“A la política le cuesta ver las oportunidades que tenemos”
En Paraná, comenzó el Congreso Internacional de Maíz. El presidente de Maizar hizo foco en que el mundo está “virando de lo fósil a lo renovable” y que el agro argentino tiene la menor huella de carbono del mundo.
El presidente de la Asociación Maíz y Sorgo Argentino (Maizar), Pedro Vigneau, destacó este martes las fuertes oportunidades de crecimiento que tiene Argentina a partir de agregarle valor al maíz, en el marco de la apertura del 2° Congreso Internacional de Maíz que comenzó en Paraná (Entre Ríos).
En su discurso, Vigneau hizo mención a los diversos problemas que enfrentan los productores y las empresas del agro argentinos para poder desarrollarse en libertad y crecer, pero también subrayó que prefería hacer foco en las oportunidades que le brinda al país “un mundo que vira de lo fósil a lo renovable”.
En ese sentido, señaló que el maíz es el cultivo ideal para subirse a esta ola, por su capacidad de capturar carbono como ninguna otra planta y transformarlo en productos con valor agregado: los biocombustibles o las proteínas animales como los usos más conocidos, pero también trajes y zapatillas como las que vistió Vigneau en el Congreso.
LAS OPORTUNIDADES DEL MAÍZ
Para Vigneau, entre los numerosos problemas que enfrenta el campo argentino, el principal es que “a la política le cuesta ver las oportunidades que tenemos”, como ésta de crecimiento relacionada al maíz.
Por ejemplo, señaló que la discusión sobre las retenciones “debería ser una consecuencia de entender esta enorme oportunidad, porque si nos damos cuenta de la misma, se caen solas, si somos el único que penaliza y no incentiva la exportación”.
“El maíz es un cultivo que tiene mucho más capacidad que la mayoría de las plantas de transformar dióxido de carbono en biomasa, y nosotros tenemos una de las cuencas fotosintéticas más grandes del mundo”, repasó Vigneau.
Por eso, pese a recordar la excesiva presión impositiva que sufre el sector y los problemas de logística, entre otros temas, dijo: “Me quiero centrar en ver la enorme oportunidad que tiene Argentina, el país con los productores más eficientes del mundo, con la menor huella hídrica y de carbono”.
Allí fue que repitió la anécdota de que el traje que viste y las zapatillas están hechos de derivados del maíz, pero que se fabrican en Estados Unidos o China, y no en Argentina.
Zapatillas de maíz, para dar el primer paso en el camino del crecimiento basado en la bioeconomía
“¿Dónde está nuestra marca país contando nuestro potencial? Bajemos la guardia, conversemos y veamos cómo hacemos para aprovechar esta oportunidad. Acomodemos la macro, contémosle al mundo esta historia: las zapatillas y el traje de maíz, por lógica, se tendrían que estar haciendo acá”, insistió.
Pero sin ir tan lejos, citó el ejemplo concreto de los biocombustibles: mientras Argentina importa U$S 1.000 millones por año en naftas, exporta 70% de su maíz como grano, cuando solo transforma el 4% en bioetanol. En Brasil y Estados Unidos, los porcentajes de transformación son 23% y 49%, respectivamente.
“Ni hablar la aviación, que no tiene posibilidades de ir hacia la electromovilidad. ¿Adivinen dónde se puede hacer el biocombustible con menor huella del mundo?”, preguntó Vigneau.
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