La ola femenina que renueva el agro: en 5 años, se sumaron más de 200.000 trabajadoras al sector
Según un informe de la Fundación FADA, ya son 1,2 millones las mujeres que trabajan en el campo y la agroindustria, lo que significa uno de cada cuatro empleos. Tecnología, federalidad y cambio cultural, las claves de un fenómeno que redefine el mapa laboral sectorial.
La agroindustria argentina atraviesa una transformación silenciosa, profunda y sostenida: la creciente incorporación de mujeres en todos sus eslabones productivos.
Un nuevo informe de FADA (Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina) junto a la Asociación Civil Las Chicas del Agro confirma que el sector alcanzó cifras históricas de participación femenina, consolidando un cambio de paradigma que expande oportunidades, diversifica el empleo y rompe viejos moldes.
Según el estudio “Mujeres en la agroindustria: construyendo futuro”, actualmente 1,2 millones de mujeres trabajan en la agroindustria, un número que equivale a llenar 193 veces el estadio mundialista Luciana Aymar.
En total, representan el 25% del empleo del sector, es decir, una de cada cuatro personas que impulsan la producción, la tecnología y la innovación agroindustrial en el país.
“La tendencia es irrefutable: en los últimos cinco años se sumaron más de 200 mil mujeres. Productoras, técnicas, ingenieras, emprendedoras. La fuerza del agro también viene de ellas”, destacó Antonella Semadeni, economista de FADA.
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UN MOTOR FEDERAL QUE GENERA EMPLEO
A diferencia de otras actividades económicas fuertemente concentradas en grandes ciudades, la agroindustria tiene presencia en casi todos los rincones del país. Su carácter federal la convierte en una fuente de desarrollo local y regional, donde mujeres de diversas provincias encuentran oportunidades laborales en actividades primarias, industriales, comerciales y de servicios.
Esta distribución territorial también motoriza la inclusión femenina en comunidades donde históricamente el mercado laboral ofrecía pocas alternativas formales. El agro, en ese sentido, aparece como un dinamizador clave del interior productivo.
El informe revela una fuerte presencia de mujeres en sectores donde las capacidades técnicas y la gestión son protagonistas. Servicios alcanza un 43% de participación femenina, mientras que comercio llega al 41%.
En cambio, rubros más asociados a tareas físicas tradicionales—como producción primaria (14%), insumos (14%) y transporte y logística (17%)—todavía muestran una menor presencia. Sin embargo, esta brecha comienza a achicarse.
TECNOLOGÍA: LA LLAVE QUE ABRE PUERTAS
Uno de los grandes catalizadores del cambio es la tecnología. El avance de la agricultura digital, la automatización de maquinarias y la incorporación de sistemas inteligentes está resignificando el concepto de trabajo en el agro.
La fuerza física dejó de ser un requisito excluyente y, en su lugar, crecen los roles que requieren capacitación técnica, manejo de datos y operación de equipos de última generación.
Hoy es cada vez más frecuente ver mujeres conduciendo tractores y cosechadoras, operando sembradoras de precisión, gestionando drones o coordinando sistemas logísticos inteligentes.
Esta modernización está atrayendo especialmente a las nuevas generaciones. De hecho, el informe destaca que el mayor crecimiento de participación femenina se da entre las menores de 30 años, lo que anticipa un futuro más equilibrado y competitivo.
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UN CAMBIO CULTURAL QUE SE CONSOLIDA
El avance de las mujeres en la agroindustria no solo responde a transformaciones tecnológicas, sino también sociales. La visibilidad de referentes, el impulso de organizaciones especializadas y la apertura de empresas y entidades del sector están generando nuevas condiciones de acceso, formación y liderazgo.
“La agroindustria argentina no solo está produciendo alimentos para el mundo, está construyendo un modelo laboral más equitativo, demostrando que la eficiencia y la innovación pasan por la inclusión de talento sin distinción de género”, concluyeron desde FADA y Las Chicas del Agro.
Con récords de empleo, presencia creciente en áreas estratégicas y una generación joven que irrumpe con fuerza, la participación femenina ya no es una excepción en el agro argentino: es parte del futuro que el sector está construyendo hoy.
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