Retenciones a las economías regionales: el maní, contento; el girasol, enojado
La Cámara Argentina del Maní celebró que se incluya parte de sus exportaciones en la exención del pago de retenciones. Desde la cadena del girasol lamentaron seguir fuera de este beneficio.
Dos miradas muy distintas surgieron este jueves por la tarde, luego de que el Ministerio de Economía oficializara la decisión de reducir a 0% la alícuota de retenciones para diversas economías regionales.
Entre ellas se encuentra el maní, que si bien no recibió el beneficio para todas sus exportaciones (el maní “confitería” o con piel seguirá pagando el tributo), sí logró que se exima del derecho de exportación a la versión “blancheada” (sin piel), que exporta a más de 80 países.
Del otro lado, el girasol, que no es considerado como economía regional, quedó exluido, lo que valió una queja por parte de la cadena del cultivo.
CELEBRACIÓN EN EL MANÍ POR LAS RETENCIONES
En primer término, la Cámara Argentina del Maní (CAM) dijo en un comunicado que celebra la medida del Gobierno nacional, porque “ayuda a impulsar la competitividad de una de las economías regionales más importantes en Argentina y una de las cadenas agroindustriales que porcentualmente más exporta”.
En este marco, el presidente de la CAM, Diego Yabes, formuló un pedido para que esta decisión tomada ahora por decreto se transforme en una política de Estado hacia el futuro y que “ninguna economía regional vuelva a tener retenciones”.
Yabes recordó que el maní argentino es líder mundial en el mercado exportador, y compite contra orígenes como Estados Unidos o Brasil donde no existen este tipo de impuestos distorsivos y, por el contrario, reciben subsidios y reintegros para poder producir más y crecer.
“Es por ello que los reintegros a la exportación son importantes para nuestro sector y deberían incrementarse para fomentar el desarrollo de todas las economías regionales”, añadió Yabes.
También subrayó que el sector manisero es “generador de valor agregado en origen, y eso significa empleo arraigado e inversiones, muchas de las cuales son de origen nacional”, y además repasó que es una de las economías regionales que más dólares genera.
“Por eso la eliminación de retenciones es una medida que ayuda a impulsar a una de las cadenas agroindustriales que más exporta en Argentina”, insistió el presidente de la CAM.
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CRÍTICAS DESDE EL GIRASOL
Del otro lado, la Asociación Argentina del Girasol (Asagir) también emitió un comunicado, pero en el que dijo que “lamenta que el complejo agroindustrial del girasol haya sido excluido en el programa de eliminación de derechos de exportación para las economías regionales”.
Desde Asagir sostienen que el girasol es un cultivo que a menudo les permite a los productores sostenerse en pie, dadas sus condiciones de adaptación a los climas complejos y sensibles a los efectos del cambio climático, y con una geografía productiva bien federal: se extiende desde el norte del país hasta La Pampa y el sur de Buenos Aires.
“Las industrias de transformación también tienen una distribución muy regionalizada; de hecho, constituye un elemento clave para el empleo industrial en sus localidades. El desarrollo genético también es regional, y ofrece empleo rural a través de proveedoras de semillas y trabajo colaborativo con el INTA”, agregó Asagir.
En este marco, la Asociación se quejó de que la industria de procesamiento de girasol agrega valor local y compite en desventaja en el exigente mercado mundial de aceites.
Esto es así porque, además del grano (que paga una alícuota del 7%), “los productos industrializados del girasol también tienen un castigo impositivo incomprensible; el aceite y los pellets tienen alícuotas que van entre el 7% al 5%”, reclamó la cadena del girasol.
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“Esto va en desmedro de la agregación de valor industrial, e impide la mejora de los precios percibidos por los productores agrícolas, resultando en un desincentivo para ampliar la superficie de producción”, enfatizó.
Al respecto, Asagir no dudó en mencionar que: “Si mantenemos estos niveles de derechos de exportación, perderemos la oportunidad de ser proveedores competitivos en un mundo que necesita el aceite de girasol argentino debido a la invasión rusa a Ucrania”.
“La cadena del girasol puede volver a ser un contribuyente muy importante al crecimiento del empleo, generación de divisas y agregado de valor en origen en nuestro país, si el Gobierno no se empeña en lo contrario”, finalizó la Asociación.
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