Trigo sarraceno: los datos de un estudio nacional que demostró el potencial de este “pseudo cereal”
Un trabajo de la Fauba determinó cuál es el período crítico del trigo sarraceno y su respuesta en rindes a fertilización nitrogenada. Las claves de un cultivo que recién da sus primeros pasos en Argentina.
Un trabajo de la Facultad de Agronomía de la UBA (Fauba) analizó la potencialidad del trigo sarraceno, un denominado “pseudo cereal” que está dando sus primeros pasos en el esquema productivo local.
Se trata de un cultivo originario de China, que en Argentina se extiende en una superficie no mayor a 5.000 hectáreas y con rindes que se encuentran por debajo al desempeño de otros países productores
Según explicó Antonio Guglielmini, docente de Cerealicultura en la FAUBA, se empezó a estudiar al cultivo, para ver cómo se comporta en diferentes regiones del país, además de cuestiones vinculadas al rendimiento y la calidad.
“Numerosos países del mundo lo producen, pero en la Argentina aún no se difundió debido, sobre todo, a la escasez de información básica para cultivarlo”, señaló.
Con los datos que relevó la universidad, se creó un modelo de simulación, “Cronosarraceno”, que predice cuando ocurrirán las distintas etapas de su ciclo productivo.
TRIGO SARRACENO: UN CULTIVO VERSATIL
Entre algunas de las propiedades alimenticias del trigo sarraceno, se destaca su presencia de compuestos fenólicos, vitaminas y numerosos componentes orgánicos y minerales.
Además, su porcentaje de proteína es similar al del trigo, pero con un valor biológico mayor, dado por el aminoácido esencial lisina, ausente en el cereal.
“Además, al no tener gluten resulta apto para celíacos, quienes lo pueden consumir en panificados, fideos, galletitas o flakes”, enumeró Guglielmini.
Las pruebas a campo se llevaron en un rango ampliop de latitudes, desde Salta a Río Negro. En estos ensayos se probó la adaptabilidad del cultivo y durante el proceso de registró información valiosa.
“Pudimos describir todas las etapas del cultivo, cuantificarlas y relacionarlas con variables ambientales como la temperatura y la duración del día”, remarcó.
En 2019, se logró identificar el período crítico del trigo sarraceno, a partir del trabajo en un gran número de localidades y fechas de siembra. En esa fase, el componente del rendimiento que más varía es la cantidad de granos por metro cuadrado.
“Trigo sarraceno en la Argentina”
Entrevista a #AntonioGuglielmini y #SandraAntequera en -, el programa de @AgronomiaUBA por @RadioUBA
⚙https://t.co/raJWd09EA8#UBA #FAUBA #SLT #sarraceno #cultivo #alimentos #nutricion #ecofisiologia #nitrogeno #rendimiento— Sobre La Tierra | Fac. Agronomía (UBA) (@SLT_Divulgacion) December 1, 2023
ENSAYOS A CAMPO
Sandra Antequera, docente de la cátedra de Producción Vegetal de la FAUBA, detalló los resultados de los ensayos que se llevaron a cabo durante dos años.
Los trabajos se dividieron entre un campo experimental de la facultad y establecimientos de productores en el sudoeste bonaerense. En este caso, se estudió el rendimiento del trigo sarraceno en respuesta a la fertilización con nitrógeno.
En los ensayos, se aplicaron tres níveles de dosis: 50 kilos por hectárea —que era el contenido natural del suelo—, 75 y 100 kg/ha. Con 50 kilos del fertilizante, el cultivo alcanzó su rendimiento máximo.
“Si bien el porcentaje de proteína de los granos aumentó levemente con 75 kilos de nitrógeno por hectárea, las dosis mayores no cambiaron ese porcentaje”, detalló Antequera.
POTENCIAL PARA LAS ROTACIONES
El trigo sarraceno presenta un gran potencial para ser considerado como una alternativa más dentro del esquema de rotaciones.
Los investigadores señalaron que se trata de un cultivo de verano, que funciona bien como cultivo de segunda después del trigo y al ser de ciclo corto, corre con ventaja ante la soja en regiones como Río Negro o el sur de Buenos Aires, donde las est aciones de crecimiento son breves.
De todas maneras, remarcaron que todavía queda mucho trabajo por delante, sobre todo en el mejoramiento genético.
“En Argentina solo está registrada Mancan, lo que dificulta investigar las relaciones entre genotipos y ambientes. Por suerte, esto tiene una ventaja, por ahora: como todos siembran Mancan, nuestros resultados tienen un buen impacto”, sustuvo la investigadora.
A futuro, desde la Fauba apuntarán a determinar cuales sob los procesos del cultivo que limitan su rendimiento.
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