Claudio Otero trabaja hace 16 años con la Colonia Menonita poniendo online los productos que allí fabrican, y cuenta como se está abriendo la comunidad a las tecnologías modernas
“Nueva Esperanza” es el nombre de la Colonia Menonita de La Pampa, allá en el sureste de la provincia, casi pegada a Río Negro. Como los menonitas son gente de trabajo, gente de trabajar la tierra, y se aferran a la resistencia del pasado, no poseen tecnologías modernas, ni dispositivos electrónicos que los distraigan de
“Nueva Esperanza” es el nombre de la Colonia Menonita de La Pampa, allá en el sureste de la provincia, casi pegada a Río Negro.
Como los menonitas son gente de trabajo, gente de trabajar la tierra, y se aferran a la resistencia del pasado, no poseen tecnologías modernas, ni dispositivos electrónicos que los distraigan de su rutina diaria, que es el trabajo en el campo.
Si bien cuentan los integrantes de la comunidad que en la zona donde se establecieron las tierras no son muy buenas para desatar la agricultura y la ganadería de lleno, como sus antepasados, decidieron montar un polo metalúrgico desde donde se fabrican silos, comederos, bebederos, mixers, tinglados, carros y otros implementos de infraestructura agrícola.
Los menonitas encuentran otro desafío ahora, que no es el de la tierra, sino el de la comercialización, puesto que para acceder al mercado, necesitan de las tecnologías, y las nuevas formas de ofrecer productos, pero que ellos no pueden hacer.
Es por eso que el santarroseño Claudio Otero trabaja con ellos desde hace 16 años, contratado por la colonia para mantener el sitio y la comunicación oficial, y en el último tiempo también les da una mano con la publicación online de los productos que allí fabrican.
Según explica Otero, “hace unos 16 años, en un proyecto de hacer una web para contar la cultura, las costumbres y la forma de esta comunidad, de cómo viven, cómo trabajan, cómo se relacionan, se comenzó a informar a través de fotos, artículos. Poco a poco eso fue empezando a cambiar, a mostrar la producción, y hoy a comercializar a través de este medio”.
Lo que motiva la charla con Otero en este momento, en pleno atardecer pampeano dentro de la Colonia Menonita, es conocer aquel primero momento, allá hace 16 años, cuando empezó a trabajar con ellos.
Al respecto, Claudio afirma: “Un día tuve la idea de hacer una web para mostrar la forma de vida y todo lo que conlleva. Vine a la colonia, anduve, visité, comenté. Todo el mundo me dijo qué bueno, qué interesante. Pero como no usan web, como no tienen computadoras, quedó todo ahí. Los primeros años había alguna comunicación de gente que quería venir a visitar, más que nada enfocado en el tema turismo, y después cuando el comercio electrónico empezó a dinamizarse más, a tener un poco más de demanda, diferentes fábricas empezaron a consultar o a ver, de empezar a mostrar lo que ellos fabricaban para que gente de otras provincias, de otros lugares, productores, pudieran conocer, acceder”.
Mirá la nota completa con Claudio Otero:
Claudio lleva adelante la web, donde él no tiene un discurso de ventas, sino que publica y es el nexo entre los fabricantes menonitas, quienes luego concretan visitas y generan el negocio. Aun así, a Claudio le apasiona su trabajo y la vida de la comunidad.
“El vendedor final es la fábrica, yo facilito la parte que ellos no terminan de manejar que es la comunicación tecnológica. Los productos fueron ganando su reconocimiento de boca en boca. La evolución de los productos fue un poco lenta en su momento y a través de la página se llega hoy a todas las provincias argentinas. Básicamente los productos de la colonia son productos pensados para que duren, son robustos, rústicos, no tienen gran tecnología incluida, pero un carro, un silo, un galpón es un producto que va a durar y que va a cumplir la función que el hombre de campo, el productor hoy necesita”, reflexiona Otero.
