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Fabián Kindgard le canta a su amada tierra jujeña mientras le agrega valor al emprendimiento forestal de maderas nativas que heredó de su familia

Fuente: Bichos de Campo 01/12/2023 10:49:02 hs

Muchos recuerdan cuando Fabián “Fava” Kindgard, siendo un jovencito jujeño -nacido en San Salvador, la capital, y donde actualmente vive- comenzó a aparecer con su guitarra en los escenarios de las peñas de nuestro país. Poco a poco se fue ganando un lugar con su frescura, autenticidad, humildad y sobre todo por su talento y

Muchos recuerdan cuando Fabián “Fava” Kindgard, siendo un jovencito jujeño -nacido en San Salvador, la capital, y donde actualmente vive- comenzó a aparecer con su guitarra en los escenarios de las peñas de nuestro país. Poco a poco se fue ganando un lugar con su frescura, autenticidad, humildad y sobre todo por su talento y delicadeza para elegir como repertorio el cancionero auténtico. Es que él siempre interpretó a los grandes poetas de su provincia, y además es cantautor.

Pero Fava siempre tuvo una característica particular como artista: que siempre debió alternar su arte con el oficio de maderero, al que fue asimilando con los años en el emprendimiento forestal que inició su abuelo Bertil, pionero de la industria forestal en la provincia a fines de los años ’50.

Hoy Fabián tiene 40 años y recuerda que desde chico, su padre, Bertil hijo, lo llevaba a sus dos fincas. Una, a 20 kilómetros de la capital, de 1800 hectáreas con bosques de pino implantado. En él, en 2002, incorporó el primer aserradero portátil de la provincia, comenzando a agregar valor a la madera, con tirantes, tablas, palos para obra, etc. Y la otra finca, de 2800 hectáreas con madera nativa y algo de pino, a 170 kilómetros al sureste de San Salvador, en el Departamento San Bárbara, cercana a la localidad de Villamonte. “Ésta se halla emplazada en plena Yunga del Este jujeño, con bosques de transición chaqueña”, detalla Kindgard.

Allí Fava ayudó a su familia hasta que en 2010, su padre le dijo: “Ocupate de aumentar la comercialización y tratá de agregarle más valor a la madera”. “Comencé así a hacer trabajos en Pino, como galerías y pérgolas, quinchos y demás –rememora Fava-. En 2015 me sumé a trabajar con mi hermano Einar (38), que se venía ocupando de la finca que está en Santa Bárbara. Juntos comenzamos a realizar allí un manejo sustentable del bosque nativo. Tiempo después, conseguimos con permiso del Estado provincial, extraer maderas nativas de modo controlado, y empezamos a agregarles valor con el aserradero de mi padre. Nos lanzamos a comercializarlas para decks, revestimientos, columnas, aberturas y productos para el agro, como mangas y demás.

Pero un día, a Fava le sucedió algo que lo llevó a tomar un compromiso mayor y de lanzarse a agregarle más valor a la madera nativa. Fue cuando la familia Villalonga, de tradición maderera, lo convocó a cantar a la ciudad de Posadas, en la provincia de Misiones. Y al finalizar el evento, le mostró una casa que estaba fabricando en madera. Él se sorprendió de que las mismas se construyesen en la mitad del tiempo que las casas convencionales, y de todos sus demás beneficios. “Aquel método de construcción me impactó –recuerda Kindgard- y al volver a Jujuy me puse a estudiarlo, hasta que hace dos años empecé yo mismo a construir casas con el sistema Wood Frame, un método en base a un entramado liviano de madera”, relata el jujeño y anuncia que registró su nuevo emprendimiento como “MADEJUY” S.A.S. (@madejuy), el cual aún está en trámite. Su padre empleaba a 4 personas y él empleó a 9 más, pero comenta, con pesar, que no es fácil conseguir personal idóneo.

El cantor y maderero describe las diversas maderas que trabaja: “Contamos con Cebil moro, del tono de los rojizos, muy veteado, que adquiere una gran belleza, y maderas de calidad premium como la Quina, para pisos y revestimientos; Nogal, muy bueno para puertas, tirantería, pisos y decks; Cedro rosado, también muy bueno para placares, revestimientos y puertas”. Explica que hay especies que se producen en bosques implantados, comúnmente de pino, llegando a unos 30 o 40 años de vida, a diferencia del bosque nativo, cuyos árboles pueden tener hasta 120 años.

