“Hay que ver hacia dónde va el productor, tener contacto a tierra: es lo que le falta a muchas multinacionales”
Entrevista a Ricardo Yapur, CEO de Rizobacter. Con más de 43 años en la empresa, asegura que su rol de productor agropecuario lo ayuda a encontrar soluciones para el campo. También opina sobre cómo ve a la economía argentina.
Mientras el poder ejecutivo y el legislativo negocian los avances de lo que quedó del proyecto de Ley Bases impulsado por el Gobierno de Javier Milei, el panorama para muchas empresas agropecuarias tiene un dejo de sensaciones encontradas.
¿Hasta cuándo y dónde continuarán los alcances del Gobierno por cambiar la macroeconomía del país, y cómo impacta en la micro y la realidad cotidiana, para el campo y más allá del sector? Preguntas de esa índole son las que por estas horas se hacen en firmas como Rizobacter.
La empresa elaboradora de productos fitosanitarios con origen biológico celebró días atrás los primeros 10 años de su programa “Rizoderma”, que fue un verdadero mascarón de proa en el mercado de los insumos biológicos.
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En la noche de la celebración que se realizó en el distinguido complejo Torreón del Monje en Mar del Plata, con el mar a escasos metros, el CEO de la firma, Ricardo Yapur, se prestó al diálogo con Infocampo y brindó su mirada como empresario, pero también como productor agropecuario.
“Hace poco cumplí 66 años y tengo 43 en la empresa, y veo un equipazo de gente que tiene entre 30 y 40 años, que seguirá el camino que un día el ingeniero Harnan comenzó y yo seguí. Eso me llena de orgullo, alegría y satisfacción porque veo una empresa viva, llena de crecimiento y capaz de celebrar diez años como lo festejamos ahora, y estamos seguros de que va a celebrar 20 o más porque el producto tiene camino hacia adelante”, afirmó.
MANO A MANO CON RICARDO YAPUR
-¿Han sabido leer ciertos momentos? ¿Cuál es la clave de Rizobacter en ese sentido?
-Una de las grandes habilidades ha sido leer el mercado y ver para dónde va. Siempre digo que hay que tener olfato y saber hacia dónde olfatear y ver para dónde van las cosas, esa es una de las claves. Cuando lanzamos Rizoderma no estaba maduro el mercado pero yo había viajado varias veces a Europa y había visto la demanda de los productores por lo biológico y tomamos la decisión de lanzarlo. Hoy es una realidad que llevó tiempo y sacrificio, no fue fácil y hubo que mostrar muchas cosas. Hubo que preparar muchos lotes demostrativos.
-¿Qué es olfatear el mercado y a qué hay que estar atento?
-Hay que ver hacia dónde va el productor. Qué necesita. Y empezar a darle soluciones a esas necesidades. Es simple, no es complicado, lo que pasa es que hay que tener mucho contacto a tierra, que es lo que le falta a muchas grandes multinacionales. Y no lo digo del agro, lo digo en todo el aspecto de la vida. Las grandes multinacionales se quedan lejos de lo que le pasa al cliente final. Yo soy productor agropecuario y tengo las mismas necesidades mis colegas. Esas necesidades son las que transmito adentro del directorio de Rizobacter para elegir tal o cual camino.
-¿Qué es lo que hoy una empresa así necesita para “seguir leyendo el mercado”? ¿El RIGI sería una herramienta que ayude?
-La macro complica mucho en el día a día, tiene que haber una macro ordenada para que todos aquellos que llevamos una micro adelante lo hagamos en función de una macro. Yo entiendo que el Presidente –y estoy totalmente de acuerdo- quiere ordenar la macro. Pero en el medio la micro va caminando. Y hay gente a las cuales nos van pasando cosas. Pero tenemos que entender que si no ordenamos la macro no salimos a ningún lado, hay que ordenarla. Y en el medio iremos cambiando. Hay algo que se va dando y no sé si ustedes lo pescan, que hay un cambio en la cabeza de la gente y en la cabeza nuestra incluso, que creo que nos va a llevar a que aguantemos la macro hasta que cambie, para cambiar la micro.
-¿Y ese camino puede ser riesgoso para algunos productores de menor escala?
-Sí, seguro. Puede ser riesgoso porque algunos no tengan la escala suficiente para aguantar el golpe, el latigazo que pasa en este momento. Y otros porque no tengan la formación económica y tecnológica como para poder aceptar lo que está pasando, entenderlo y digerirlo para solucionarlo hacia adelante.
-¿Cómo ves el semblante del productor en ese sentido?
-Está pasando un momento complejo y enredado que lleva a enredar al distribuidor y también a nosotros. Pero bueno, yo creo que en estos 43 años que tengo en la empresa todos fueron complejos, en mayor o en menor medida. Yo creo que el productor al final del día siembra y usa la tecnología, salvo que sea muy complejo y porque siempre apunta a incrementar rendimientos. Yo creo que las cosas pasarán para bien.
-¿En este momento, qué te inquieta como empresario y líder de una compañía?
–La incertidumbre. Es muy compleja. Porque no se pueden tomar decisiones claras. No sabés y tenés que ir regulando todos los días porque no sabés qué es lo que te va a pasar mañana. Eso para mí, como empresario, es complejísimo porque en mi rol de productor agropecuario no me preocupa: yo sé que cuando siembro lo hago a cielo abierto, que puede llover o no, puede venir un insecto, un hongo, etc. Eso puede pasar y lo sé. Pero en el mercado empresarial de los productos fitosanitarios no es lo mismo, hay un montón de variables que influyen y no son controladas por el Gobierno ni el Estado, y esas cosas me complican. Pero no es nada distinto a lo que hemos vivido en los últimos 40 años.
-¿Y qué es lo que más te da esperanzas?
-Que Argentina es un país con gente muy inteligente y trabajadora, y gente que está produciendo la cantidad de granos y de carnes que el mundo necesita. Eso me da esperanzas de que nosotros tenemos un futuro muy grande.