AFIP y RUCA lo hicieron de nuevo: Hay gran malestar en el sector por la “inoportuna” exigencia de una carta de porte para derivados granarios
En el país de la soja escasea la soja. “Hay muchos problemas para conseguirla porque se adelantaron las ventas con el dólar soja 1 y 2 y ahora por la sequía”, contó a Bichos de Campo un operador que utiliza el grano como insumo en el mercado interno. Además, a la poca soja que quedó
En el país de la soja escasea la soja. “Hay muchos problemas para conseguirla porque se adelantaron las ventas con el dólar soja 1 y 2 y ahora por la sequía”, contó a Bichos de Campo un operador que utiliza el grano como insumo en el mercado interno.
Además, a la poca soja que quedó disponible en esta época del año se la disputan con uñas y dientes, porque la previsión de la próxima cosecha es francamente malísima y porque ha crecido la necesidad de suplementar el ganado ante la falta de pasturas.
En este contexto muy difícil, la AFIP y la Subsecretaría de Mercados Agropecuarios de Agricultura, a cargo del contador Luciano Zarich, lo hicieron de nuevo: se pusieron en burócratas justo en el momento menos indicado al exigir a partir del 1 de marzo que todos los envíos internos de expeller de soja y de girasol, soja desactivada y maíz partido, entre otros derivados granarios, tengan una carta de porte especial.
El mes de marzo empezó con mayor volumen de negocios de maíz que de soja ¿Cuáles son las causas?
Natalí Prieto, del área de Impuestos Agronegocios de Lisicki Litvin & Asociados, recordó que “a partir del 1 de marzo de 2023 comienza a regir de manera obligatoria la Carta de Porte Electrónica – Derivados Granarios (CPEDG)”.
Esta carta de porte especial, que se suma a las que ya se exigen para el transporte de granos, fue establecida en julio del año pasado, pero muchos sectores reclaman una prórroga (que ya estaría decidida, pero no aplicada efectivamente) porque el desastre climático ha complicado mucho las cosas y el tránsito de camiones llevando derivados (o cualquier otra cosa que sirva para armar raciones para los animales) ha crecido exponencialmente.
Nada más inoportuno que las vacas estén muertas de hambre en el tambo por la falta de pasturas y no tengas chances de llevarles un camión de expeller de soja o girasol sin que un burócrata de la AFIP o el RUCA pidan un permiso especial.
¿Qué se entiende por “derivados granarios”? Prieto lo explica bien: “son aquellos productos y/o subproductos obtenidos del procesamiento y/o manipulación y/o acondicionamiento de granos y legumbres secas que se encuentran comprendidos en el Anexo “Tabla Derivados Granarios” del apartado Carta de Porte Electrónica del micrositio “Actividades Agropecuarias” de la web de la AFIP.
Ese anexo prevé 36 derivados granarios que ahora deben circular con un permiso especial que respalde el origen y el destino de la mercadería. Los derivados no sólo comprenden a la soja, el maíz o el girasol, sino también el trigo, arroz, sorgo, avena, cebada, colza, maní y hasta el lino.
Por este asunto, las rurales de Carbap ya pusieron el grito en el cielo: “Desde el gobierno nacional siguen provocando al anunciar acciones que complican a los productores. Tal es el caso de la resolución conjunta 5235/2022 que exige el CPEDG y RUCA para el movimiento de derivados granarios para alimentación en lugar del tradicional remito, lo cual impide seguir alimentando a los rodeos ganaderos y lecheros, como así también a las producciones intensivas”, explicaron.
“Se trata de exigencias de imposible cumplimiento, en un momento de extrema sequía y necesidad de trasladar alimentos desde otras zonas”, denunció Carbap, para luego añadir que “existe un remarcado abuso y celo por parte de la AFIP en el cumplimiento de una medida que había sido comprometida por el Secretario de Agricultura, Juan Jose Bahillo, que quedaría sin efecto”. Pero eso en los hechos no sucedió.
Hasta los contadores han puesto el ojo en esta situación. Una carta del Consejo de Profesionales de Ciencias Económicas le pidió a Carlos Castagneto, el titular de la AFIP, que postergue la entrada en vigencia de la medida, por cuanto muchos de los que deben inscribirse en el Registro Único de Operadores de la Cadena Agroalimentaria (RUCA) no ha podido hacerlo, porque en ese organismo dependiente de Agricultura se atrasan los trámites.
El petulante Zarich, a cargo del RUCA, no responde a las críticas de los operadores, que no pueden obtener su matrícula y quedan expuestos a sanciones. Sucede lo mismo con muchas matrículas pendientes en el sector de ganados y carnes. Lo peor es que nadie en su área responde a las quejas por estas demoras.
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