Alan Smith es un agrónomo entrerriano que decidió comenzar un sistema ganadero poco tradicional, y terminó ?sin querer? en un planteo regenerativo
En el este de la provincia de Entre Ríos está el hogar y el establecimiento de los Smith, padre e hijo, que se dedican a la producción ganadera para carne. Pero no lo hacen de la forma tradicional, o más extendida, que implica alimentar los animales a campo para luego ser vendidos y engordados en
En el este de la provincia de Entre Ríos está el hogar y el establecimiento de los Smith, padre e hijo, que se dedican a la producción ganadera para carne.
Pero no lo hacen de la forma tradicional, o más extendida, que implica alimentar los animales a campo para luego ser vendidos y engordados en feedlot, ganando peso rápidamente por la alimentación que allí se les brinda, pudiendo ser forrajes (heno y ensilaje), granos, minerales y otros aditivos.
Lo que hacen los Smith es producir carne bajo el sistema de pastoreo rotativo Voisin, una práctica que empezó a extenderse en los últimos años, que lleva el nombre de un teórico francés. Esta tendencia busca generar una relación entre la producción y el ambiente, donde los animales van comiendo pastizales por parcelas, se los va rotando dando lugar a que las pasturas se regeneren y vuelvan a crecer.
Esta tendencia regenerativa está encontrando muchos adeptos, a punto tal que se conformó una Alianza del Pastizal, que es una asociación de productores, técnicos, empresarios, y demás actores para poner en valor esta práctica.
Bichos de Campo visitó una de las reuniones de esta alianza, y como no podía ser de otra forma, el menú era asado. Pero no cualquiera, sino el asado confeccionado con carne que produjo Alan Smith en su planteo ganadero Voisin.
Cuenta el agrónomo y productor ganadero, que a la vista y al paladar, hay diferencias entre la carne de feedlot y una realizada por el: la grasa tiene una tonalidad entre amarillenta y verdosa, a diferencia de la grasa blanca que ya es habitual. Y también que hay diferente sabor.
Pero cuenta Alan que fue “sin querer que llegó a el planteo regenerativo”. El ganadero explica: “A partir de algunos conocimientos adquiridos, mi papá empieza a hacer lo que es la división de potreros, hasta el punto que ahora tenemos cerca de 80 potreros. A veces hasta dos cambios al día, por suerte. Y con eso logramos aumentar muchísimo la producción, sin buscar esta cuestión de la Alianza del Pastizal, en donde se cuida el recurso, se cuida en el pastizal natural. Sin querer lo fuimos haciendo, fuimos regenerando el campo y volviéndolo a un estado más natural”.
Sobre la calidad de la carne que Smith produce, el sabor, el color y la comercialización, para el ganadero no fue fácil desde un principio: “Nosotros durante mucho tiempo peleábamos con los comisionistas de nos compraban la hacienda, porque nos decían que el color de la grasa tenía algún tinte de amarillos y que la gente quiere de feedlot. Y nos bajaban el precio. Siempre había ese problema. Y la verdad que yo era un convencido, igual que mi papá, de que ese ganado hecho a pasto, con nuestro recurso, con el pasto de nuestra zona, nativo, es lo que nos da una carne nutricionalmente mucho mejor que la hecha un sistema de feedlot”.
Smith redobla la apuesta: “Y nosotros mismos consumimos nuestra carne. Entonces creemos que es una alternativa, no es una carne desagradable, es muy rica y sin embargo teníamos ese problema en la comercialización”.
Y en ese punto Alan reconoce que esta alianza del pastizal, vino a valorizar lo que antes se despreciaba: “Pudimos concretar la primera venta con un aumento, tuvimos un sobreprecio de lo que en realidad estábamos teniendo normalmente. Y la verdad, re bien, por eso ingresamos de a poco, nos hicieron una auditoría viendo las especies que teníamos, qué diversidad estábamos teniendo, y junto también las especies de aves. Y da la suerte que, bueno, en nuestro campo hay una especie de corredor biológico que es la vía del tren, que está abandonada, y también ayuda mucho a refugio de las aves. Y terminamos, sin querer, en una ganadería regenerativa que hoy nos está dando muchos beneficios”, remarcó.
Mirá la entrevista completa con Alan Smith:
– ¿Cómo es el planteo ganadero de ustedes? ¿Es un campo grande? ¿Qué carga logran con este pastoreo racional? ¿Cuál es el negocio? ¿Engordar terneros? ¿A qué quilaje? ¿Cuánto tardan? ¿Tardan más que un feedlot?
