Alfredo Draque, director de Agricultura de Mendoza, disertó en el Congreso Internacional del Terroir y destacó la potencialidad de la economía vitivinícola.

¿Demoró demasiado en llegar a la Argentina el concepto de ‘terroir’? ¿El vino argentino y los productores de vid, tienen allí una oportunidad para optimizar rendimientos? El reciente Congreso del Terroir que se hizo en Mendoza abordó varias de esas cuestiones.

“Esto se enmarca dentro de las acciones que se venían planificando para la industria vitivinícola. Hemos planificado ciertas acciones concretas para modernizar y generar acciones concretas que hagan que la producción sea de mejor calidad, tenga mayor competitividad y tenga mejor rendimiento en cuanto al aspecto económico para los productores”, afirmó el director de Agricultura de Mendoza, Alfredo Draque.

Draque es enólogo de profesión y docente de la Universidad Nacional de Cuyo, la casa de estudios que ofició de anfitriona de los expertos en vino que llegaron desde distintas partes del mundo para debatir sobre las características de los suelos de sus regiones, pero fundamentalmente en función de la provincia que le dio marco a la primera vez que el Congreso pisó tierras sudamericanas.

“Antes se hablaba de la vitivinicultura como una economía regional, y claramente ya es nacional”

“Este congreso reúne tanto técnicos a nivel mundial como científicos, pero también se dan algunas situaciones muy interesantes para nosotros: las bodegas también aportan lo suyo desde la investigación y en algunos casos organismos nacionales y provinciales que generan esta base fundamental para que podamos avanzar”, señaló Draque.

En la función pública desde hace 10 meses, señaló: “Esto es para que podamos realmente llevarle a los productores herramientas válidas para que su cultivo sea rentable y para que nos vayamos adaptando en esta problemática mundial”.

“Haciendo foco y mucho hincapié en algunas situaciones de cambio climático y algunas variables que empiezan a cambiar en el mundo, y hoy tenemos que estar preparados para pensar dónde nos colocamos”, apuntó.

EL VINO Y EL ‘TERROIR’: ¿UNA LLEGADA TARDÍA?

El Congreso que se hizo en la Facultad de Ciencias Agrarias fue la edición N° 15 de todos los Congresos del Terroir. Antes, la cita vitivinícola había conocido Australia, Suiza, España, Italia, Hungría, Francia, Sudáfrica y Estados Unidos.

“¿Si demoró mucho en llegar a esta parte del mundo? Es una excelente pregunta. La verdad es que muchos nos lo preguntamos”, reconoció Draque.

“El concepto de terroir engloba varias cuestiones y no es solamente la tierra. Nosotros acá hace algunos años ya tenemos lo que se llama “Denominación de Origen Controlada”, algo que algunas en Europa ya tienen cientos de años, pero para nosotros aquí ese concepto era completamente diferente porque comercialmente nosotros nuestros vinos se conocen justamente por el varietal, y no tanto por la región”, comparó.

Y sostuvo: “Allí alguien puede comprar un chianti, un ribera del Duero, un burdeos. Tiene que ver con la región. Aquí en el ‘nuevo mundo’ vendemos malbec, merlot, tempranillo. Le pasa a los uruguayos con su tannat y a los australianos con el syrah, o a los norteamericanos con su cabernet sauvignon famoso de California”.

“Son visiones diferentes de lo mismo y hoy en esta globalización realmente el mundo apunta a entender estos conceptos y a tratar de integrar lo que es el terroir, justamente con algunos conceptos que tienen que ver con el trabajo, la ruralidad y las acciones de cada uno de los lugares donde se lleva a cabo. Y en esto la comunidad tiene mucho que ver”, analizó Draque.