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La industria molinera alertó por la informalidad en la cadena del trigo: una evasión de $ 270.000 millones

Fuente: Infocampo 12/02/2025 17:39:46 hs

La Federación de la Industria Molinera publicó un extenso y detallado informe analizando el perjuicio que sufre el fisco por los altos niveles de evasión que hay en las ventas desde el cereal, hasta la harina y los productos farináceos.

“La informalidad es uno de los principales problemas de la economía argentina: como consecuencia de la evasión fiscal, se generan distorsiones en los mercados, llevando a competencia desleal, como así también a un fuerte impacto social negativo, desde la informalidad laboral que genera efectos tanto en el presente como en el futuro, por la situación de asistencia a la salud y previsional. No menos importante es la pérdida de recursos fiscales en los distintos niveles de gobierno, que podrían destinarse a educación, salud, seguridad, infraestructura, entre otros fines.”.

La frase pertenece a un informe difundido por la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM) en el que alertó por los fuertes perjuicios que provocan los altos niveles de evasión que hay en la cadena del trigo.

De acuerdo con el estudio, desde que el trigo se vende como grano, hasta que se transforma en harina y se termina comercializando al público como algún producto farináceo, se puede calcular una evasión total teórica de casi $ 270.000 millones.

El detalle, según el documento dado a conocer por FAIM, se reproduce a continuación.

EL INFORME DE LA INDUSTRIA MOLINERA SOBRE LA INFORMALIDAD EN EL TRIGO

Durante el 2024, la molienda de “trigo pan” por parte de la industria argentina fue de 6.248.266 toneladas de trigo, un 0,44% inferior al año anterior. Considerando un coeficiente de conversión de trigo/harina de 0,75 toneladas de harina por cada tonelada de trigo, se estima que la producción fue de 4,686 millones de toneladas de harina y 1,562 millones de toneladas de afrecho.

En este estudio, se tiene como supuesto que se comercializan informalmente un millón de toneladas de trigo con destino a la industria molinera y esta vende a su vez, sin declarar, harina y afrecho a las industrias que abastece.

Para medir un efecto más completo, se calcula también el impacto de las ventas informales generadas en la segunda industrialización del trigo.

El precio considerado para el trigo es FAS Teórico publicado según la Resolución 42/2007 de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, en tanto que para la harina y el afrecho por relevamiento de mercado.

Los datos

Según los precios vigentes en la primera semana de febrero de 2025, la molienda del año representa compras de trigo por 1,246 billones de pesos, a partir de la cual se genera una producción de harina valuada en alrededor de 1,781 billones de pesos y de afrecho de 217,1 mil millones de pesos.

“De este modo, el valor de la producción de la industria molinera se estima en 1,998 billones de pesos, multiplicando por 1,6 su equivalente en trigo, lo cual representa la importancia que tiene el sector en la generación de valor agregado dentro de la agroindustria”, indica el informe.

Así, el valor del millón de toneladas de trigo comercializadas informalmente equivale a 199,4 mil millones de pesos, que mediante la industrialización se transformarían en 285 mil millones de pesos en harina y 34,75 mil millones de pesos en afrecho.

“Si se cumplen estos supuestos el 13,8% de la producción de harina y afrecho se realiza informalmente en Argentina, según datos de molienda del año 2024”, añade FAIM.

La evasión

En este marco, para la determinación de la evasión fiscal se consideran los coeficientes estimados para impuestos pagados según facturación tanto en el IVA como en Ganancias, mientras que para Débito y Créditos Bancarios la alícuota total del 1,2%.

El Impuesto a los Ingresos Brutos, en tanto, varía según las provincias, pero a partir de que la producción de trigo y la actividad molinera tiene mayor relevancia en la provincia de Buenos Aires, se consideran las alícuotas vigentes del 0,75% para la producción de trigo y del 1,5% para las actividades industriales y 5% para comercio.

El resultado es que “la evasión fiscal estimada sólo por estos cuatro tributos citados por el millón de toneladas de trigo no declarado alcanza los 28,485 mil millones de pesos. De los cuales 13,129 mil millones de pesos (46,1%) corresponden la venta del cereal y 15,357 mil millones (53,9%) se explican por la venta de harina y afrechillo”, remarca el estudio.

El mayor monto estimado de la evasión corresponde al Impuesto a las Ganancias (10,356 mil millones de pesos, el 36,4% del total), de los cuales la molinería le corresponderían 2,451 mil millones de pesos.

