La economía circular empieza por casa: una empresa argentina fabrica biodigestores en bolsa aptos para la agricultura familiar
La economía circular no es sólo para grandes inversores. También los medianos y pequeños productores de la agricultura familiar pueden transformar la realidad de su establecimiento al convertir sus residuos en energia y fertilizantes. Los biodigestores permiten tratar los desechos orgánicos de las explotaciones agropecuarias, de modo tal que, además de disminuir la carga contaminante,
La economía circular no es sólo para grandes inversores. También los medianos y pequeños productores de la agricultura familiar pueden transformar la realidad de su establecimiento al convertir sus residuos en energia y fertilizantes.
Los biodigestores permiten tratar los desechos orgánicos de las explotaciones agropecuarias, de modo tal que, además de disminuir la carga contaminante, generan un gas combustible (denominado biogás) y un biofertilizante líquido conocido como “biol”, que contiene en un valioso mix de nitrógeno, fósforo y potasio.
Los grandes biodigestores instalados en el país, que son pocos aún debido al elevado nivel de inversión que requieren, utilizan el biogás producido para generar energía eléctrica e inyectarla a la red en el marco del programa oficial RenovAr, pero los establecimientos más pequeños no tienen escala suficiente para acceder al mismo.
Sin embargo, esas pequeñas explotaciones también pueden emplear biodigestores de menor porte, como los que fabrica, por ejemplo, Dario Donate junto a su equipo, los cuales permitirían generar biogás que puede ser usado en una hornalla o para contribuir a la calefacción de un hogar, además de generar biol. “Para mí el producto más importante que se genera es el biol”, aclara Donate a Bichos de Campo.
Mirá la entrevista completa a Darío Donate:
Donate montó una empresa junto a un par de socios llamada Econer, la cual se dedica a la fabricación de biodigestores en bolsa, flexibles y de carga semicontinua; también instalan equipos de energía solar.
La firma oriunda de la localidad bonaerense de Campana está por firmar un convenio con el INTA, mediante el cual ésta proveerá cinco biodigestores para ser colocados en La Pampa, Formosa, Jujuy, San Juan y Neuquén con el propósito de que técnicos del organismo oficial estudien el funcionamiento de los equipos, además de evaluar la producción de biogás y las características del biofertilizante producido en función de los desechos tratados. “La idea es que estos equipos, que tratan los desechos orgánicos, puedan ser aprovechado por la agricultura familiar”, manifiesta el emprendedor.
De acuerdo a Donate, los biodigestores se fabrican en diferentes tamaños y pueden ser utilizados en establecimientos pecuarios de pequeña y mediana escala a un costo muy razonble. Eso sí, aclara Donate: “Debe haber créditos que ayuden a los productores a poder adquirirlos, porque si vos le decís al productor que debe pagar la parte de su primer año de fertilización más el biodigestor, no le dará la economía para poder hacerlo”.
La bolsa biodigestora se compone de tres bocas: en una se carga el estiércol del animal (aunque también se puede llenar con cualquier desecho orgánico); por otra boca sale el fertilizante líquido y por una válvula superior se desprende el biogás. “Lo que hacemos en definitiva es volver a reciclar todo lo que sale del animal, de hecho reciclamos casi el 70% y con un muy bajo nivel de acidez”, resalta.
La bolsa más pequeña de las que fabrica Econer genera de 3 a 5 horas de biogás diario y extrae entre 100 y 150 litros de bio fertilizante por día. Donate considera que “una vaca bostea el 8% de su peso, o sea que si pesa 500 kilos, bosteará 40 kilos y ya con eso se podría alimentar un biodigestor chico”.
Ahora bien, el emprendedor indica que “no todas las bostas rinden igual”. Por lo general, la recomendación es arrancar con purín de cerdo y luego se le pueden empezar a sumar de a poco otros desechos. Con respecto al purín de cerdo, el mismo día que se comienza a echarla al biodigestor, ya se genera metano; es la más efectiva en este sentido. En cambio, la bosta de vaca tarda unos 20 a 30 días en generar biogas.
Producir biogás con estiércol ya es un hecho en Argentina, a partir de un biodigestor flexible
En cuanto a estiércol de cabras, Donate precisó que “tenemos una bolsa instalada en Salta que funciona en base a ese recurso y viene bien, pero necesita una cierta trituración porque se sedimenta mucho y debe entrar lo más molida posible, para que luego las bacterias trabajen bien dentro del biodigestor”.
Econer ya cuenta con dos protototipos instalados: uno en la Escuela agraria “El Tatú”, de Campana, y otro en la chacra Canario Maculia, en Los Cardales, donde funciona un criadero de cerdos. Además, instaló un pequeño biodigestor en el tambo Lactocuyo, en San Juan, para transformar los desechos de sus 120 vacas en ordeñe.
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