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Al rojo vivo, la Zona Núcleo espera que se consoliden las lluvias: “Sino, van a desaparecer productores”

Fuente: Infocampo 18/01/2025 08:06:23 hs

Desde diciembre la falta de precipitaciones y las altas temperaturas afectan a la región y las proyecciones de cosecha comienzan recortarse. "En ganadería también es un desastre, no hay pasturas", alertó un productor.

Una semana de temperaturas extremas y carencia de lluvias puso en alerta a millones de hectáreas productivas en la Zona Núcleo.

Este retroceso, consecuencia de esa falta de lluvias desde diciembre, se agravó por la baja humedad y vientos intensos que llenan de incertidumbre a la ganadería y a la agricultura, confirmando pérdidas de rendimiento en maíz y soja.

El norte bonaerense y el sur de Santa Fe son las regiones que más están sufriendo las condiciones de la sequía, a la espera de un fin de semana benévolo por los pronósticos del 17 al 20 de enero, para intentar recuperar los cultivos de maíz que no tuvieron agua en el momento crítico y los lotes de soja de primera que ya no aguantan más los 35 grados diarios.

Ni hablar de la soja de segunda, que no pudo recibir lluvias desde su germinación, con un perfil de suelo que venía castigado por el cultivo antecesor. Por su parte, muchos productores no pudieron implantar la oleaginosa por falta de humedad y los campos se observan desérticos.

En Pergamino, una de las regiones más prósperas del núcleo productivo bonaerense, el campo pide a gritos agua. Se estima una pérdida del 20% o 30% en la producción de maíz y una considerable reducción en soja, debido a condiciones climáticas adversas.

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“Somos conscientes de que la pérdida de rinde en maíz está en el orden del 30% y nos preocupa mucho la soja que está en plena floración y las consecuencias serán irreversibles si no llueve”, cuenta el Presidente de la Filial de la Federación Agraria de Pergamino, Luciano Salaberria.

El productor apuntó además que la falta de pasto para la ganadería también comienza a sentirse fuertemente. “En ganadería es un desastre, porque las pasturas no existen y los verdeos de verano no lograron mostrar su potencial”, indicó a Infocampo.

Según el entrevistado, en esta zona se perderá la totalidad de la soja de segunda, ya que las variedades implantadas sobre trigo “ni siquiera pudieron cubrir el rastrojo del cereal” recolectado en diciembre.

ADEMÁS DE LAS NULAS LLUVIAS: EL PESO FISCAL

El ruralista le sumó a esta cruel realidad climática el bajo precio que tienen los cereales en la actualidad y puso el foco en el aumento de la presión tributaria para el campo bonaerense.

El precio de la producción está más bajo que en diciembre del año pasado, con una inflación que sigue castigando al sector. Pero para completar el mal trago, no se visualizan cambios en materia de retenciones y el Gobierno bonaerense nos premia con una quinta cuota del impuesto inmobiliario rural”, ironizó Salaberría.

Por su parte, a pocos kilómetros de allí, en Salto, la situación también es “desalentadora”. El productor y dirigente ruralista Rodrigo Nider destaca que la campaña de maíz venía muy bien hasta que se interrumpieron las lluvias hace un mes. “El maíz es una incógnita. Los tempranos se preparaban para rendir 11 mil kilos y ahora no creo que se llegue a la mitad; sinceramente, el panorama es incierto”, dijo.

En el caso de la soja, Nider fue más temerario aún. “En la campaña 2022/23, de gran sequía en la región, nunca pensé que no se iba a cosechar nada; de hecho, algo se recolectó. Sin embargo, en esta campaña tengo temor de que no haya cosecha, sobre todo en lotes de segunda”, dijo preocupado.

No obstante, lo que más le preocupa al ruralista es que indefectiblemente se van a perder productores. “No hay dudas de que en la próxima campaña habrá menos productores en juego. Los propietarios de campos se van a conformar con arrendar sus tierras, debido a que la presión impositiva municipal, provincial y nacional le hace inviable producir”, dijo.

Según Nider, este proceso negativo que se repite en las últimas campañas lleva a una clara concentración en el uso de la tierra, provocando la desaparición de decenas de productores genuinos que abandonarán la actividad en la próxima temporada.

“No hay dudas de que en la próxima campaña habrá menos productores en juego. Los propietarios de campos se van a conformar con arrendar sus tierras, debido a que la presión impositiva municipal, provincial y nacional le hace inviable producir”, dijo Rodrigo Nider, productor y dirigente de la FAA filial Salto.

SITUACIÓN SIMILAR PARA SANTA FE

Si bien el panorama varía según la región, la realidad es que en el sur de Santa Fe el clima tampoco fue favorable para los cultivos. En ese marco, la ingeniera agrónoma Julia Capurro estimó a Infocampo que el maíz sembrado temprano está muy bueno a pesar de la poca lluvia recibida.

“El maíz de primera, en la zona de Cañada de Gómez, se encuentra con grano pastoso, y si bien les faltó agua en el llenado de granos, entendemos que en general están bien”, destacó la especialista.

En tanto, los maíces de segunda todavía están en estadios vegetativos, y se observan bastantes complicados. “Pensemos que la floración de estos cultivos será entre fin de enero y principio de febrero; si allí no llueve, la situación será muy grave”, aseguró.

En lo referente a soja, la especialista contó que en su zona, las variedades implantadas de manera temprana o de primera están en R2, iniciando el llenado de grano. “A pesar de la poca cantidad de agua que recibió vienen resistiendo, pero debe llover de inmediato”, aclaró.

Por el lado de las sojas de segunda, el panorama es más complejo. “Son las que más están padeciendo la falta de humedad. Será necesario que en los próximos días se generen algunas lluvias para que puedan reaccionar”, contó.

Dijo además que el gran problema de este año, en el sur de Santa Fe, es la gran población de yuyo colorado resistente. “Se habla de que nunca se vio tanto escape; no sé si se quebraron resistencias a los productos que se están usando nuevamente o qué ocurrió. Lo cierto es que compiten tanto con la soja de primera como de segunda”, resaltó.

La buena noticia es la ausencia total de la Chicharrita del maíz. “Esta plaga que tanto daño nos causó en la campaña anterior, este año brilla por su ausencia; esto no deja de ser una noticia positiva”, resaltó Capurro.

SIN LLUVIAS Y CON AGOBIO IMPOSITIVO

La agricultura en Argentina es un pilar fundamental para la economía nacional y un sector clave en la producción de alimentos.  No obstante, en los últimos años, los cultivos agrícolas del país se vieron afectados por el estrés hídrico, fenómeno que se ha intensificado por las variaciones climáticas y la creciente escasez de agua en diversas regiones.

Desde la filial de la Federación Agraria de Pergamino, Buenos Aires, lanzaron un comunicado que muestra la preocupación de los productores, quienes observan en el medio de la crisis climática el desinterés de los gobiernos para defender la rentabilidad del sector.

“El sector no está en condiciones de sostener un aumento de presión fiscal en sus tres niveles (Nacional, Provincial y Municipal). Sabemos que las retenciones son un ingreso muy importante para la economía del país, pero hoy el productor está recibiendo prácticamente los mismos precios que hace un año atrás con una inflación acumulada del 117% en 2024”, se quejaron los federados.

Como conclusión, el estrés hídrico representó un desafío significativo para la agricultura argentina, con consecuencias directas en la producción de cultivos clave, la economía nacional y la seguridad alimentaria. “Es urgente que tanto los productores como el gobierno continúen implementando medidas de adaptación y mitigación para reducir los efectos de la sequía y garantizar la resiliencia del sector agrícola”, dicen desde la entidad.

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