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Vinos sin alcohol: las bodegas argentinas salen al mercado con los primeros ejemplares

Fuente: Infocampo 28/12/2025 12:00:11 hs

A casi dos años de que se aprobara la legislación en el país, algunas empresas ya lograron poner sus desarrollos en las góndolas. Cuáles son las opciones y quiénes están detrás.

Alrededor de dos años y medio y mucho trabajo en el medio pasó desde que en el país se comenzaron a analizar cambios en la legislación sobre los vinos sin alcohol hasta que el mercado vio los primeros ejemplares.

El cierre del 2025 llegó con la novedad del primer espumante con 0% en su graduación alcohólica, un producto que vino a robustecer la oferta en el segmento que ya contaba con algunas opciones de bajo alcohol o con los mínimos establecidos por el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV).

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Se trata de Nieto Senetiner 0% Brut, un producto desarrollado por Roberto González, líder de la enología de la bodega junto a Santiago Mayorga. Este espumante es el primero en las góndolas que se realiza siguiendo 100% el proceso tradicional del vino para luego pasar por una desalcoholización mediante tecnología.

“El desarrollo de este producto estuvo enfocado en aportar innovación dentro del mundo del vino, atendiendo a las nuevas tendencias que se observan en el mercado internacional. Buscamos acercarnos a un nuevo consumidor a través de una bebida que responde a esos cambios, un espumante sin alcohol”, comentó Roberto González.

Es que la categoría viene ganando peso en el mundo, con claras perspectivas de crecimiento en los próximos años.

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Según Kantar, en Argentina el 75% de los jóvenes quiere reducir su consumo de alcohol, y seis de cada diez consideran interesante elegir bebidas con bajo contenido alcohólico o sin alcohol.

Con la generación Z a la cabeza, un informe de la consultora IWSR, reveló que entre 2022 y 2024, la cantidad de compradores del segmento sin alcohol aumentó en 61 millones, frente a los 38 millones de los de baja graduación. Asimismo, se espera que el primero de los segmentos genere un incremento de más de 4.000 millones de dólares para 2028, con una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR) del 7% en volumen.

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Como contaron desde la bodega, este ejemplar viene a satisfacer la demanda de aquellos que tienen alguna restricción o simplemente eligen moderar la ingesta de alcohol en determinados momentos del día o de la noche. Para eso, realizaron un profundo proceso de búsqueda de cuál de los vinos espumosos que ya elaboraban en la bodega podía pasar la intervención para quitar el alcohol, sin perder sus cualidades.

Así, el elegido fue un Pinot Noir de Valle de Uco. “Se trata de una intervención que impacta de manera significativa en la composición del vino, ya que se elimina un componente central como es el alcohol. El proceso de elegir cuál iba a ser el vino elegido implicó probar, evaluar y chequear. Después de la desalcoholización hubo que reequilibrar todo el componente ante la falta del alcohol, y eso fue otro gran desafío”, explicó Roberto González.

¿CÓMO SE HACE EL VINO SIN ALCOHOL?

Reconociendo que introducirse al mundo sin alcohol requirió inversión, investigación y capacitación por parte de la bodega, Santiago Mayorga, también enólogo de Nieto Senetenier, contó cómo llegaron al resultado que hoy está en el mercado. Incluso, aseguró que tuvieron que ser acompañados por un asesor proveniente de Nueva Zelanda que los formó en el uso de la tecnología australiana con la que realizan el proceso.

“Después de investigar varios lugares, nos decidimos por una tecnología de origen australiano. Australia siempre ha sido muy vanguardista en este tipo de desarrollos y habíamos probado vinos que nos gustaban, elaborados con ese sistema. A partir de ahí recorrimos todo el camino necesario: el trabajo interno, el desarrollo del producto y luego la instalación de la tecnología en nuestra planta, lo que implicó traer el equipo, montarlo y aprender a utilizarlo”, detalló.

Pero el método aplicado por ellos no es el único en el mercado. Además de la tecnología australiana, existen otras opciones de origen italiano en el mercado argentino, las cuales aplican, por ejemplo, destilación al vacío, ósmosis inversa o extracción por membrana. También se puede llegar a un vino sin alcohol de manera “natural”, aplicando la ciencia desde el viñedo.

Por caso, para lograr un vino sin alcohol, en Domaine Elena de Mendoza, un desarrollo hecho por Catena Zapata que salió este 2025 al mercado, recurren al verjus, un jugo sin alcohol elaborado con uvas verdes.

“Cosechamos la uva durante la primera semana de enero para elaborar una base analcohólica a la que llamamos verjus. A eso, que tiene bajo azúcar, le agregamos botánicos y burbujas para simular las sensaciones táctiles del alcohol”, describió Agustín Silva, enólogo y jefe de equipo de vinos sin fermentar y bajos en acidez del Catena Institute.

Así nacieron Blonde y Brunette, dos espumantes con 0,3% y 0,4% de graduación alcohólica, respectivamente, que según la legislación argentina son considerados sin alcohol. De acuerdo a la normativa nacional. Los vinos pueden llevar esta leyenda en su etiqueta siempre y cuando tengan menos de 0,5% vol por litro. En tanto, si es igual o superior a 0,5% y hasta 9,5% vol, se puede catalogar como vino parcialmente desalcoholizado.

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EL FUTURO DE LOS VINOS SIN ALCOHOL

Si bien el fuerte de la categoría es por el momento los vinos espumosos, en el corto plazo, las bodegas siguen trabajando en lograr opciones de vino tranquilo. “Hoy estamos desarrollando y ampliando el portfolio de vinos sin alcohol, aprendiendo sobre esta nueva categoría”, anticipó Santiago Mayorga.

El mercado actualmente no cuenta con un producto de este tipo que lleve el 0% de alcohol en su etiqueta, pero sí otras opciones de baja graduación alcohólica. Por ejemplo, Andeluna tiene su oferta en el segmento con una producción de 30.000 botellas con sus líneas 1300 Torrontés Dulce Natural Bajo Alcohol  y Wine Not Malbec.

Otro de los jugadores con mucho recorrido es Susana Balbo, bodega que elabora Crios Sustentia Chardonnay Bajo Alcohol, una etiqueta de la que producen 14.500 botellas por año. A ellos se sumó este año Domaine Elena de Mendoza que, además de las opciones sin alcohol sacó Uco Mineral N.7 y Uco Stone N.7, también vinos espumosos pero con una graduación de 7% con base de Chardonnay proveniente del multipremiado viñedo Adrianna, en Gualtallary.

Así, con varias bodegas investigando sobre el tema, haciendo sus correspondientes ensayos y un mercado potencial de varios millones de dólares, no será extraño que el 2026 traiga a la ya competitiva oferta nacional más jugadores en el segmento sin alcohol.

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