En 2024 se importó 1 millón de toneladas de urea, cifra que mejoró el registro de años anteriores. Los precios a nivel general cayeron, pero no alcanzó para mejorar la relación de compra, que solo mostró números favorables en girasol.

El negocio de los fertilizantes en Argentina cierra un año con una mejora en los volúmenes de importación de urea y fostatados, un ajuste a la baja en los precios del mercado local y una visible desmejora en las relaciones de precios entre insumos y productos, sobre todo en soja y maíz.

Según un informe elaborado por la Consultora AZ Group, la importación de urea acumuló 1 millón de toneladas durante 2024, volumen que representa una recuperación significativa en comparación con las campañas anteriores.

“El mercado interno muestra una buena dinámica impulsada por el avance de las labores de siembra. Sin embargo, los precios de la urea en el mercado local han experimentado una retracción en diciembre”; detalló Jeremías Battistoni, de AZ Group.

En el último mes, este insumo recortó su precio en un 6% y cotiza a U$S 483 por tonelada para retirar en puerto.

Por el lado de los fosfatados, en el transcurso del año se importaron 765.000 toneladas de monoamónico y 281.000 toneladas de diamónico. Estos volúmenes, si bien superan las cifras del año anterior,  aún se encuentran por debajo de los promedios históricos.

En precios, los valores del monoamónico bajaron un 2% mensual y para retirar en puerto se paga U$S 827 la tonelada.

El trabajo de AZ Group también analizó la quita del Impuesto País, vigente desde el 23 de noviembre. En este punto, consideraron que impacta directamente la formación de precios de los insumos en el mercado local. 

“En urea, el impacto se estima en unos U$S 30 toneladas. mientras que en fosfato monoamómico se estima en U$S 46. Al momento de redacción de este informe, esta potencial retracción en los precios domésticos no se ha visto reflejada”, afirmaron.

LOS FERTILIZANTES Y EL PODER DE COMPRA

Al analizar el poder de compra de los granos gruesos, la mejor relación se encuentra en girasol. “Los buenos precios del mercado local generan buenas relaciones de compra, incluso sobre ciertas categorías de servicios”, analizó Battistoni. 

Y agregó: “Tanto los precios disponibles como la posición a cosecha muestran la mejor capacidad de compra de la canasta de granos analizada”.

En la vereda opuesta, soja y maíz transitan un escenario más desfavorable. En el poroto, el informe de AZ Group relevó que las relaciones de precios cayeron y solo se mantienen positivas contra urea y glifosato.

En el caso de rubros como servicios, estructura y gasoil, las relaciones de precios son todavía más negativas.

El cereal mostró una buena capacidad de compra para agroquímicos y fertilizantes, aunque el impacto de los fletes en el precio neto es de suma importancia en este cultivo. Al igual que la soja, servicios, estructura y gasoil exhibieron las relaciones de precios más negativas.

EL PRECIO DEL GLIFOSATO, EN BAJA

Un dato que surge del informe es la baja en el precio del glifosato. Tras los máximos de enero 2022, su valor disminuyó un 64%. En el transcurso de 2024, la caída fue de 38%, al pasar de 7,4 dólares por litro a 4,6 dólares por litro. Aunque el ritmo de esta baja se ha moderado en 2024, la tendencia continúa firme en el mercado local.

A nivel internacional, los precios internos en China reflejan un comportamiento similar al del mercado local. En el gigante asiático, el herbicida alcanzó sus máximos a principios de 2022 y desde entonces, el precio acumuló una caída del 70%.

La baja en precios no solo impacta al glifosato, que lideró este movimiento, sino también a herbicidas como el glufosinato y el 2-4 D. Desde 2022, las reducciones fueron del 78% y 44%, respectivamente, alineándose con el comportamiento global de los agroquímicos.

“En el mercado local también se dio una cierta retracción de los precios. Los recortes en el Impuesto País dan marco para nuevas bajas, aún resta un margen de ajuste desde esta perspectiva”, concluyeron.