?Estamos cansados de ser las gallinas de abajo, siempre cagados?, dice Enrique Deck, que lidera una revuelta de productores santiagueños que lucha por el riego y hasta amenaza cortar el río Salado
Unos 150 pequeños productores de los parajes Veintitrés, Colonia Libanesa, Colonia Isla, en la zona de Colonia Dora, de Añatuya, Vinal Esquina, Suncho Pozo, Icaño y Real Sayana decidieron realizar una manifestación en la encrucijada de las Rutas 92 y 34, a la altura de Colonia Dora, en la provincia de Santiago del Estero, a
Unos 150 pequeños productores de los parajes Veintitrés, Colonia Libanesa, Colonia Isla, en la zona de Colonia Dora, de Añatuya, Vinal Esquina, Suncho Pozo, Icaño y Real Sayana decidieron realizar una manifestación en la encrucijada de las Rutas 92 y 34, a la altura de Colonia Dora, en la provincia de Santiago del Estero, a causa del incumplimiento por parte del Estado provincial respecto de los compromisos contraídos a fines del año próximo pasado en materia de riego.
Los productores son en su mayoría ganaderos y de alfalfa, algodón, de lotes mixtos con maíz, trigo, avena, soja, o huerteros de sandía, melón, zapallo y calabazas. Por eso para ellos la disponibilidad de agua es crítica.
Enrique Antonio Deck es uno de los referentes más importantes de estos “autoconvocados”. Nativo de Colonia Dora, productor de alfalfa y de semillas sobre 200 hectáreas familiares, y que además brinda servicio a los campos junto a uno de sus 5 hijos. Señala que ya han hecho unas 7 u 8 manifestaciones similares. Sin éxito en su reclamo.
En una asamblea realizada el 29 de septiembre de 2022, los productorres santiagueños reclamaron cupos de agua, designación de tomeros y personal administrativo idóneo para el manejo de la Estación hídrica 5 de Colonia Dora. Pero desde aquella época a marzo de este año, no obtuvieron ninguna respuesta por parte del gobierno provincial, cuando todas las medidas se habían acordado con resolución urgente.
Entonces decidieron manifestarse el pasado viernes 3 en el cruce de las rutas 92 y 34. Demandaron “agua para riego y”a, porque mañana será tarde. Lo que necesitan es la concreción de obras como el cavado de los canales para que el agua se desplace mejor, la reparación o colocación de nuevas compuertas para nivelar el agua, el aumento de personal administrativo y operarios que recorran los canales para controlar su estado y condiciones, que hagan respetar las horas de riego a través del empadronamiento, etc. El sistema llegó a tener 160 empleados y hoy apenas cuenta con 20. Solicitan contratar al menos unos 38 empleados más.
Deck contó que en una asamblea “impecable” propusieron tres mociones, para el caso de que una vez más no se cumplieran sus demandas:
- Dejarán sin agua a las represas comunitarias que tienen canales y tomas propias, “porque no puede ser que muchas veces sacrificamos nuestra escasa agua para darles prioridad a las personas de las comunidades y ahora no vemos que ellos apoyen nuestro reclamo, que es de todos y para beneficio de todos. “Esto nos duele mucho”, dice.
- Cortar el agua en el río Salado, a la altura de Colonia Dora, que impedirá que le llegue al norte santafesino.
- Realizar un corte en el cruce de las rutas 92 y 34.
“Deberíamos tener 22.000 hectáreas bajo riego, establecido por ley, y actualmente ni llegamos a las 5.000”, asegura Deck, quien fue presidente de la Asociación de Regantes del Río Salado (ARRS) y Secretario del Consorcio ACUA, que ha quedado sin efecto y hoy están queriendo reflotarlo.
“Hemos vuelto a manifestarnos para refrescarles la memoria de lo que nos prometieron el año pasado”, sentencia el dirigente. Y continúa: “En realidad comenzamos a manifestarnos desde hace unos 15 días. El miércoles pasado logramos tener una reunión con el comisionado de Real Sayana, Santiago Dip, que también es productor como nosotros, pero no pudo darnos soluciones”.
