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En el Día Mundial del Huevo, las gallinas celebran ser libres y “felices” con Doña Fortunata

Fuente: Infocampo 10/10/2025 10:26:11 hs

Priscila Novello Tamagnini es una joven agrónoma que apuesta a la producción de huevos con gallinas libres de jaula. Cómo es el modelo productivo que aporta un alimento de mayor calidad y un salto en la sustentabilidad.

¿Se imaginan una rotación gallina-trigo-soja de segunda? Puede que no esté alineada con la ortodoxia agronómica, pero sí es algo que, en la práctica, parece ir teniendo cada vez más adeptos.

No sólo gracias a productores y productoras que se animan, sino también, consumidores que pagan esos huevos de gallinas “libres”.

La clave de este sistema son gallineros móviles que ofrecen un lugar de protección para las gallinas durante la noche, pero les permiten salir a comer durante el día, haciendo “vida de gallina” para producir un huevo de mayor calidad nutricional.

Priscila Novello Tamagnini es una intrépida e inquieta agrónoma que una noche de pandemia, pensando qué podía agregarle a la producción de granos que ya hacían en el campo, descubrió lo mágico del huevo: “Cáscara, clara y yema, un producto maravilloso que produce un animal tan pequeño como la gallina”, sintió.

Así nació Doña Fortunata, un emprendimiento que hoy tiene 970 gallinas en actividad que producen alrededor de 25.000 huevos al mes con dos gallineros móviles de 6 metros por 2 metros que pueden albergar 500 gallinas cada uno.

HUEVOS DE GALLINAS LIBRES EN EL PASTO

El sistema es de base pastoril, alfalfas a las que no se les aplica ningún fitosanitario, en parcelas delimitadas por una red diseñada para gallinas, esto es, los cuadrantes de abajo son más chicos que los de arriba para que no se escapen y para que no entre algún depredador.

Además de la alfalfa, les preparan un balanceado con maíz, expeller de soja, conchilla y un núcleo vitamínico.

“Es importante mencionar que las gallinas están constantemente en busca de insectos en el suelo, eso también es un buen aporte a su nutrición y a la posterior producción del huevo”, contó Novello Tamagnini.

Vale recordar que este 10 de octubre se celebra el Día Mundial del Huevo y el caso de Priscilla se enmarca en un contexto en el que Argentina marca récords en el consumo de este alimento, con un promedio de 380 huevos por habitante por año, posicionándose como el segundo mayor consumidor global detrás de México.

Según datos de la Cámara Argentina de Productores Avícolas (CAPIA), en Argentina hay 60 millones de ponedoras activas que producen más de 18.000 millones de huevos al año y generan 30.000 empleos directos e indirectos en 18 provincias. La facturación supera los 2.200 millones de dólares por año.

Sin techo: después de la carne, el huevo ya es el segundo alimento más consumido en Argentina

UN MODELO SUSTENTABLE

Sobre su modelo productivo, Priscila relató a Infocampo que “la idea es aprovechar todos los desechos de la gallina (conocido como ‘gallinaza’) de fertilizante”.

Y prosiguió: “Cada siete a 10 días estamos moviendo los gallineros, entonces tenemos una distribución bastante homogénea dentro de la parcela lo que mejora la fertilidad, la actividad biológica del suelo y el crecimiento de la pastura”.

Novello Tamagnini hizo análisis de suelos antes de comenzar con el emprendimiento, para luego ver si hay diferencia en la parcela una vez que pasaron las gallinas. Y si bien no tiene datos concretos aún, sí hay buenos anticipos: “Veremos qué nos dice el análisis de suelo más adelante, pero en donde estuvieron las gallinas hace tres años atrás y ahora está el trigo, se puede ver diferencias en el desarrollo del mismo y eso, ya nos quiere decir que el aporte que hacen las gallinas es bueno”.

Vale mencionar que, en la zona donde produce, está siendo un año atípico por las buenas lluvias caídas en invierno, durante los meses de junio, julio y agosto.

“Fue importantísimo para el desarrollo de los trigos, además permitió que los maíces de primera se sembraran en fecha óptima, que acá es a mediados de septiembre”, mencionó Priscila.

Y agregó: “Pensá que las últimas campañas sembramos en octubre cuando llovía algo en septiembre, y con eso nos conformábamos, esperemos que el tiempo siga así para los cultivos de verano, algo de sorgo, soja y maíz de segunda”.

Los rendimientos habituales en la zona (con últimas campañas complicadas) fueron 2.000 a 3500 kg/ha en trigo; 5000-7500 kg/ha en maíz de primera; 2800-4200 kg/ha para soja y maíces de segunda de 7000 a 9500 kg/ha.

EL NEGOCIO “HUEVERO”

Priscila recordó también que cuando llegaron las primeras 500 gallinas y empezaron a producir huevos, no había pensado en cómo venderlos: “Ahí llegó la huevera, me decían cuando iba a los partidos de pádel con los maples”, repasó entre risas.

