“Hay que medir y mostrar con información que tenemos una menor huella ambiental”
El presidente de Aapresid, Marcelo Torres, explicó que para hacer frente a las exigencias de Europa de una menor huella ambiental, se debe generar información clara y precisa sobre las emisiones del sector agropecuario argentino.
La producción agropecuaria en el Mercosur comenzó a mirar con atención las exigencias que llegan desde Europa en materia de sustentabilidad y una reducción de la huella ambiental.
Mientras todavía resuenan los ecos de una sequía que en nuestro país causó estragos, desde el Viejo Continente ya empezaron a poner plazos: desde 2025, no recibirán productos que tengan trazas de deforestación, entre ellos soja y carne.
Las entidades que nuclean productores, como el caso de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid) trabajan cada día a partir de conceptos como intensificación sustentable, captura de carbono y agricultura regenerativa.
Y si bien atienden los problemas urgentes de coyuntura -intensificados por la proximidad de las elecciones y la volatilidad que atraviesa la economía- también ponen los faros largos y se adentran en la agenda productiva de las próximas décadas.
Congreso Aapresid: “Para construir sistemas productivos sustentables se necesita previsibilidad”
ENTREVISTA SOBRE SUSTENTABILIDAD
En diálogo con Infocampo, el presidente de Aapresid, Marcelo Torres, analizó la agenda del agro en materia de producción y sustentabilidad y advirtió que en el caso de Europa y sus exigencias sobre productos libre de deforestación, habrá que tomar la iniciativa y generar mediciones confiables, para no afectar al complejo agroindustrial.
-¿Por donde pasa la agenda de Aapresid en estos días?
-Por un lado, seguir trabajando en ajustar estos modelos que combinan siembra directa, rotación y uso de cultivos de servicio, es decir intensificación sustentable. Hay mucho para trabajar en eso y ahí necesitamos el músculo y la aproximación al territorio de las regionales, adaptando estos modelos, no es lo mismo Bahía Blanca que Salta. Tenemos que trabajar en estos atributos, pero ver cómo los adaptamos a cada región. Un tema que también tenemos en agenda es tener datos y medir huellas, sobre todo de carbono y en esa instancia, ahí vemos que estamos todos trabajando en lo mismo, como la Asociación Braford Argentina, la Sociedad Rural Argentina, CREA y Aapresid y grupos de productores en Brasil, Paraguay Uruguay. Nuestro desafío y buena parte de la agenda es coordinar entre todos como estamos midiendo.
-¿Hay algún punto en común que unifique esta mirada regional?
-Existe la Confederación Americana de Asociaciones en Agricultura Sustentable (CAAPAS) y en este momento Aapresid tiene la presidencia. Esta entidad une a Brasil, Uruguay, Paraguay, México y Argentina y nos permite tener un alcance más regional. Por ejemplo, usando modelos matemáticos podemos ver dónde estamos hoy con el carbono, qué niveles tenemos en el suelo y el potencial de captura. Con prácticas de manejo eficientes, como rotaciones más diversas, doble cultivo y siembra directa, podemos mejorar la captura de carbono en el orden del 20% con respecto a lo que tenemos en la actualidad, en un plazo de seis a siete años.
-En este camino, ¿qué otro enfoque de trabajo están tomando?
-Estamos trabajando en lo que es brecha de rindes, captura y emisiones y apuntamos a trazar un camino desde el campo al consumidor. Un tema que se habla pero no está muy definido es la agricultura regenerativa. En líneas generales, se define por el objetivo que es regenerar y no solamente conservar, creemos que hay delimitar que es lo que define una agricultura regenerativa.
– ¿Cómo ven desde Aapresid las propuestas para el agro de los candidatos presidenciales?
-Casi todos hablan de quitar retenciones, permisos de exportación y hacer que el comercio exterior sea mas fluido. En esto estamos de acuerdo, creo que tenemos muchísimo potencial para producir pensando en la mesa de los argentinos y también para exportar. También se habla de gradualismo, eso habrá que ver cuando llegue a quien le toque tomar el Gobierno, ver con que se encuentra y que puede hacer. Lo que vemos que no está tan en agenda es capturar la oportunidad que tiene Argentina para exportar conocimiento y tecnologías de procesos en el marco de una agricultura de bajo impacto ambiental.
LA VISIÓN DE EUROPA
-Pensando en 2025, ¿cómo nos ve Europa en materia de sustentabilidad en los procesos productivos?
-En junio, participé en la 11° Conferencia Mundial de Investigación sobre Soja, que se hizo en Viena (Austria). En ese evento expusieron profesionales de la experimental del INTA de Obispo Colombres y en un trabajo, demostraron que la huella de dióxido de carbono por tonelada de soja producida era de 200 kilos. Después, una consultora europea dijo que la huella argentina es una de las más altas del mundo y que está en el orden de 4.000 kilos. Hay mucha confusión, es realmente complicado y tenemos que abordar este tema, porque si no nos metemos rápidamente en esta conversación, van a empezar a medir por nosotros.
– ¿Cómo se articula el largo plazo con las urgencias que vivimos en la actualidad?
– Argentina tiene que atender una doble agenda. Una es la urgente del corto plazo y que todo la conocemos, con temas como brecha cambiaria, retenciones y los permisos de exportación. Pero también tenemos que trabajar en las oportunidades que tiene Argentina, de no sólo exportar granos y proteína animal, sino exportar conocimiento y construir estos espacios que tenemos en nuestro país de innovación colaborativa, con redes de contratistas, asesores y productores que interactúan, intercambian información y detectan aspectos a mejores. Cuando viajamos y nos toca contar cómo es este modelo se sorprenden y si bien lo tenemos naturalizado, en estos somos líderes. No es ir a contarle a un productor de Colombia, México o el este de Europa como tiene que hacer las cosas, hay que decirles cómo hicimos en Argentina para generar sociedades que aprenden y generan estos espacios de interacción colaborativa.
-En Europa, ¿existe una posición unificada?
-La Unión Europea son 27 países con ideología e idiosincrasias muy distintas y se discuten muchas ideas, pero no datos. Hacia el interior, están teniendo discusiones y en los últimos tiempos se pueden ver problemas con productores agropecuarios en distintos países europeos. Esto nos impacta directamente y vamos a necesitar mucha información concreta y una política de Estado que trascienda los gobiernos. Tenemos que trabajar como hace Australia, en donde los institutos de investigación, las asociaciones de productores y el Estado salen a promover sus productos. Nuestro argumento es que los productos deben contar con menor huella ambiental, pero tenemos que contar con información para salir a mostrarlo, a partir de una fuerte interacción público-privada. Estamos en un mundo que se hace muchas preguntas y hay muchas discusiones teñidas por la ideología, a eso hay que contraponerle información dura y de calidad.
-¿Como se trabaja para generar esa información?
-Se debe hacer de manera articulada, porque en el caso de los granos se trata de una cadena larga y compleja. Estamos empezando a trabajar a nivel mas horizontal con distintas entidades y asociaciones ganaderas, para medir todos igual. Y todos quieren tener su sello de certificación, pero es una discusión que no quiero seguir dando. Todos quieren el suyo, pero sostengo que todos deberían alimentar un sello de Agricultura Sustentable Argentina y que cada certificación sea compatible con ese sello que engloba a todos.