“Trabajamos con maderas duras, semiduras y blandas –continúa el jujeño-. Sus usos para estructuras (de Pino, Eucaliptus), envolventes interiores y exteriores (de Cedro, Pacará, Lanza blanca, Pino criollo, Eucaliptus), cielorrasos (de Pino, Pacará, Cedro), pisos (de Pinos, Eucaliptus, Quebracho, Cebil moro), cerramientos, aberturas, revestimientos de paredes, muebles de cocina, placares y otros usos. En 90 días podemos construir una casa, de manera sustentable y natural. Ya he hecho 2 casas y estoy por empezar la tercera”, añade el músico forestal.

“En nuestra empresa –sigue Fava- trabajamos según indican las normas IRAM y CIRSOC, vigentes de construcción, que garantizan la durabilidad de la vivienda. Las casas convencionales de madera se hacen, en su totalidad, de pino o eucaliptus, que son las maderas más estables y económicas. Nosotros también las utilizamos en la estructura, mientras que para la parte de revestimientos preferimos trabajar con maderas finas, de mucha calidad, a las que les aplicamos mucho trabajo de mano de obra. No pretendemos competir con las maderas tradicionales, sino ofrecer un mejor destino para las maderas nativas”.

“Ahora estamos construyendo un cielorraso –completa Kindgard- con tirantes de Cedro rosado, pariente del Roble, y con Nogal, una madera gris, dura, pesada, brillosa, excelente. Además, tenemos un machimbre para revestimientos en pino con un tipo de molduras, recto, que no tiene bisel -es decir, corte oblicuo-, y tenemos pinos de 30 y de 40 años de edad, que producen una veta diferente, y nos permiten sacar material de primera línea, seleccionado, sin nudos. También trabajamos Urundel, parecido al quebracho, Lapacho, Tipa blanca y colorada, y otros”.

De modo que hoy Fabián pasa la mayor parte de su vida en medio de la naturaleza. Hace muchos años que él y su familia vienen haciendo una opción por la ecología y el cuidado del medio ambiente. “Es que hoy parto de dos necesidades: la ecología y la necesidad de viviendas en nuestro país –sostiene-, porque mucha gente necesita al menos una pieza, un baño y una cocina”.

Fava celebra que se ha creado una plataforma digital que promociona la construcción con madera, www.construccionconmaderaargentina.org.ar como aporte a la mitigación del cambio climático y su poder de captar carbono. Allí se detallan 10 beneficios al construir con madera, por ejemplo, que es un recurso renovable, que al conformar cámaras de aire se ahorra energía en calefacción y refrigeración, se elimina el problema de humedad en cimientos y paredes, se simplifica el trabajo y se contamina menos y es liviana, porque pesa hasta 6 veces menos que la mampostería y el hormigón, etc.”.

Cuenta el jujeño que además conformó, junto a Omar Zárate y otros productores, la Asociación Argentina de Carpinteros, Construcción con Madera y Afines (AACCMA), con sede en Buenos Aires, con el objeto de promover la construcción con madera y los diversos modos de agregarle valor.

Remata Fava: “Lo bueno es que se abrió en nuestro país la posibilidad de construir más rápido con madera y ahora es considerado, como método tradicional, de acuerdo a las normas vigentes y gracias al trabajo de INTA Concordia. Culturalmente siempre pensamos que las casas de ladrillos duran más que las de madera, pero en Estados Unidos y en Canadá, donde el 90 % de las viviendas están hechas en madera, se demuestra que muchas de ellas tienen 100 años de antigüedad”.

Kindgard comenta que se encuentra en un momento con necesidad de invertir en más maquinaria, para agregar más valor a su madera, con el fin de no sólo vender los listones, sino con trabajos más elaborados. Pero va por más, porque acaba de nombrar a un representante en la Pampa Húmeda y entre ambos piensan construir sus casas de madera con el sistema de entramado ligero por todo el país, además de vender maderas para todos los usos.

Recapacita Fava que, curiosamente en su apellido, pareciera haber estado signada su vocación actual de seguir cuidando el bosque nativo, de modo sustentable, ya que Kindgard, en sueco, vendría a significar algo así como “Tierra Amable”. Además, él mide dos metros de alto y pareciera mimetizarse con ese paisaje boscoso.

El artista y maderero jujeño culmina reconociendo que ser emprendedor independiente nunca ha sido fácil en su país, ni para su familia ni para él. “Nunca viví con estabilidad, crecí y viví siempre con el país en crisis, pero creyendo siempre en un futuro mejor”, dice. Hoy se siente agradecido con sus padres, Bertil y Andrea, por haberlo incentivado desde joven en este proyecto que se ha vuelto una pasión en su vida y lo siente como un compromiso social, con todo el planeta, tanto como su vocación de cantar.

Como artista, Fava se halla preparando su cuarto disco, “Fisión”, con nuevas canciones, junto al reconocido cantautor jujeño, Pachi Alderete, y nos quiso dedicar la canción de su autoría e interpretada por él, “La vida es ya”.

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