Subas del 8%: en medio de la incertidumbre electoral, el ternero se consolida como refugio de valor

La invernada se posiciona nuevamente como la opción más firme de la ganadería en contextos volátiles. A la vez, la proyección de buenos precios de la carne en el futuro inmediato invita a los productores a invertir en "patas".
A dos semanas de las elecciones legislativas, la política vuelve a cruzarse con los mercados. En un contexto de volatilidad y expectativas cambiantes, la ganadería, y en particular la invernada, muestra un repunte que va más allá de lo estacional.
La categoría del ternero se revaloriza y alcanza precios históricamente altos, impulsada tanto por el clima de incertidumbre como por la firmeza estructural del negocio cárnico.
La semana pasada, ROSGAN realizó su remate mensual desde Rafaela, donde se destacaron valores excepcionales en prácticamente todas las categorías.
En el caso de los terneros, tanto machos como hembras, las subas oscilaron entre el 5% y el 8% respecto del mes anterior, llevando el Índice Ternero ROSGAN a $4.537 por kilo, un 8,1% más que en septiembre y 47,9% más en lo que va del año.
En términos reales, ajustados por inflación, se trata del tercer valor más alto de los últimos 15 años, solo superado por los picos de diciembre de 2015 y diciembre de 2021, ambos momentos de fuerte tensión política y cambiaria.
EL PESO DE LA ESTACIONALIDAD
Pero no todo se explica por el contexto electoral. Los meses de septiembre a diciembre suelen exhibir precios más firmes para la invernada, en parte por la retracción de la oferta de terneros que ocurre tras los meses de mayor salida de hacienda.
Históricamente, este tramo del año muestra cotizaciones entre 2 y 7 puntos por encima del promedio anual.
De acuerdo con el comportamiento estacional del mercado, y tomando como base los valores del primer trimestre de 2025 —promedio de $3.680 por kilo, medidos en pesos constantes—, los precios de octubre deberían rondar los $3.838 por kilo.
Sin embargo, el mercado convalida hoy $4.537 por kilo, es decir, una prima del 18% por encima de su patrón histórico.
Quien acepta esos valores no lo hace solo por resguardo. Si bien la expectativa de una eventual suba del tipo de cambio sigue presente, la demanda actual por invernada responde también a una visión estratégica del negocio: el productor que invierte en terneros busca capitalizar un ciclo de carne que se proyecta firme en precios y con menor disponibilidad.
A diferencia de otros momentos —como en 2019 o 2023—, cuando la hacienda fue un refugio financiero incluso para inversores externos al sector, hoy el contexto ganadero presenta fundamentos productivos y de mercado más sólidos.
Los márgenes proyectados, la escasez relativa de carne y la recuperación de la demanda interna y externa configuran un escenario atractivo para posicionarse en hacienda.
UN MERCADO QUE ANTICIPA EL CICLO
En otras palabras, el movimiento actual de precios puede leerse como una señal: el mercado se adelanta.
Más allá de la coyuntura política, los valores reflejan una combinación de cobertura frente a la incertidumbre y confianza en la rentabilidad futura del negocio ganadero.
En definitiva, quien hoy paga $4.500 por kilo de ternero no solo busca refugio ante un posible cambio de escenario económico: está apostando a un bien escaso, con creciente valor intrínseco, en un mercado que, por primera vez en mucho tiempo, ofrece más certezas que dudas.
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