Royas y manchas, al acecho: “El escenario es muy predisponente para el desarrollo de patógenos”

La humedad recargó los suelos, pero también activó problemas: proliferan las enfermedades. Desde ADAMA advierten que el control temprano y las estrategias de doble aplicación de fungicidas son claves para sostener la sanidad y los rindes.
Las lluvias que devolvieron humedad a los suelos y favorecieron a los cultivos, también trajeron de regreso un viejo fantasma: las enfermedades foliares.
En un año con precipitaciones por encima de los valores normales en la mayoría de las regiones, los productores de trigo y cebada se enfrentan a una presión creciente de royas y manchas, que obligan a redoblar la vigilancia en los lotes.
“El escenario es muy predisponente para el desarrollo de patógenos. Hay que monitorear con mayor frecuencia y actuar de manera preventiva para evitar pérdidas de rendimiento”, advirtió Lucía Demichelis, del área de Desarrollo Técnico de Mercado OLP de ADAMA Argentina.
En trigo, las enfermedades más frecuentes siguen siendo la roya estriada (Puccinia striiformis), la roya anaranjada (Puccinia recóndita) y la mancha amarilla (Dreschlera tritici-repentis).
En cebada, la atención está puesta en la mancha en red (Drechslera teres), la mancha borrosa (Bipolaris sorokiniana) y la escaldadura (Rhynchosporium spp.).
Fungicidas: una triple mezcla maximiza el control de enfermedades foliares en trigo y cebada
Pero este año, además, las condiciones ambientales favorecen la aparición de Ramularia (Ramularia collo-cygni), una enfermedad poco habitual en la Argentina que puede causar fuertes mermas en el rendimiento de la cebada si no se controla a tiempo.
MANEJO INTEGRAL: DOS MOMENTOS CLAVE
Frente a este panorama, ADAMA promueve estrategias de manejo integral con fungicidas en doble aplicación, para proteger los cultivos a lo largo de todo el ciclo.
En trigo, la recomendación técnica es realizar la primera aplicación con Maxentis (700 cc/ha), que combina protioconazole (triazol) y azoxistrobina (estrobilurina), con alta eficacia sobre royas y mancha amarilla.
El trigo, bajo la lupa: la estrategia de manejo sanitario que elevó el rinde en 635 kg/ ha
La segunda aplicación con Coverfull Ace (600 cc/ha), con propiconazole (triazol) y benzovindiflupyr (carboxamida), que asegura control prolongado y residualidad.
En tanto, en cebada, la estrategia propuesta consiste en brindar la primera aplicación con Zarco (2000 cc/ha), triple mezcla de difenoconazole, azoxistrobina y clorotalonil, que controla manchas foliares y previene la aparición de Ramularia.
Testigo vs Zarco (2,5 l/ha)
La segunda con Coverfull Ace (600 cc/ha), para completar la protección del cultivo hasta el llenado de grano.
“Venimos validando estas estrategias en distintas localidades y campañas. Logramos no solo un control eficaz, sino también mejoras en rendimiento y estabilidad del cultivo”, explicó Demichelis.
ENSAYOS Y RESULTADOS
Los resultados respaldan la eficiencia del esquema de manejo. En trigo, Maxentis mostró una diferencia de 882 kg/ha respecto al testigo en aplicaciones simples.
En cebada, la combinación Zarco + Coverfull Ace logró 688 kg/ha adicionales, según ensayos realizados durante tres campañas en seis localidades.
Más sanidad para los cultivos de invierno: el trigo y la cebada suman un nuevo fungicida
Estos números reflejan que, en contextos de alta presión de enfermedades, la sanidad del cultivo puede marcar la diferencia entre una buena campaña y una campaña perdida.
Testigo vs Maxentis (700 cc/ha)
Las soluciones integrales de ADAMA se posicionan como una herramienta confiable para sostener el potencial productivo de los cereales de invierno en una campaña que exige atención constante y decisiones rápidas en el manejo sanitario.
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