Otra que el Pombero: En Misiones se prohibirá el glifosato mientras se escuchan misteriosos relatos sobre un bioherbicida para reemplazarlo que nadie conoce
“Se prohíbe la utilización del glifosato, sus componentes y afines en toda la Provincia. Se establece que esta prohibición entra en vigencia luego de dos (2) años desde su publicación oficial a los efectos de una transición progresiva del cambio cultural de los sistemas productivos actuales implementado a partir de la Ley XVI – N.°
“Se prohíbe la utilización del glifosato, sus componentes y afines en toda la Provincia. Se establece que esta prohibición entra en vigencia luego de dos (2) años desde su publicación oficial a los efectos de una transición progresiva del cambio cultural de los sistemas productivos actuales implementado a partir de la Ley XVI – N.° 124 hacia métodos más amigables con el ambiente”.
Eso dice el artículo 7° de un anteproyecto de ley que sería aprobado en las próximas horas por la Cámara de Representantes de Misiones porque ya pasó el filtro de la Comisión de Recursos Naturales, Conservación del Ambiente y Cuidado Animal de esa legislatura y sobre todo porque cuenta con el visto bueno del hombre fuerte de la política misionera, el ex gobernador Carlos Rovira.
Como se puede leer en el artículo de marras, el glifosato (un herbicida muy común utilizado para el control de malezas de amplio espectro) se prohibirá totalmente en territorio misionero en un plazo de dos años, es decir para junio de 2025, mientras se espera una transición hacia otros métodos de control de malezas “más amigables con el ambiente”. Curiosamente la ley no dice nada sobre otros agroquímicos mucho más peligrosos y tóxicos que el glifosato.
En rigor, el proyecto trata de implementar “un marco regulatorio para la investigación, desarrollo, producción, procesamiento, registro, comercialización y utilización de productos biológicos naturales, conocidos como bioinsumos, que aportan a las políticas de sostenibilidad y sustentabilidad aplicadas a la agroindustria en la Provincia”, según se define en el primer artículo. Párrafos más tarde, crea “el Registro Provincial de Productores de Bioinsumos” y ordena al Ministerio del Agro mantenerlo actualizado.
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Como ya ha contado Bichos de Campo en marzo del año pasado, desde hace rato que Rovira quiere prohibir el glifosato y propugna su reemplazo por productos biológicos. Para eso, la Provincia de Misiones ha invertido fuerte no solo en su propia empresa estatal Biofábrica Misiones (dedicada a la propagación vegetal) sino también en el desarrollo de una nueva firma privada llamada Agro Sustentable, ubicada en el parque industrial de Posadas, donde ya se están ensayando y comercializando diversos bioinsumos.
El problema es que, por lo que se sabe hasta ahora, ninguno de ellos sirve para combatir las malezas sino para otros fines agrícolas. Es decir no reemplazan ni por asomo al glifosato, herbicida de síntesis química y de baja toxicidad (es Banda Verde) que es bastante utilizado por los colonos en las chacras misioneras.
En su página web la empresa solo oferta comercialmente dos productos desarrollados hasta ahora: el Biofert GTG, que es “un fertilizante complejo líquido orgánico, que puede aplicarse desde el momento de la siembra hasta la cosecha”; y Bio Insect, que como su nombre lo indica es un “Insecticida acaricida orgánico”. También se anuncian “próximamente” un fitorregulador y un complejo de microorganismos. Pero del herbicida biológico ni noticias.
¿Y entonces? ¿Qué se proponen las autoridades misioneras para reemplazo del glifosato? Por ahora son todos más relatos que cosas verificables.
Hace unos días, a fines de mayo, el presidente de un organismo público llamado Instituto de Fomento Agropecuario e Industrial (IFAI), el ex diputado provincial Roque Gervasoni, brindó una extensa entrevista a Misionesonline donde presenta a la provincia como “pionera en materia de bioherbicidas”. Habló allí de un “bioinsumo completamente amigable con el medio ambiente que ayuda a controlar las malezas de manera orgánica y sin la implementación de químicos como el glifosato”.