Priscila, la agrónoma que produce huevos de gallina a pasto y los vende hasta en sus torneos de padel

Hoy, tienen ubicada toda la producción y la demanda es mayor a la oferta. Con mucho esfuerzo, Priscila armó una red de revendedores en los pueblos vecinos y en su natal Porteña tiene un día y horario fijo para repartir. Además, venden a dietéticas, fábricas de pastas, heladerías y panaderías.

¿De qué depende el negocio huevero? ¿Cuáles son los factores a tener en cuenta que cambian la ecuación? “⁠Una de las variables más importantes es el clima porque las gallinas están al aire libre así que las bajas/altas temperaturas, días de mucha humedad, o mucho viento pueden repercutir en la producción”, se explayó Novello Tamagnini.

De hecho, semanas atrás pasó una tormenta en donde el viento fue tan fuerte que tumbó los gallineros,  lo que provocó mermas en la producción de huevos. “Cuando pasan cosas así hay mermas y no es fácil cumplir con todos los pedidos, muchas personas lo entienden pero otras no”, lamentó.

Y continuó: “En este tipo de sistema lo más destacable es que la gallina está al aire libre lo que ofrece un buen contexto para buscar insectos en el suelo y hacer los famosos baños de tierra”.

Asimismo, la agrónoma repasó la importancia de estos baños de tierra, que son un comportamiento natural e instintivo. La gallina se revuelca, bate las alas, se cubre el plumaje con tierra y después se sacude con fuerza “algo realmente hermoso de ver”.

En definitiva, los baños de tierra manifiestan: higiene natural (la tierra ayuda a eliminar parásitos externos como piojillos y ácaros, y exceso de grasa en las plumas); bienestar (es un comportamiento de confort, les da placer y reduce el estrés); Plumaje saludable (mantienen las plumas limpias y funcionales para protegerse contra frío, calor y lluvia); conducta social (a veces varias gallinas se bañan juntas, como si fuera un “spa comunitario”).

HUEVOS “RECARGADOS”

“A los huevos pastoriles los podemos diferenciar por su heterogeneidad, no todos son iguales en tamaño o tonalidad de cáscara, esto refleja la vida libre de cada gallina”, explicó la productora.

“Lo mismo pasa en su interior, hay huevos con yema de color amarillo más o menos intenso porque es la gallina quien elige lo que comer cada día”, agregó Priscila.

También citó que “otra característica a tener en cuenta es la densidad y viscosidad que poseen clara y yema, esto lo podes comprobar cuando abrís el huevo y las separas con facilidad”.

Vale mencionar que la proteína de huevo es uno de los alimentos más completos por su alta calidad y fácil digestión, aportando todos los aminoácidos esenciales. Además, contiene vitaminas A, B, D y E, minerales como fósforo, hierro y zinc, y colina, beneficiosa para el cerebro y el sistema nervioso; esto la hace útil en todas las etapas de la vida.

Según varios estudios, los huevos de estas gallinas libres tienen un mejor perfil nutricional: más Omega 3 (provenientes de pasturas, semillas e insectos que consumen); mejor relación omega 3/omega 6; más proteínas de calidad y minerales como hierro y zinc; rica en carotenoides y antioxidantes (luteína, zeaxantina); más altos niveles de vitamina A y E, y vitamina D (las gallinas están expuestas a la luz solar).

Como ejemplo, me permito una digresión personal, tengo un hijo de 9 años, prematuro extremo, que por su atraso madurativo aún no aprendió a masticar para comer sus alimentos. Por ello, todas sus comidas son procesadas. Entre otras cosas, ese atraso también se nota en su menor talla y desarrollo corporal. Para favorecer su crecimiento, los profesionales de la nutrición que hemos consultado desde su nacimiento nos recomendaron que consuma (entre otros alimentos, claro), huevo. Así las cosas, Donato consume dos huevos por día entre sus alimentos mixeados.

Otra variable importante es la diferencia de precio entre el huevo de gallinas de jaula versus el de gallinas sueltas. “Por todo esto es importante hacer conocer el sistema porque son totalmente diferentes y estamos muy expuestos al clima, lo cual genera una producción menos uniforme, aunque de mayor calidad”, explicó Priscila.

Y agregó: “Quienes nos compran es porque realmente valoran la calidad del huevo que ofrecemos”.

LOS DESAFÍOS CON LAS GALLINAS “FELICES”

“Lo estoy analizando -dice Priscila, consultada sobre si tiene proyectado crecer-, ganas no me faltan”. Aunque recalculÓ: “Hay cuestiones como el movimiento de los gallineros y la parte de la comercialización, que me llevan a pensarlo mucho”.

El crecimiento siempre es bienvenido, pero considero que hay que conocer los límites de cada uno para que el trabajo no repercuta en el día a día, además, esta no es mi actividad principal y si pienso en crecer en cantidad de gallinas no quiero perder la esencia de este tipo de sistema: libertad, pastoreo, bienestar animal, fertilización in situ y ofrecer un producto saludable; y a la vez, si crecemos, quisiera lograr un sistema que sea amigable y cómodo para quien trabaja en el día a día”, graficó.

Por último, otro de los desvelos de Priscila es “dar a conocer este tipo de sistema y la calidad del huevo producido”. “Algunas veces sueño con exportar este gran huevo pastoril pero veremos cómo va surgiendo todo”, cerró.

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