En un mercado global cada vez más exigente, la cadena de valor ganadera intenta reforzar su presencia en las redes, para captar a los generaciones nuevas que demandan productos que garanticen sustentabilidad.

A nivel global, la producción de alimentos vive un período de desafíos a partir de consumidores que aumentaron sus exigencias y buscan saber al detalle todos los aspectos que conllevan la producción de la comida que llega a sus platos. 

La carne vacuna no escapa a esta regla y en una época en donde todo pasa por las redes sociales, uno de los retos que atraviesa esta cadena de valor es como llegar a los más jóvenes.

Durante muchos años, jamás se cuestionó el origen del asado o el impacto de la producción ganadera en el medio ambiente. Pero los tiempos cambiaron y las exigencias comienzan a ser cada vez más visibles.

Un ejemplo es la reciente decisión de la Unión Europea (UE) sobre la exigencia de importar productos libres de deforestación a partir de enero de 2025. Esta medida ya es oficial y contempla un listado de productos que incluyen carne vacuna y soja. 

“En la Unión Europea, nueve de cada diez personas requieren tener información de las etiquetas de de los alimentos, para evaluar sobre si son sustentables” explicó Adrian Bifaretti, jefe de departamento de Promoción Interna del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva). 

En el marco de una reciente jornada ganadera organizada por la entidad en la provincia de Misiones, Bifaretti explicó que estas exigencias no solo provienen del Viejo Continente. En este punto, remarcó que en Estados Unidos, la agenda de los consumidores abarcan cuestiones como trazabilidad y origen.

“Después de la pandemia, se incrementó la necesidad de saber de dónde vienen los productos”, consideró. 

En el caso puntual de la ganadería, señaló que en el caso de los mercados más maduros también se toma muy en cuenta el bienestar animal y como son tratados los bovinos durante todo el ciclo productivo.

EL PESO DE LAS REDES

Ante esta realidad, Bifaretti entendió que la cadena de valor ganadera debe volcarse con fuerza a posicionar la actividad.

“Tiene mucho sentido que el sector se preocupe por hacer marketing de carnes y que inviertan en el marketing integral, vivimos cada vez más en el mundo digital y de las redes”, señaló.

Las redes sociales juegan un rol fundamental en esta misión y un punto a tener en cuenta -según el técnico del Ipcva– es que se trata de un territorio en donde la confrontación permanente es moneda habitual.

“Es un territorio donde se confronta permanentemente y en términos alimentarios, de un lado están quienes comemos carne y del otro lado los veganos, los ambientalistas más fundamentalistas y los animalistas. Lo que hacen las redes sociales es ampliar la brecha alimentaria”, concluyó.