“Es muy difícil sentarse a hablar con inversores cuando tenemos esta película adentro”, dice el presidente de SanCor en medio de los bloqueos de Atilra
Pasan los días y se sigue complicando la situación de SanCor Cooperativas Unidas Limitada con la retención de tareas lanzada por muchos trabajadores por propia voluntad y por muchos otros de modo forzoso debido a los aprietes gremiales. De estos últimos procedimientos se acumulan ya las pruebas para avanzar en el plano judicial, para definitivamente
Pasan los días y se sigue complicando la situación de SanCor Cooperativas Unidas Limitada con la retención de tareas lanzada por muchos trabajadores por propia voluntad y por muchos otros de modo forzoso debido a los aprietes gremiales. De estos últimos procedimientos se acumulan ya las pruebas para avanzar en el plano judicial, para definitivamente destrabar las intenciones del gremio Atilra de fundir a una empresa que este año cumplirá 86 años.
Décadas complejas, malas y buenas decisiones hicieron que hace unos siete años una situación que ya era compleja se profundizara.
“En 2017 comenzamos con una reestructuración de SanCor y en los dos últimos años habíamos propuesto generar una figura de fideicomiso, con una sociedad a través de la cual podamos capitalizar a la Cooperativa y tener los fondos necesarios para volver a ponerla en marcha”, comenzó contando a Bichos de Campo el Presidente de la Cooperativa, Alberto Sánchez.
La entrevista se produjo en el marco de la visita, este viernes, de los diputados nacionales por Santa Fe, Verónica Razzini, Alejandro Bongiovanni y Gabriel Chumpitaz para reunirse con trabajadores y Consejo Directivo.
“Hace dos años firmamos un compromiso para formar ese fideicomiso con inversores, el gremio acompañó y lamentablemente no pudimos llegar a buen puerto con esa gente y tuvimos las manos atadas para seguir buscando inversiones hasta el 15 de noviembre”, dijo Alberto Sánchez, sobre aquella iniciativa que en efecto Atilra apoyaba, pero que nunca tuvo fondeo privado y siempre aspiró a fondos públicos (se hablaba de un crédito por 60 millones de dólares del Banco Nación) que ese grupo empresario le pedía al anterior Gobierno. Más de uno soñaba con una continuidad del peronismo en el poder para forzar las cosas. Pero eso no resultó.
“A partir de esa fecha, la Cooperativa está trabajando con inversores, tiene a asesores contratados para buscarle una salida que creemos que vamos a encontrarla a corto plazo”, dijo Sánchez, que de todas maneras aclaró que “es muy difícil sentarse a hablar con inversores cuando tenemos esta película adentro, cuando tenemos un gremio que está trabajando en contra nuestra”.
Encabezando un Consejo Directivo que busca tener definiciones para la empresa láctea que alguna vez fuera líder en el mercado argentino, el cooperativista abundó en que “hay conversaciones, hay mucha gente interesada que se arrima a colaborar para solucionar esto, para poder trabajar, para arreglar esto”.
Actualmente dentro de la estructura de SanCor hay trabajadores que creen que la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina tiene una representación genuina y por eso se pliegan a las medidas de fuerza, reclamando por deudas con el Sindicato y su Obra Social. Pero también están los trabajadores que deben parar por la fuerza, bajo amenazas de sus propios delegados. A todos, unos y otros, Atilra los tientan con fondos que se pagan en efectivo semanalmente, aunque no pudieron llegar a la última promesa de 300 mil pesos. En las últimas dos semanas se discontinuaron en la entrega.
Lo que el gremio nunca aclara es que la cuotificación semanal de los salarios y la demora respecto a la paritaria fue acordada y aceptada por la misma Atilra en la Resolución E 658/2017 de la Secretaría de Trabajo. Eso se iría mejorando hacia fin de este mes, cuando la Cooperativa termine de ajustar los pagos, según se dijera en las últimas audiencias ante la autoridad laboral, aunque seguirían siendo semanales.
