Desde Mendoza aseguran que el Gobierno nacional decidió eliminar los aportes para enfrentar esta plaga que afecta a la vitivinicultura, pero además que hay productores que no pagan las cuotas a tiempo.

La plaga lobesia botrana, conocida como “polilla de la vid”, es la principal amenaza biótica que enfrentan cada años las plantaciones de vid en todo el país.

En este contexto, en las últimas horas en las provincias cuyanas, mayores productoras de uvas del país, ha comenzado a ganar fuerte preocupación la posibilidad de que no haya fondos suficientes para combatir este insecto.

En concreto, el problema es que en el marco de las acciones para disminuir el gasto público, el Gobierno nacional habría decidido dejar de financiar el programa de lucha contra la lobesia botrana.

Por la importancia que tiene este tema, Mendoza y San Juan lo están abordando de manera conjunta, ya que si efectivamente estos recursos desaparecen, deberán buscar alternativas de financiamiento, ya sea con recursos propios o en colaboración con otras provincias productoras de productos agrícolas, que también podrían ver reducidos los fondos para combatir las plagas que las afectan.

SIN FONDOS CONTRA LA POLILLA DE LA VID

Lo que sucede en la práctica es que la ley que obligaba a la Nación a financiar el combate contra esta plaga ya no está vigente y en los últimos años estuvo sujeta a la voluntad política del gobierno de turno.

En este caso, la administración de Javier Milei advirtió decidió eliminar los Aportes No Reembolsables (ANR) y, aunque las campañas contra las plagas son financiadas conjuntamente por los productores y los gobiernos provinciales, la mayor parte de los fondos provenía del gobierno nacional.

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Como un aspecto importante para adicionar, el gobernador Alfredo Cornejo denunció que hay productores que “han sido lentos en pagar las cuotas que cobraba el Departamento General de Irrigación de Mendoza para combatir la lobesia”.

Por ello, el Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria de Mendoza (Iscamen) notificó a 75 productores sobre deudas pendientes relacionadas con este plan.

De todos modos, desde la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas (ACOVI) intentaron llevar calma: “No es la primera vez que el sector se ve amenazado por el envío de fonos nacionales”, enfatizó su presidente Fabián Ruggeri.

Y agregó: “La mayoría de los años se amenaza con su ausencia, pero finalmente llegan. Pero esto es algo que no podemos resolver las entidades vitivinícolas sin el apoyo del gobierno provincial”.

“No hay certezas sobre si llegará financiación este año o el próximo, o si la falta de fondos será una constante en el futuro. Si este último escenario se materializa, se debería cambiar el enfoque de ‘erradicación’ a ‘convivencia’ con la plaga, y cada productor deberá decidir si combate la plaga en su propiedad. Si no se asignan fondos, no pueden obligarnos a tomar medidas”, concluyó el dirigente vitivinícola.