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Creó un software de medición de impacto ambiental y asegura: “La sustentabilidad llegó para quedarse”

Fuente: Infocampo 25/08/2024 08:27:16 hs

Se trata de un productor citrícola tucumano que, junto a un grupo de amigos, fundó una empresa de certificaciones ambientales. “Esto no es para vender más caro, es para no quedar afuera”, asegura.

“Cacta viene de cactus, que es la planta que nace en el desierto a pesar de la adversidades climáticas y extremas. Le da vida al desierto, a los animales y es acumulador de agua. También florece. Y el florecer para nosotros es entender de que Argentina puede resurgir con innovación y tecnología”.

José Luis Cebe, de 32 años, visitó la reciente edición del Congreso Aapresid, en Buenos Aires. Su empresa “Cacta”, nació hace apenas dos años y fue la manera a través de la cual imaginó que podría afrontar algunos “dolores” comerciales que viven hoy en día los productores agropecuarios argentinos.

“Esto nació no tanto por la necesidad, sino por la obligación como empresa agroexportadora de mostrar los reportes y mostrarle al mundo lo que hacemos. La sustentabilidad llegó para quedarse”, definió en una charla con Infocampo.

¿Qué hicieron? Junto a un grupo de amigos desparramados por Europa, entre Barcelona, España, y Frankfurt, en Alemania, decidieron crear un software de medición de impacto ambiental.

“Seguimos la metodología del análisis de ciclo de vida de forma automática, allí recogemos la data de los productores de forma automática para que ellos no tengan la carga administrativa de incorporar los datos de forma manual. Eso es una carga para ellos”, explicó.

Cacta en la actualidad mide no uno, sino más de una decena de indicadores medibles. Se trata de variables como:

  • Huella de carbono total
  • Acidificación potencial
  • Eutrofización del agua
  • Ecotoxicidad del agua
  • Cancerígenos
  • No cancerígenos
  • Agotamiento de ozono
  • Smog
  • No renovables
  • Minerales y metales

“Hacemos un algoritmo optimizado que registra más de 70.000 emisiones al suelo, aire y agua y 27.000 registros ambientales“, aseguran desde su página web.

La juventud de su empresa lo llevó a visitar el evento pero aún no desembarcó con un stand propio. La meta forma parte de los sueños de Cebe, pero sabe que hoy en día tiene mayor importancia afianzar ciertos procesos, propios del emprendedurismo y los avatares del agro. Y de la Argentina.

El trabajo de docencia se está haciendo bien porque vamos a cualquier congreso agropecuario y los principales es ejes temáticos son referidos a sustentabilidad. Pero sí creo que están siendo difíciles las formas de la incorporación de gestión ambiental y de sustentabilidad en los productores”, analizó.

Y enfatizó: “El mensaje está bien dado. Hay que pulir el cómo, porque debemos medir para saber dónde estamos parados”

El productor que sea reacio a incorporar gestión ambiental o de sustentabilidad en su compañía va a quedar afuera del mercado. Le va a costar muchísimo vender sus productos y no le va a quedar otra que incorporar, medir y mostrar su impacto ambiental”, aseguró.

Y sumó en la misma línea: “Incorporar gestión ambiental no es para vender más caro, es para no quedar afuera de los mercados. No pretendamos vender más caro nuestro producto si mostramos un certificado de impacto ambiental, esto es simplemente para que en el mediano o corto plazo no quedemos afuera”.

PRODUCIR -Y CREAR- EN LA ARGENTINA

Más allá de las intenciones, llevar a la práctica la posibilidad de hacer mover la rueda productiva y sostener su movimiento puede volverse un camino espinoso. Cebe lo sabe, pero busca no detener la marcha de Cacta y seguir siendo fiel al impulso emprendedor.

A veces, el relacionamiento con las empresas de mayor escala y de experiencia en el sector es alentador por las devoluciones. Pero en muchos casos la rutina establecida no deja tiempos para las presentaciones y explicaciones formales.

“Me pasa que cuando quiero contar esto a alguno de los “monstruos” de la cadena, se hace difícil que te escuchen. Pro bueno, hay que seguir intentando mostrar lo que hacemos, hay que presentarlo y trabajar para que se conozca y que las ideas, las buenas ideas, se transformen en reales”, expuso.

Pero reconoció: “La confianza y el marco legal, de propiedad intelectual están bien. No tenemos problemas con eso. Sí tenemos en comunicar lo que hacemos, porque por ahí no somos muy escuchados por las compañías grandes. Tienen su día a día, que es una vorágine tremenda, y sentarse a escuchar a cuatro emprendedores que desarrollaron un sistema puede resultar difícil para ellos”.

“Pero no hay que dejar nunca tocar puertas, porque estoy seguro que la única forma de que Argentina como país agroexportador incorpore la gestión ambiental es si todos los actores de la cadena se integran”, definió.

El trajín, no obstante, hace mella en la diaria.

Todos los días tengo temores y miedos respecto al éxito de Cacta. Pero también tengo mucha fe porque es un producto muy novedoso e innovador. Los chicos que están atrás de esto son unos genios. Creo que sentimos lo mismo que siente cualquier persona que forma un startup”, cerró

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