País de locos: Sería responsable de medios de Javier Milei un vocero gremial que hasta hace unas horas justificaba el bloqueo a empresas
Hasta hace muy poco se presentaba como “encargado de prensa de Atilra”, pero ahora, desde el 10 de diciembre, debería decir “subsecretario de Medios” del Gobierno Nacional. ¿De qué gestión? De la encabeza el flamante presidente Javier MIlei. Eduardo Roust no es nuevo ni en la comunicación, ni en la política. Está casi confirmado que
Hasta hace muy poco se presentaba como “encargado de prensa de Atilra”, pero ahora, desde el 10 de diciembre, debería decir “subsecretario de Medios” del Gobierno Nacional. ¿De qué gestión? De la encabeza el flamante presidente Javier MIlei.
Eduardo Roust no es nuevo ni en la comunicación, ni en la política. Está casi confirmado que en pocos días más tendrá que reportar a quien será secretaria del área, Belén Stettler Wiertz, sobre quien no hay referencias conocidas, ni siquiera en un perfil de Linkedin. Lo único que se dice es que tendría relación con alguien del círculo más cercano al futuro presidente, Javier Milei.
Pero Roust tiene un pasado por demás inmediato que colisiona con muchas de las ideas fundamentales del gobierno libertario que asumirá el domingo 10 de diciembre.
Eduardo Roust es periodista, pero dejó de ejercer como tal allá por 1990 cuando entró como director de Comunicación de la Secretaría de Cultura de la Nación, en tiempos menemistas, con Julio Bárbaro como titular. Pasó de inmediato a la prensa del Ministerio del Interior, de aquel Carlos Ruckauf a quien terminó acompañando en su vicepresidencia, hasta 1999, pero mudándose también a la gobernación bonaerense hasta 2002.
El camino sobre cómo llegaría a esta nueva función se escribe por una cercanía con “Pepe” Albistur, el publicista que le presta el departamento de Puerto Madero a Alberto Fernández. Allá por 2003 cuando el actual presidente era Jefe de Gabinete, Roust fue su vocero hasta 2008 cuando estalló el conflicto del Gobierno con el campo por la Resolución 125, por las retenciones móviles. Entre la renuncia de Alberto y su desembarco en la asesoría en comunicación estuvo un tiempo junto a Florencio Randazzo, en el Ministerio de Interior hasta 2011.
A partir de ese momento fue el referente indiscutido de prensa y comunicación de la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (Atilra), pero con una función que siempre excedió los partes de prensa o los contactos con los medios. Fue casi un operador político. De allí que llame la atención que lo hayan elegido para ocupar tan alto puesto en el gobierno de Milei, porque desde allí justificaba cotidianamente los bloqueos a empresa protagonzados por dicho sindicato. El más reciente es el caso de SanCor, pero antes fueron muy difundidos los casos de lácteos Vidal y de Lácteos Mayol.
A través de su agencia Rilke Comunicación, que ya no tiene más online su sitio web donde se podían recorrer las empresas y sindicatos que tomaban sus servicios, entre los que se encontraba también el Sindicato Único de Trabajadores de Edificios de Renta y Horizontal (SUTERH), gremio comandado por Víctor Santa María que abarca múltiples funciones, incluyendo al Grupo Octubre que incluye medios tales como Página 12, Canal 9 y la reversionada revista Caras y Caretas, donde Roust figura como asesor de relaciones institucionales, además de otros sitios, canales y radios.
Es ese vínculo con Albistur el que actualmente lo habría acercado a esta posibilidad de inmiscuirse una vez más en un cargo público, que ya tuvo rechazos de muchos sectores, tal como le sucediera a su hijo, Juan Francisco Roust, cuando en 2017 fuera contratado por el rabino Sergio Bergman, para asesorarlo en el Ministerio de Ambiente, a pesar de no tener ni título universitario, ni experiencia en el área.
¿Pero cuál sería el motivo de generar un malestar en la prensa?, además de las contradicciones de sus manifestaciones en redes sociales borradas por completo este miércoles con su futura función.
Eduardo Roust siempre estuvo dedicado a operar con profesionales y medios de comunicación, públicamente y también de forma privada, aunque no siempre en nombre de un “cliente”, sino que en varias oportunidades lo hizo a título personal.
Se pueden rescatar algunos comentarios con su nombre y apellido registrados por ejemplo en nuestro portal. A fines de octubre en una de las tantas notas sobre el conflicto que Atilra le plantea a SanCor y que no cesa, indicaba textualmente “no mientan, no hay ningún tipo de bloqueo…!!! Sólo asambleas informativas por la situación que vienen padeciendo los trabajadores y trabajadoras…”.
Pero no fue la única acusación sobre mentiras a un medio que trabaja seriamente. Cuando se tuvieron que tirar cien mil litros de leche que se acidificaron por la imposibilidad de ser procesada a causa de la paralización de SanCor, Eduardo Roust escribió lo siguiente: “Es mentira esa foto del camión de SanCor. No está tirando leche, es suero de se desecha después de producir quesos y manteca. Es Fake News. Ojo. Terrorismo de los directivos de SanCor. Ocúpense para que se cumplan los derechos básicos de los trabajadores y trabajadoras de la industria láctea en vez de difundir noticias falsas”.
Lo raro es que en tantos años vinculado al sector lechero no sepa que el suero tiene cierta transparencia, pero fue una decisión de comunicación de Atilra la de responder a esa desgracia con la negación de las imágenes, la desacreditación de los profesionales que las comunicaron.
Quizá esas herramientas ahora ya no le sirvan tanto en un Gobierno que supuestamente quiere otras cosas, aunque sus posturas y manifestaciones parezcan no coincidir con la renovación de autoridades, pero sobre todo con la intención de alejar a la “casta” del poder.
Bichos de Campo le envió un mensaje a Eduardo Roust para confirmar que asumiría en ese cargo, y solo hubo una vista de la consulta, sin respuesta alguna.
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