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La Niña “débil” se fortalece con los vientos polares y juntos alejan las lluvias: ¿cómo sigue el verano?

Fuente: Infocampo 07/01/2025 15:58:37 hs

El déficit de lluvias que viene ocurriendo en las últimas semanas en las principales zonas productivas podría continuar: “Un extenso foco seco podría continuar afectando gran parte de la Región Pampeana”, advierte un informe climático.

Por estas horas, una de las preocupaciones más importantes que tienen los productores agrícolas, sobre todo en gran parte de la zona núcleo y de la región pampeana, es la ausencia de lluvias, combinada con temperaturas muy altas que elevan el estrés de los cultivos.

Según el informe de perspectivas agroclimáticas estacional de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, esto se debe a una combinación de factores negativos para nuestro país: por un lado, la presencia de La Niña, aunque sea en intensidad “débil”; y por el otro, la persistencia de los vientos polares.

“La primavera comenzó con lluvias oportunas, pero finalizó en déficit, comportamiento que podría continuar durante el verano y el otoño, aunque posiblemente sin calores extremos”, es el resumen que encabeza este reporte, elaborado por el agroclimatólogo Eduardo Sierra.

LA NIÑA “DÉBIL” Y LOS VIENTOS POLARES

De acuerdo con las proyecciones de Sierra, durante enero, el episodio frío que se desarrolla en el Océano Pacífico Ecuatorial atravesará su máximo, alcanzando brevemente el nivel de “La Niña Débil”.

El problema es que “aunque débil en sí misma, esta amenaza se ve potenciada por una persistente acción de los vientos polares, que se encuentran activados sobre su nivel normal, como lo muestra el extenso enfriamiento del Litoral Pacífico del Cono Sur y del estrecho de Drake, que separa Sudamérica de la Antártida”, agrega el documento.

Además, recuerda que contrariamente a la imagen que suele tenerse, el fenómeno La Niña no mantiene una intensidad uniforme a lo largo de su desarrollo, que usualmente se extiende desde el invierno de un año hasta el otoño del siguiente, sino que va pasando por etapas de distinta intensidad, siendo débil durante el invierno y el inicio de la primavera, activándose a mediados de la primavera, alcanzando su máximo durante el verano, y disipándose durante el otoño.

De todos modos, el informe aclara que “las rigurosas condiciones registradas en el invierno de 2024 no se debieron a La Niña, que se mantuvo débil”, sino precisamente a una muy fuerte actividad de los vientos polares.

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Luego, al inicio de la primavera 2024, La Niña continuó débil, a la vez que los vientos polares retrocedieron hacia el sur, y eso es lo que permitió que se registrara una oportuna racha de lluvias que, aunque algo irregular en su distribución e intensidad, alivió la situación de los cultivos de invierno, que pudieron formar su rendimiento en condiciones favorables, mientras que los estivales pudieron implantarse adecuadamente.

LA INCERTIDUMBRE DEL CLIMA EN EL VERANO

Pero más recientemente sucedió que, durante el final de la primavera y los primeros días del verano, La Niña comenzó a hacer sentir gradualmente sus efectos, produciendo grandes contrastes, y reactivando los déficits hídricos en gran parte del área agrícola.

Paralelamente se produjeron marcadas oscilaciones térmicas, con marcados fríos tardíos, aunque sin riesgo de heladas, y calores tempranos de moderada a alta intensidad, aunque sin alcanzar niveles extremos.

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La gran pregunta es qué sucederá en lo que resta del verano y la respuesta de Sierra es que “apunta a ser menos contrastante, pero conservando perturbaciones”.

En la práctica, la proyección es que “la mayor parte del área agrícola del Cono Sur observará precipitaciones normales a superiores a lo normal, con focos aislados de registros levemente inferiores a la media, pero un extenso foco seco podría continuar afectando gran parte de la Región Pampeana, el sur de la Mesopotamia y el oeste del Uruguay”.

“Los calores serán elevados, aunque no extremos, salvo sobre las zonas más secas, donde alcanzarán fuertes marcas”, agrega al reporte.

Así, hacia el final de la campaña, se espera que el episodio frío complete su ciclo en forma temprana, disipándose a comienzos del otoño de 2025.

No obstante, “desafortunadamente también se espera una reactivación igualmente temprana de la circulación polar, reactivando la sequía en gran parte del área agrícola del Cono Sur, y causando un régimen térmico con grandes oscilaciones, que combinará calores tardíos y fríos tempranos, con riesgo de heladas localizadas y generales”, concluye Sierra.

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