante presidente de la entidad, Obdulio San Martín. El directivo, mientras tanto, alinea objetivos cortos a esa meta de una década.
La llegada de Obdulio San Martín, reconocido por su extensa trayectoria como directivo del Grupo DonMario, empresa argentina de semillas de Chacabuco (Buenos Aires), a la presidencia del INASE (Instituto Nacional de Semillas) fue un nuevo aire para esta entidad. El entusiasmo se renovó.
Convocado por el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, San Martín aceptó el desafío, aunque también se planteó algunos cuestionamientos antes de aceptar el cargo. Lo contó en diálogo con el programa AgroLink Radio (AM 550).
“Ambos consideramos que la Argentina tiene que estar entre los países líderes del agronegocio de la producción de semillas”, introduce San Martín, en referencia a la visión compartida que tiene con el ministro.
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El ex-DonMario, quien siempre estuvo asociado a la industria de la semilla para trigo, soja y maíz, la cual conoce bien, ahora debe velar con una gran variedad de cultivos, sembrados de norte a sur del país.
“Fue un gran cambio, desde lo personal, porque debí cambiar mi locación y vivir en Buenos Aires, y hasta en lo profesional ya que también está la gran duda sobre los aspectos políticos de esta decisión. Sin embargo, me quedó claro que la agenda política es del ministerio y yo hago el abordaje técnico”, explica.
En la Argentina, subraya, hay una riqueza genética increíble, aunque siempre terminemos hablando de trigo, soja o maíz.
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“El país, en los últimos 20 años, fue perdiendo posiciones frente a distintos países en materia de desarrollo genético. Comparándonos con Brasil, ellos tienen activos 20 programas de mejoramiento de soja, por ejemplo, mientras que acá solo hay cinco, cuando hace 20 años el panorama era completamente diferente y muchos más parejo”, describe, a la vez que ya deja algunas de las ideas sobre las que aspira a trabajar y cuáles son sus metas.
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Con la búsqueda de un INASE que trabaje a fondo en lo técnico, el directivo rescata, a más de un mes de trabajo, que dentro de la entidad hay un “equipo muy formado, de muchos años y con muchas ganas de mejorar”.
“Considerando que los tiempos en el INASE, en el fondo, son los tiempos de la política, actualmente nos estamos planteando dos miradas: una de corto plazo -a uno a dos años- en consonancia con un Plan Estratégico a diez años. Como parte de él, estamos invitando a productores, semilleros, obtentores, para plantear una mirada estratégica a una década”, detalla.
Entre los objetivos principales está, claramente, la Ley de Semillas, la cual se viene aplicando desde el año 1973. “Lo difícil es ponerse de acuerdo para que termine siendo una ley que no conformará a todos, pero si todos los sectores resignan algo, será una mejor ley”, reconoce San Martín.
CULTIVOS Y MEJORAMIENTO
En lo que tiene que ver con la atención, el presidente del Instituto dice que se está priorizando a los cultivos de SISA (Sistema de Información Simplificado Agrícola). Ahora, surgió la atención también hacia las variedades de cannabis y las legumbres. La atención a las legumbres está vinculada al gran cambio de paradigma de la alimentación en el mundo, resalta sobre la comida “plant based”.
Retomando el tema de la Ley de Semillas, añade que Domínguez pidió una pronta solución a la problemática de la “bolsa blanca” y del uso propio indiscriminado que, en definitiva, está terminando con la inversión en esta industria.
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“Si no se conseguimos una nueva ley de semillas, lo que podemos hacer en mejorar todo el escenario actual y, para ello, el INASE cuenta con un montón de herramientas para mejorar la condiciones actuales”, sostiene.
Así, lo fundamental, para él, es el control y que no haya semilla que no sea ilegal vendida desde los mismos comercios, o bien, que no se cumplan con las normas de calidad que exige el INASE.
Otro punto importante, dentro de este contexto, es bregar por el avance de la ley de Agroindustrial, promovida por el Consejo Agroindustrial.
“Allí, la industria semillera cuenta con beneficios para el que compra semilla fiscalizada. De esta forma, avanzaríamos sobre los tres aspectos, beneficios, control y armado en tiempos récord del uso ilegal y comercio desmedido”, concluye.