Los Hereford del fin del mundo: recorrieron 2.800 km desde Tierra del Fuego para lucirse en Palermo
Un total de 12 ejemplares Hereford de la cabaña "Cabo Peña", de Río Grande, viajaron cuatro días en camión, cruzando seis provincias y debiendo pasar por Chile, para llegar a la Semana del Centenario de la Raza. Los detalles de un periplo histórico.
“A todo este viaje que hicimos no lo tomamos como un negocio: vinimos verdaderamente a darnos un gusto”, contó en una charla con Infocampo un cabañero que no quiso faltar al Centenario de Hereford en Palermo, la fiesta de gala de la raza que comenzó este miércoles en La Rural de Palermo.
Lo curioso del caso es que la expresión fue de un productor agropecuario que debió organizar el convoy en camión para trasladar 12 animales a través de 6 provincias, ingresar a otro país y volver a la Argentina, recorrer 2.800 kilómetros durante 4 largas jornadas en la ruta y llegar a la Ciudad de Buenos Aires.
¿Final del desafío? Para nada. Elis Alazard, representante de la Cabaña “Cabo Peña” de Tierra del Fuego, tiene por estas horas la certeza de que ninguno de los ejemplares que estarán hasta este viernes en La Rural podrán volver a la isla de Tierra del Fuego, porque el hecho de haber atravesado el río Colorado, y por ende la barrera sanitaria geográfica y natural, hace imposible el camino de vuelta.
“El esfuerzo fue enorme y el resultado económico de esto aún es una incógnita, esa es una realidad. Pero tenemos confianza en nuestros animales porque la genética que trajimos no tiene par, dadas las condiciones en las que los criamos allá, en Río Grande. Nosotros logramos status sanitarios que en muchas otras zonas del país sólo son posibles mediante una altísima inversión y cuidados”, aseguró Alazard.
LOS HEREFORD DEL FIN DEL MUNDO
El pasado jueves 5 de septiembre el mundo agropecuario y rápidamente el resto de la sociedad se enteró con sorpresa y preocupación del atentado a Nicolás Pino y sus colaboradores, que se dio en la sede porteña de la Sociedad Rural Argentina. Tras una semana, en la causa que investiga la Justicia Federal, todo sigue como si no hubiera pasado nada y no hay grandes avances.
Ese mismo mediodía, a 2.800 kilómetros de Palermo y probablemente sin el menor tiempo para revisar un teléfono o mirar un televisor, Elis y su colega Jorge Barría pusieron en marcha el sueño de llegar a Buenos Aires con las 12 vaquillonas.
Entre los preparativos de rutina debían garantizar que el alimento necesario para que esa cantidad de animales sea suficiente, pero que además estuviera embalado al detalle y con precisión casi quirúrgica.
Es que mucho antes de entrar a Santa Cruz, el convoy al mando del transportista Hernán Barrientos debía hacer un trayecto en suelo chileno. “Y en los controles sanitarios de Chile mejor que no te falte nada”, comentó entre risas Barría, administrador de la estancia Sara Braun S.A.
El periplo en el país vecino incluye nada menos que el cruce del majestuoso Estrecho de Magallanes: se trata del ingreso al continente luego de un tramo de media hora en embarcación, pero que algunas veces puede extenderse si sucede que el viento complique las tareas. Hasta puede generar que se prohíba la circulación.
“Por suerte no nos pasó nada de eso y llegamos a la otra costa, para luego volver a la Argentina. Ese paso es ya el cuarto control y su correspondiente presentación de papeleo y documentación, donde se pierde mucho tiempo. Para la noche del viernes Hernán y nuestros rodeos pudieron descansar en Río Gallegos”, explicó Barría.
Las siguientes noches se dieron en Comodoro Rivadavia, La Pampa y Olavarría. Y con todo ese camino a cuestas el camión arribó este lunes al predio de Palermo, cuatro días después de haber dejado el frío y el viento de todos los días en Río Grande para lanzarse a una larga travesía por la ruta 3 y la estepa patagónica.
LA COMIDA… LEJOS
La alimentación, incluso en este tipo de travesías, se vuelve un elemento central. Barría reveló que si bien es normal la pérdida de peso, una de las vaquillonas perdió casi 70 kilos durante el trayecto. El estrés del animal en ruta y las peripecias del camino suelen ser un dolor de cabeza importante en la logística de los cabañeros.
“Nunca hicimos un viaje tan largo como este, pero en algún punto estamos habituados a las grandes distancias, porque los fardos de forraje que necesitamos para los animales los tenemos que ir a buscar al Alto Valle del Río Negro, y el alimento balanceado para vacas u ovejas los conseguimos en Tornquist, provincia de Buenos Aires”, contó.
En un cálculo rápido que hicieron los cabañeros en la charla con este medio, estimaron una multiplicación de 10 veces el valor de lo que le cuesta a un productor ganadero bonaerense el hecho de salir a buscar ese insumo vital.
Otra variable cotidiana es la del traslado de los animales de exportación. Al no contar la isla con un frigorífico de matrícula nacional y poder distribuir únicamente en suelo fueguino, es común llevar animales rumbo a plantas en otros puntos de la Patagonia, habilitadas para faenar para la exportación.
“La tenemos cuesta arriba desde los costos. Pero al vender sabemos que podemos equilibrar la balanza y obtener una rentabilidad mejor, porque nuestra genética hace un diferencial. Pero más allá de los números hicimos todo este viaje porque lo sentimos así, y quisimos venir a mostrar nuestro trabajo, que es en definitiva nuestro orgullo”, aseguró Alazard.
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