Sánchez indicó al respecto que “tenemos una propuesta presentada en el Ministerio de Capital Humano, que inicialmente comenzó pagándose 150 mil pesos por semana, que hoy están en 300 mil para cada pago, para retomar las pautas comprometidas en un plazo de cuatro meses y las estamos cumpliendo”.
Por otro lado aclaró que “la deuda con el gremio está firmada, está reconocida y está el compromiso de pago”.
Sin demasiados argumentos para llevar adelante los bloqueos, entonces se hace visible que hay otros intereses en juego. Héctor Ponce, el líder de Atilra, reconoció aquella noche del 15 de noviembre, cuando se vencieron los plazos legales para constituir el fideicomiso, que su intención sería quebrar a SanCor para compararla por poco de la mano del grupo empresario conformado por Leandro Salvatierra, Diego Feser, Jorge Estévez y Gustavo Scaglione. Esto recalienta la situación en la planta principal de Sunchales, aunque afecte al resto y al centro de distribución de Don Torcuato.
Como el resto de los tambos, el de Sánchez tuvo demoras de casi dos meses para poder cobrar la producción entregada durante el primer tramo del bloqueo. Actualmente Atilra amenaza a otras empresas para que no reciban materia prima destinada a SanCor, para que al menos se pueda secar. La estrategia es siempre la misma.
“Somos una Cooperativa de productores pequeños y medianos. Yo soy tambero de la zona de Arroyito, provincia de Córdoba, podría estar muy cómodo vendiendo mi producción en una empresa multinacional o en una pyme argentina; y yo estoy entregando. Somos 150 que estamos acá, en una causa que empezó cuando había muchas multinacionales manejando el mercado”, indicó el cooperativista.
Y agregó: “Hoy estamos convencidos que tenemos que salvar a la cooperativa, que es una marca de los productores- Y tenemos que salvarla para darle mayor beneficio a nuestros productores, desarrollar la zona -como lo hicimos- y cambiar la lechería”.
A pesar de que el gremio intenta instalar la existencia de una deuda actual en SanCor varias veces más grande que la que reconoce la propia empresa, estos datos llaman a confusión, aunque no sean verídicos.
Por eso Alberto Sánchez aclara un punto fundamental. “Al Gobierno siempre le pedimos un acompañamiento, como la refinanciación de deuda impositiva, para resolver la parte laboral, pero plata no le pedimos. La plata tiene que estar del lado de los privados, de parte de la Cooperativa. No vamos a vivir de subsidios, ni de ayudas, porque todo lo que siempre se soñó y se habló durante dos años nunca se dio”.
En ese sentido, aludiendo al caído fideicomiso, recordó que “siempre se habló de 60 millones de dólares, que los iba a poner el Gobierno anterior, una empresa amiga. Fue todo chamuyo, que no lo queremos, porque tenemos que garantizar una Cooperativa sustentable con fondos propios y privados que realmente vengan a compartir un negocio”.
Claramente la estrategia cambió y esto es lo que también le molesta a la gremial.
“SanCor no es solo Sunchales. Son seis plantas, y en todas hay manifestaciones de gente, que está adherida y apoyando en forma pacífica al gremio. Tenemos a un 70% de la gente que está trabajando en el resto de las plantas, sin violencia. En Sunchales tenemos violencia. Tuvimos la presencia de los ministros de Trabajo y Seguridad de la provincia, que hablaron con los gremialistas, se comprometieron a dejar trabajar. Pero se fueron ellos y volvió la violencia”, denunció el directivo.
La Cooperativa parece decidida a no dejarse amedrentar y no ceder. “Nosotros estamos trabajando en todas las denuncias que hagan falta, para abarcar los casos que involucran a esta gente y para defender a quienes quieren realmente trabajar. Estamos haciendo denuncias, actas con escribanos, tenemos denuncias de empleados. La próxima semana vamos a presentar todas las pruebas en Fiscalía”.
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