“Ahora hemos acordado que el miércoles iremos a Santiago capital a firmar un convenio con el gobierno provincial. Nos dicen que la ejecución de las obras no va a ir por licitación sino por vía administrativa para que salgan de modo directo. De todo lo que nos prometieron, si lográramos que nos concretaran el 50%, ya nos conformaríamos por sentir que estaríamos avanzando. No dilatemos más, sino que empecemos de una buena vez por algo. Necesitamos que el Estado comience a estar presente porque la situación de los productores es apremiante, y muchos corren riesgo de desaparecer”.
Enrique explica que el sistema de riego es “a manto”, corre por canales abiertos –no entubados- y además, llena represas para abastecer de agua a los animales, como también de agua potable para las comunidades y a las escuelas rurales. “Pero le confieso que el agua no es tratada con seguridad, y mucha gente se termina enfermando. Entre nosotros, priorizamos tomar el agua de lluvia que almacenamos en los aljibes. El agua de las represas se puede tomar, pero hay que atenerse a correr riesgos de la propia salud”.
“Acá nos sentimos abandonados, no sólo en cuanto a la salud, sino a la precariedad de los caminos, para sacar nuestra producción. ¡Y pobres de los que llegan a tener una emergencia sanitaria en tiempos de lluvia, porque no podrá llegar al hospital!”
Pero Deck pretende aclarar que hubo un tiempo en que el Estado estuvo presente en su provincia para los pequeños productores, colonos que migraron de Europa o de Medio Oriente. “Es muy triste lo que vivimos porque esta zona fue muy floreciente en tiempos de nuestros padres, que llegaron de Alemania, o de Israel o Líbano, de Italia o España, etcétera”.
“Pocos saben que Colonia Dora llegó a tener un cementerio judío como lo tiene Moisés Ville, en Santa Fe, y Tucumán capital. Yo era chico y no olvido cuando llegó a su campo el gerente del Banco a ofrecerle créditos para comprar maquinaria. Porque él comenzó con tracción a sangre. Recuerdo que canceló las cuotas vendiendo huevos. Mire si hoy podría hacerse eso mismo. Hoy los jóvenes se van a las grandes ciudades y tiene que ver cómo quedan los ancianos en soledad y desamparo en medio de los parajes que se han vuelto páramos, con sus herramientas oxidadas que se terminan vendiendo como chatarra”.
A esta altura, Enrique se emocionó y le costó seguir hablando.
Un productor ovino de Colonia Dora, Marcelo Treachi, aludió a la sorpresa de todos los productores manifestantes cuando vieron llegar una cantidad desmedida de fuerzas de seguridad, con ambulancias y hasta un carro mortuorio, a lo que Deck tomó como un modo de intimidar a los productores. “Para esto el Estado sí está presente y al instante. Y también cuando después de tanto sacrificio, el día que nos va bien, el Estado aparece como socio, pero sólo en las buenas, con retenciones y demás. Pero nosotros estamos ‘labrados a hacha’ -aludiendo el productor, a su rusticidad-. Estamos cansados de ser las gallinas de abajo, siempre cagados”.
“Tengo 61 años de lucha y no le debo nada a ningún gobierno. Soy como el chancho, que más grita cuanto más le pegan. Jamás caeré de rodillas, aunque tenga que arrastrar las alpargatas. Hoy es domingo, y regresando de trabajar en el campo me cruzo una caravana de gente que va a timbear a las carreras, mientras uno no sabe cómo juntar los pesos para comprar un repuesto. No conseguimos gente para trabajar y el que viene, no tiene ninguna capacitación. Vemos a docentes y médicos sometidos a las políticas de turno, el alcohol y las drogas al alcance de todos nuestros jóvenes”.
“Hay que empezar a cambiar todo esto y alguien tiene que hacer la punta. Yo ya no tengo nada que perder. Mi padre luchó toda su vida y nos dejó las ganas de trabajar y de luchar. Qué se iba a imaginar que el Estado se volvería el gran ausente. Pero plata hay, porque para hacer estadios o autopistas para el turismo, sobra. Hemos decidido darles 7 días a partir del próximo miércoles, para que empiecen a cumplir algo de lo que nos prometen. Y dijimos basta. Si no, tomaremos las medidas de fuerza. Otro país es posible y el Estado puede y debe acompañar a los productores, si pretende una provincia y un país más justo”, sentenció Enrique Deck.
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