Le sigue Ingresos Brutos, con 6,292 mil millones de pesos, y de estos 4,796 mil millones surgen en la industria molinera.

Mientras que de IVA son 5,608 mil millones de pesos, de los cuales el 76,2% corresponden a la etapa industrial.

En tanto, en Créditos y Débitos Bancarios se suman 6,230 mil millones de pesos, de los cuales el 61,6% tienen como origen en la molinería.

En comparación

De esta manera, el impacto fiscal estimado por la pérdida de recursos fiscales mediante la evasión de Ingresos Brutos equivale, considerando los salarios brutos básicos iniciales al pago durante un año incluyendo Sueldo Anual Complementario, a:

  • 549 residencias de medicina de primer año
  • 495 de enfermería
  • 438 cargos docentes iniciales de grado con jornada completa.

Por impuestos nacionales, la pérdida equivale al gasto durante un año de:

  • 22.572 Tarjetas Alimentar para familias con dos hijos
  • 23.560 Asignaciones Universal por Hijo (AUH).

La segunda industrialización

Pero luego, entre las estimaciones de la evasión, cabe esperar que toda la harina producida informalmente se destine a los siguientes eslabones de la cadena productiva (segunda industrialización) siendo la producción de panificados, galletitas, pastas tanto secas como frescas, que incluyen productos como las tapas de empanadas y tartas.

“Para tener un criterio simplificador se supondrá que el 83% de la harina se destina a la producción de panificados (incluye galletitas y demás productos) y el restante 17% a la elaboración de pastas. Esta estimación surge de los cuadros de destino de los productos a las distintas actividades económicas publicado por el INDEC. Además, se considera la incidencia de la harina en el precio final de cada producto”, precisa el documento.

De este modo, para fijar el piso de evasión en la industria se tienen en cuenta los precios de los productos farináceos más económicos, como el pan francés y las pastas secas, de la variedad que se denomina, según la industria, “fideos guiseros”.

Bajo este panorama, en la segunda industrialización, de acuerdo con los supuestos mencionados, la evasión alcanzaría 240,5 mil millones de pesos, si toda esa producción también se comercializa de manera informal.

En este caso, la pérdida de recaudación de IVA sería de 102,96 mil millones, seguida por el Impuestos a las Ganancias con 68,93 mil millones de pesos. El tributo que grava a las operaciones bancarias adiciona 30,51 mil millones de pesos y por el impuesto provincial a los Ingresos Brutos se agregan 38,13 mil millones de pesos.

“Esta estimación es de mínima, dado que se consideran la alícuota de Ingresos Brutos como venta de la industria; si fuera actividad comercial minorista, en ese caso es del 5%, por lo tanto, la evasión alcanzaría los 127,11 mil millones de pesos”, continúa el informe.

Evasión total

Con todos estos números sumados, “la evasión total estimada desde la venta de trigo hasta la comercialización de productos farináceos finales alcanzaría, de acuerdo con los supuestos mencionados, la suma de 269,02 mil millones de pesos a valores de febrero de 2024”, subraya la FAIM.

Puntualmente, por la informalidad se estima una pérdida fiscal en la recaudación de IVA por 108,57 mil millones de pesos (40,4%).

Luego, en Impuesto a las Ganancias el costo es de 79,29 mil millones de pesos (29,5%), en tanto que Crédito-Débitos son 19,79 mil millones de pesos (13,7%) e Ingresos Brutos cierra con 44,43 mil millones de pesos (16,5%).

“Replicando el estudio del impacto fiscal a partir de la pérdida de recursos públicos, que podrían destinarse a políticas sociales, por medio de los tributos nacionales, se pagarían 282,4 mil de Tarjetas Alimentar para familias con dos hijos durante un año o 238,4 mil AUH en el mismo período de tiempo”, ejemplifica.

Del lado de los recursos fiscales provinciales, tomando como referencia a la provincia de Buenos Aires, el perjuicio fiscal por la evasión de Ingresos Brutos representa el pago de 50,6 mil residentes médicos de primer año o el salario inicial de 76,13 mil maestros de grado.

“Por lo tanto, a partir de este ejercicio de simulación, se pudo estimar el perjuicio que genera la evasión, las distorsiones económicas producen competencia desleal, afecta a aquellos empresarios que trabajan dentro del marco legal y pueden verse gravemente afectados por esto, hasta el cese de la actividad, con la consecuente pérdida de puestos de trabajo formales”, advierte la FAIM.

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