Uvas: en España descubrieron algunas variedades que podrían adaptarse mejor al cambio climático
Las variedades “Benedicto” y “Moribel” podrían funcionar como eventuales sustitutas de la uva Tempranillo, actualmente la variedad más trabajada en el país ibérico.
El desafío de capear las modificaciones en la producción agropecuaria que empuja el cambio climático es algo que está en la mente de los productores agropecuarios, y de todas las regiones del mundo.
El mercado del vino no escapa a ello: en Argentina se analizan distintas regiones nuevas a explorar para lanzarse a la producción vitivinícola y extender el área productiva.
El vino sigue con su expansión territorial: sumó tres nuevas indicaciones geográficas
Se trata de un camino en el cual las uvas empiezan a lidiar con temperaturas y suelos que pueden ser muy diferentes a lo que puede haber en zonas de Cuyo. A miles de kilómetros de distancia, en otros continentes, la búsqueda también incluye la exploración de otras variedades de uva.
En España, un reciente estudio que realizó el Instituto de la Vid y el Vino de Castilla-La Mancha (IVICAM) identificó dos variedades de vid “alternativas a la uva Tempranillo”. Las mismas podrían adaptarse al cambio climático.
Según un reporte del diario español ABC, las variedades Benedicto, y en menor medida Moribel, pueden llegar a ser “alternativas de futuro para la variedad tinta más extendida en España y presente en 38 denominaciones de origen”.
LAS UVAS Y EL CAMBIO CLIMÁTICO
“La Tempranillo, conocida también como Cencibel o Tinta del País, debe su nombre a que madura temprano. En las últimas décadas se ha comprobado que en muchas zonas vitícolas del sur de España sus producciones se están viendo seriamente afectadas como consecuencia del cambio climático, por lo que urge buscar alternativas”, desarrollaron desde el sitio periodístico.
Benedicto y Moribel son dos variedades relacionadas a la Tempranillo: una es progenitora de la misma, mientras que la otra es descendiente.
“Se adaptan bien a condiciones de estrés térmico y sequía”, informó el estudio “Evaluación del comportamiento de diferentes variedades de vid cultivadas bajo condiciones de sequía”.
El trabajo contó con la colaboración de la Universidad de Castilla-La Mancha y el Instituto Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario y Forestal de Castilla-La Mancha.
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