– Un feedlot capaz que en tres o cuatro meses ya te tiene listo un animal gordo y listo, livianito. Nuestro ciclo es por ahí un poco más extenso, nos basamos un ciclo de un año, donde se compran los terneros a vecinos, gente de la zona. Y estos terneros los llevamos a un sistema de pasto en otoño, en invierno soportamos un poco la carga, suplementando, y primavera, donde es nuestro fuerte, en lo que es producción. Y como logran muy buena ganancia diaria de peso en primavera, terminamos casi el animal, muchas veces vemos animales que decimos ese ya está casi listo, entonces le falta darle una vuelta de tuercas y ya en verano terminamos sacando todos los animales gordos.
– ¿Con un quilaje de 400?
– 420, 450 en promedio, porque muchas veces tenemos animales que superan eso, que en esa campaña no llegaron y quedaron para el año siguiente, pero medianamente eso es lo que apuntamos, en hacer un ciclo de un año. Nos da cierta previsibilidad, porque a lo mejor vos podes ver, un año seco, ahora estamos viendo que se recuperan las lluvias, entonces nos animamos a subir un poco más la carga, siendo que nadie haría eso con el problema del pasto. Y es una finca familiar, explotación pequeña de 189 hectáreas, en donde tenemos hoy una carga de casi 600 terneros.
– 189 hectáreas, casi 600, o sea 3 terneros por hectárea.
– Y encima, ojo, porque hay un pedazo de 40 hectáreas que está inactivo, que es donde hicimos el silaje de maíz, y ahora vamos a retomar siembra de pastura.
– O sea, tiene una altísima carga, comparado con un campo pampeano promedio, que tiene, 0.70, 0.80 o una vaca por hectárea. Ustedes llegan a 3.
– Nosotros tenemos vecinos que tienen carga de 0,4, 0,6, equivalente vaca. Entonces, en nuestro campo, lo más lógico sería que no supere las 100 vacas, en una situación normal de pastoreo extensivo. Pero con el pastoreo intensivo que nosotros hacemos, algunas intersiembras para mejorar la calidad del forraje, suplementación y demás, a partir de mayo llegamos a esas cargas tan altas.
– Decía tu viejo que empezó con esto en 2003, 20 años tienen de experiencia. ¿Se nota una mejoría en el campo, en la productividad del campo?
– Totalmente, totalmente, año a año se ve eso.
– ¿Y cómo se ve, en qué detalles?
– Primero en la sucesión de especies que estamos teniendo. Hay zonas que están muchas más evolucionadas que otras. Hay algunas que vos las ves, que vienen un poco más degradadas, después encontrás otros lugares que parecen un paraíso lleno de pasto miel, que la verdad que da un recurso forrajero excelente. Entonces eso es uno de los indicadores que tenemos. Después miramos mucho el suelo, tratamos de mirar que tenga estructura, que es lo principal. Después nuestro suelo es como una esponja, llueve, y la verdad que otro indicador medio macro, un poco más macro, es que tuvimos tres años de sequía y así todo anduvimos bien con la carga. Nos animamos a incorporar un poco más de ternero ahora, porque estimamos que después el precio va a aumentar y va a ser mucho más complicado, entonces así todo, nos animamos a subir la carga.
– Alan es ingeniero agrónomo, estudió y profesionalizó la explotación incorporando los bioinsumos al mercado local, que quiere incorporar y diversificar, nuez pecan, ¿de dónde viene toda esa inquietud?
– Para crecer hay un montón. Yo soy bastante idealista, y bueno también mi papá, entonces siempre estamos discutiendo, hablando. No vemos un techo jamás por suerte, entonces vienen algunas ideas, bueno y ahora cómo seguimos acá, ya logramos un avance, un clima, una buena carga forrajera, ¿Cómo seguimos avanzando?
– En el camino a la sustentabilidad o a ser más productivo no debe haber techo nunca, me imagino.
– No, siempre hay algo para crecer, la idea del pecán por ahí es incorporar algunas especies para dar sombra, pero que a la vez nos tenga un rédito productivo
– Que no te impida seguir haciendo ganadería de base
– Exactamente, siempre con la ganadería de base. Hacemos ahí un poco de agricultura pero en otra zona, entonces lo que producimos de grano en un campo arrendado lo traemos hacia nuestro campo, incorporamos la fertilidad, de esa forma.
– ¿Y ahí te picó lo de los bioinsumos?
Exactamente, yo trabajo para una importadora de productos biológicos, soy el responsable de la región NEA, y ahí trabajamos mucho con todo lo que es insumos orgánicos, no estrictamente para producciones orgánicas, sino que también va para la parte convencional inclusive.
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