Pero luego parece describir una cosa completamente diferente, pues menciona un bioestimulante que hace crecer más y mejor la planta objetivo, y no un herbicida que lo que debe hacer es eliminar la presencia de malezas que compiten contra ese cultivo.
Lo único que queda claro que este funcionario tiene apenas una vaga noción de lo que está hablando.
Por caso, dijo que “el uso de este herbicida (sic) pensado para la chacra tiene un impacto significativo en la producción de una planta después de 30 días. Con la utilización de este producto, se observa un desarrollo notable en la planta. En el caso específico del zapallo de tronco, se puede apreciar cómo ha crecido desde una plantita chiquita hasta una planta bien desarrollada en el transcurso de 30 días. Esto se logra gracias a la aplicación del GTG, nuestro biofertilizante. Además de promover el crecimiento de la planta, también acelera la floración del zapallito en un 70%, lo cual es un beneficio adicional”.
-¿Qué diferencia este bioherbicida de los insumos químicos utilizados anteriormente?- le preguntan al ex diputado.
-Lo que estuvimos viendo es que el bioherbicida es de aplicación local y no selectiva, mata toda la maleza sobre la que nosotros vamos a desparramar el producto. Es de aplicación lenta, rinde 6 litros por cada 20 de mochila, es decir, tiene una concentración bastante alta, pero cumple la misma función que cumpliría un Roundup.
Por si acaso, como previniendo que estaba diciendo semejante burrada agronómica, Gervasoni aclaró: “Yo no quiero hablar de reemplazar, sí quiero hablar de una alternativa sana y orgánica. Porque hay mucha resistencia todavía en algunos lugares con esto de hablar de decir que el Roundup no tenemos que utilizarlo. Entonces, Misiones está buscando alternativas saludables para poder luchar contra la maleza. Si en una aplicación no tenemos resultado porque la maleza es muy alta, cuando ésta se seca, tenemos que volver a aplicar e ir quemando los brotes. Lo que hace esto es prácticamente quemar, secar la maleza, y eso lo dejamos a campo en el suelo y queda como una suerte de mulching natural”.
Más tarde, para confundir más todavía las cosas entre un fertilizante y un herbicida, el funcionario dijo: “Sé que la gente también de Biofábrica está trabajando con algunos hongos, tricodermas creo que son, que también van a cumplir la misma función de fertilización natural. Sé que hay otros proyectos con residuo de mandioca, pero hoy Misiones tiene el Parque Industrial de Posadas que es un lugar agrosustentable y que está elaborando productos totalmente orgánicos para una producción orgánica”.
–¿Es el mismo producto o son dos productos distintos, tanto el biofertilizante como el bioherbicida?- duda finalmente el periodista ante la falta de claridad en la explicación.
-Son totalmente distintos. El biofertilizante, es el que se utiliza cuando tenemos las primeras hojas, como para que ella comience a desarrollarse. Tenes el biomo, que es una suerte de arrancador que lo utilizamos en la semilla o en los plantines o cuando llevamos los plantines a la chacra. Tenemos el bioinsecticida, que es otro producto, que ya lo dije, es para los insectos. Tenemos otros productos que es para el despunte de tabaco, que hacen que mejore la calidad del tabaco. Y por último tenemos el bioherbicida, que nos garantizaron que en las primeras horas ya tenemos resultados. Es decir, una vez que la hoja se deprime, después esa hoja se pone negra y finalmente se seca. Así que las primeras pruebas que ya vienen tomando hace más de un año a campo están espectaculares.
En la página web institucional de la IFAI no hay ninguna mención visible a un programa sobre bioinsumos.
En fin, habrá que esperar. Lo que está claro que por ahora Misiones avanzará en la prohibición total del glifosato (también en las zonas rurales) sin ninguna alternativa demasiado confiable en el horizonte.
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