La pasión de Otero le lleva a explicar que además de los productos que los menonitas hacen, uno de los elementos favorables tiene que ver con la palabra, con el compromiso que tienen los menonitas y que cumplen con lo que prometen. Pero no siempre es así a la viceversa.
“Lamentablemente han aprovechado su buena disposición a hacer negocios o a creer en la palabra también, como la de ellos, y no siempre se les ha retribuido de la misma forma. Por ahí hay publicaciones, o hay ofertas de productos de la colonia, que no necesariamente son de la colonia, o que no son de gente directa de la colonia. Ellos no tienen su Facebook, no tienen su red social propia, porque no la manejan, y aprovechando esa instancia a veces se dan situaciones que no son claras”, explica Otero, quien además brinda recomendaciones para no ser estafado, y que no haya intermediarios espurios en el camino.
“Yo siempre pido que se chequee, que sea directo de fábrica, que haya detrás una fábrica menonita, o la comunidad, y no una persona que se ponga el nombre de representante que no tienen nada que ver. Ellos no tienen inconvenientes en tener reuniones previas, personales, cuando se hace alguna venta o alguna operación con galpones o alguna cuestión de silos, ellos no tienen problema de reunirse con el cliente”, explica Otero.
– Hay algunas empresas de acá dentro que ya están pensando en proyecto propio de redes sociales, con gente contratada de afuera, ¿no?
– Entienden que las nuevas tecnologías, los nuevos medios de comunicación son una puerta a poder tener más llegada, más consultas, más ventas y bueno, al no poder a veces ellos gestionarlo directamente lo tercerizan, como tercerizan el transporte. Ellos no tienen transporte propio, no manejan vehículos, entonces se terceriza y algunas gestiones que hoy demandan el uso de tecnologías, computadoras, estudios contables, asesores, a través de internet. También contratan hasta remises para poder salir, porque ellos no pueden manejar para moverse en los pueblos cercanos o para hacer reuniones con clientes de otras provincias, contratan remises, hacen el viaje con chofer, ellos no tienen vehículo propio.
– Hay particularidades, que a nosotros que venimos de afuera nos llama la atención, como las ruedas de los tractores de fierro, la cantidad de gasoil porque la energía viene de generadores, y además una ferretería o varias ferreterías, corralones, abierto al público para el comercio. ¿Cómo explicamos esto de esta forma de vivir, un poco detenida en el tiempo?
– Sus costumbres, su cultura tienen una visión, pero se relacionan con un mundo que tiene un dinamismo, que tiene una forma distinta a la cual tratan de integrarse de alguna manera. O sea, la rueda de los tractores es un tema cultural, no tener vehículo propio es un tema cultural, le van encontrando la forma y van relacionándose con diferentes ámbitos en la medida de que esté dentro de sus posibilidades.
– Esto de algunas cosas como que no tienen electricidad de red, no tienen tendido eléctrico, no tienen celulares, pero venden cargadores para celulares, o no usan tecnología moderna, por decirlo de alguna forma, actual, pero en la ferretería encontramos tecnología salida hace 10 días. ¿Es un poco chocante esto de que ellos de alguna forma no lo usan, pero sí lo venden, o sí lo exponen?
– Bueno, sí. La realidad es que tienen que comercializar, tienen que progresar, a la colonia viene gente de los alrededores y de varios lugares a comprar herramientas, y si vos tenés una herramienta a manija y tenés una herramienta a batería manual, te van a comprar la manual. Entonces, definitivamente hay una opción para todo tipo de clientes. El tema de los generadores, si bien no hay luz con red, cada casa, cada fábrica tiene su propio generador de muy buena calidad, de la base, de la esencia de la producción. Entonces, bueno, se van adaptando, le van buscando la forma para poder estar siempre produciendo, siempre dándole para adelante.
En ese sentido, Gerardo Braun, fabricante de herrajes agroindustriales en la Colonia Menonita, también contó a Bichos de Campo su experiencia fabricando herrajes, y su propia matricería:
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