La última Encuesta SEA CREA muestra que la producción de carne, así como también la de leche, llegan al nuevo año con buena base forrajera, precios que acompañan y expectativas productivas en alza, pero también con desafíos climáticos y financieros.

La ganadería y la lechería argentinas cerraron 2025 con un escenario mayormente positivo que, según la última edición de la Encuesta SEA CREA, permite proyectar un 2026 con mejor perfil productivo y perspectivas alentadoras en gran parte del país.

La buena oferta forrajera, el nivel de reservas y un esquema de precios que mantiene márgenes razonables son los pilares de esta tendencia, aunque el panorama no está exento de riesgos: los excesos hídricos en zonas clave de Buenos Aires, la sequía que persiste en regiones patagónicas y el incremento de la deuda en establecimientos lecheros aparecen entre los principales puntos de seguimiento.

Los grupos CREA ganaderos consultados perciben una situación productiva sólida, apoyada en una base forrajera mejorada y reservas adecuadas que impulsaron una expansión significativa del rodeo.

Índice empresario: la confianza del agro mejoró, pero aún no tracciona el ánimo inversor

EXPANSIÓN: MÁS VIENTRES Y ANIMALES PESADOS

Por ejemplo, el relevamiento muestra que la cantidad de vientres en servicio en 2025 resulta 5,5% superior a la de 2024, un crecimiento que se explica por la combinación de buena condición corporal y mayor confianza en la evolución del negocio.

El incremento es especialmente marcado en regiones como Santa Fe Centro, donde el salto interanual alcanza el 31%; el NOA, con un 16%; Oeste Arenoso, con 11%; Semiárida y Sudeste, ambas con 8%; Norte de Santa Fe, con 8%; y Litoral Norte, con 6%.

Este proceso se da en paralelo a un cambio estratégico que cada vez toman más empresarios ganaderos: la producción de animales más pesados en recría y terminación, un ajuste que responde de manera directa a la recuperación reciente de los precios de exportación y a la depreciación del tipo de cambio, factores que fortalecen la competitividad de los frigoríficos orientados a mercados externos.

Tal como explica Esteban Barelli, líder de Economía de CREA, “la recuperación de los precios de exportación –por factores geopolíticos y estructurales–, junto con la depreciación del tipo de cambio registrada en los últimos meses, brinda una mayor competitividad de los sectores exportadores, que son los que requieren animales más pesados”.

MEJORAN TAMBIÉN LOS OVINOS

El segmento ovino también exhibe una mejora, con un incremento promedio del 2,7% en el stock durante el último año, impulsado por una mejor oferta forrajera y una recuperación en los precios tanto de la lana como de la carne.

Sin embargo, en varias zonas de la Patagonia la actividad continúa limitada por el avance del abigeato y la presencia creciente de jaurías de perros asilvestrados, un problema que preocupa cada vez más a los productores y que condiciona cualquier intento de expansión.

A pesar del contexto favorable general, no todas las regiones atraviesan la misma situación: importantes áreas productivas de la provincia de Buenos Aires registran actualmente excesos hídricos que afectan la dinámica del pasto y los planteos de servicio, mientras que en la Patagonia persisten los efectos de la sequía, que mantiene bajo presión la base forrajera y la planificación ganadera.

LECHERÍA, MÁS PRODUCCIÓN EN EL HORIZONTE

La lechería atraviesa un presente que también puede calificarse como favorable desde el punto de vista productivo. Los grupos CREA lecheros destacan que la oferta y las reservas forrajeras se mantienen en buenos niveles, lo que sostiene expectativas de crecimiento en el volumen producido de cara a los próximos meses.

Nuevo escenario ganadero: los corrales se llenan con animales más pesados y presionan los precios

Si bien los precios muestran una baja en términos reales, el negocio conserva buenos valores relativos, lo que permitió que muchas empresas tamberas continuaran invirtiendo para intensificar e incrementar la eficiencia de sus sistemas.

“Si bien la evolución de precios registra una baja en términos reales, se mantienen los buenos precios relativos en el negocio lechero. Así, en el último tiempo las empresas tamberas pudieron enfocarse en invertir para intensificar y eficientizar su producción”, sostiene Esteban Barelli, líder de Economía de CREA.

No obstante, la contracara del avance productivo aparece en el frente financiero: la encuesta registró un aumento importante en la deuda de corto plazo medida en días de facturación. En noviembre, el promedio nacional alcanzó los 38 días, por encima de los 32 días registrados un año atrás.

Esta variación está principalmente asociada a cambios en las condiciones de pago con los proveedores, y no necesariamente a inversiones extraordinarias. A nivel regional, la dispersión es amplia: mientras la región Sudeste presenta un promedio de 27 días de deuda, Córdoba Norte llega a 60 días, pasando por Santa Fe Centro con 46 días, Este con 36, Semiárida con 35, Oeste con 33, Centro con 31 y Oeste Arenoso con 29.

A esta situación se suma un incremento en los días de cobro, que subieron hasta 33 días en noviembre y marcaron el registro más alto de toda la serie, un dato que agrega presión sobre la liquidez de las empresas tamberas y obliga a encender luces de precaución para 2026.

EXPECTATIVAS PARA EL PRÓXIMO AÑO

La Encuesta SEA CREA, que en esta edición fue respondida por 1.450 empresarios y 228 asesores de las distintas regiones productivas del país, refuerza la visión de que el 2026 comienza con una base promisoria para la ganadería y la lechería, aunque con desafíos que requerirán monitoreo constante.

La periodicidad cuatrimestral del relevamiento permitirá seguir de cerca la evolución de estas tendencias, con una nueva edición prevista para marzo del próximo año. Además, los empresarios y asesores CREA pueden acceder a la plataforma de Datos y Herramientas CREA para consultar los indicadores de su grupo, región o del panorama nacional, tanto en su histórico como en su actualización más reciente.

En síntesis, se confirma un escenario donde los fundamentos productivos acompañan, los precios aún sostienen expectativas positivas y la expansión de planteos ganaderos y lecheros se encamina a continuar en 2026.

Pero, al mismo tiempo, exhibe señales de alerta que podrían condicionar ese avance: el clima, con excesos y sequías regionales, las dificultades propias de la ganadería ovina patagónica y el deterioro financiero de los tambos. Un año que empieza con buen pie, aunque pide prudencia.