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Afirman que la industria avícola argentina es una de las más sustentables del mundo

Fuente: Infocampo 17/05/2022 08:36:29 hs

Un estudio del INTI determinó la huella de carbono y la hídrica en 12 plantas de faena. Representa el puntapié inicial para crear el primer inventario ambiental de este sector en el país.

En sintonía con las tendencias mundiales en materia de sustentabilidad industrial, el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) presentó los resultados de un análisis de huella hídrica y de carbono realizado junto al Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA) en 12 plantas de faena ubicadas de aves en distintas provincias, que representan el 46% de la faena nacional.

El informe, que fue llevado a cabo por los equipos del INTI de Córdoba, Entre Ríos, Buenos Aires y Río Negro, determinó el valor de dichas huellas ambientales para un kilo de carne de pollo faenado y envasado con menudo, de producción intensiva, con un ciclo de aproximadamente 52 días y destino a consumo interno, en la puerta del frigorífico.

Además, identificó los puntos críticos o “hotspots” de cada etapa productiva, con el fin de generar mejoras orientadas a una mayor sustentabilidad.

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RADIOGRAFÍA AMBIENTAL

El trabajo realizado junto a CEPA constituye, por el volumen de la muestra, un primer paso para conocer el impacto de toda la cadena productiva de esta industria en el país “de la cuna a la puerta” (“from cradle to gate”).

Los resultados indican que la huella de carbono fue de 1,50 kilo de dióxido de carbono equivalente/kilo de carne de pollo (unidad funcional elegida) para el promedio ponderado de los 12 casos de estudio, distribuido en las etapas del frigorífico (25 por ciento), granjas de parrilleros (29 por ciento), plantas de alimentos balanceados/piensos (42 por ciento), granjas de postura (1 por ciento), granjas de recría (0,5 por ciento) y plantas de Incubación (2 por ciento).

Respecto a la huella de agua por escasez, el resultado fue de 0,54 metros cúbicos equivalente/kilo de carne de pollo, distribuido en las etapas del frigorífico (38 por ciento), granjas de parrilleros (10 por ciento), plantas de alimentos balanceados/piensos (47 por ciento), granjas de recría (0,6 por ciento), granjas de postura (1,3 por ciento) y plantas de Incubación (2,3 por ciento).

PUNTOS CRÍTICOS

• CARBONO

Dentro de los puntos críticos de la cadena, aparece la producción de los granos para alimento de las aves. En tanto, los traslados hasta la planta de fabricación también representan un “hotspot”, pero que puede verse reducido si se incentiva la compra a productores ubicados en cercanías de las plantas.

En lo que respecta al subsistema incubador, el mayor aporte a la huella se detectó en el consumo de energía eléctrica y, sobre todo, de combustible.

Para el subsistema granja, se destacan los aportes de los alimentos para engorde de las aves, la fermentación entérica y gestión del estiércol, el consumo de energía eléctrica y el transporte de insumos, principalmente, de cama de pollo.

Dentro del subsistema frigorífico, el uso de energía eléctrica, las emisiones de la laguna de tratamiento de efluentes y el transporte son los puntos que generan mayor huella.

• AGUA

En este caso, se explica por la fabricación de alimentos piensos para la granja, la energía y el transporte explican la mayor contribución en el impacto de las granjas de recría, reproductoras y parrilleros.

En tanto, el subsistema incubador muestra un ligero aporte al total en el que se destaca el consumo de energía eléctrica.

Por último, los puntos críticos en la huella de agua del subsistema frigorífico se explica, en suma, por el consumo energético, los productos de limpieza y el cartón utilizado para el packaging.

Con estos datos, el sector cuenta con un diagnóstico exhaustivo de su impacto ambiental y con herramientas para realizar mejoras en los procesos y consumos, de manera eficiente y sustentable.

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