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Andrea Sarnari: la historia de la mujer que protagonizó la noticia del año en el ruralismo

Fuente: Infocampo 28/12/2024 07:42:53 hs

Productora oriunda de Bolívar, desde los 13 años está vinculada a la Federación Agraria, a donde llegó a ser presidenta, siendo la primera de la historia en ocupar ese rol. Su trayectoria, inquietudes y fanatismo por el fútbol, en una nueva entrega de ELLAS.

“Cuando le dije a mi mamá que me iba a postular, no se sorprendió, porque venía viendo el camino que venía haciendo; lo que más le preocupó es por la tensión que acarrea un cargo como la presidencia de Federación Agraria, con muchos que te alaban, pero también otros que te cuestionan. Ella también es federada, siempre me acompañó”.

Las palabras pertenecen a Andrea Sarnari y cuentan la intimidad de ese momento tan importante enque comenzó el proceso para que protagonizara una de las noticias del año en el ruralismo argentino: la primera vez que una mujer llegó a ser presidenta de una de las cuatro grandes entidades del campo.

En otro capítulo de ELLAS, Sarnari abrió las tranqueras de su vida para recordar anécdotas de la infancia y la adolescencia en el campo, donde nació y se crió hasta los 18 años, cuando se fue a estudiar abogacía.

Hoy es productora agrícola y ganadera, y gestiona una chacra familiar junto a su madre y su hermano en su localidad bonaerense de Bolívar.

Desde los 13 años, estuvo vinculada a la Federación Agraria. A lo largo de su trayectoria estuvo en las juventudes, entre 2000 y 2009, presidió la Fundación de la entidad. En 2018, bajo la presidencia de Carlos Achetoni, fue elegida síndica de la entidad.

Posteriormente, fue elegida como directora por el Distrito 9 de Bolívar, destacándose como una referente en el ámbito gremial y agropecuario. Hasta que llegó el turno de encabezar la FAA.

La historia de la mujer que, valga la redundancia, hizo historia, a continuación:

-Quiero romper el protocolo de estas notas, que generalmente siguen un devenir cronológico, y preguntarte por tu candidatura a la presidencia de Federación. ¿Cómo surgió? ¿Fue idea tuya? ¿Alguien te lo sugirió?
-Como todas las cosas que suceden en una organización, no son individuales. Siempre son ideas colectivas. Pero no fue algo que haya nacido de mí. Pero muchos federados empezaron a decirme que era joven, que conocía la organización desde todos lados, que era capaz. Eso empezó hace 2-3 años. Y un día, un amigo confederado me dijo, “prepárate porque sos vos”. En un primer momento no lo tomé en serio, ni con tanta certeza de que quería hacerlo. Pero me iba haciendo a la idea cuando recorría y surgía mi nombre. De todas maneras, hasta último momento, te digo, 15 días antes de las elecciones, me preguntaba ¿estaré capacitada? ¿podré? Porque es una alta responsabilidad conducir una institución como Federación Agraria. Pero sí tenía el respaldo de los que me rodeaban. 

-¿Y tu mamá? ¿Qué dijo?
-Cuando le dije a mi mamá, viste que a las mamás, ahora lo veo como madre, te impacta el doble. Y creo que ella lo tomó como algo más de lo que yo venía haciendo. No la sorprendió. Sí me decía si será como se ve desde afuera. Y que no sufra. Porque siempre hay tensión. Para una mamá ver que tu hija está en el foco de la tormenta, que te alaban pero también te cuestionan. Pero no me lo decía tanto, siempre me acompañó. Yo me daba cuenta porque la conozco. Pero me hablábamos todos los días, a ver cómo me estaba preparando. En el congreso donde se eligen las autoridades me sentí acompañada por mi mamá, que es una mujer federada, participa siempre, pero también vino mi hermano que hacía mucho que no venía a Federación. Mi sobrina-ahijada, que era la primera vez que participaba, mis amigas que son de la infancia, del campo, nos criamos juntas. Mucha gente de toda mi vida que estuvo acompañándome en ese momento. 

-Ahora sí vamos a desandar un camino más cronológico. ¿Qué te gustaba hacer? ¿Qué cosas te acordás?
-Mi infancia, si tengo que acordarme de algo te puedo decir que fue muy feliz. Con muchos buenos recuerdos que me quedaron para siempre. Nací en el campo, vivíamos en la chacra, mi mamá, mi papá, mi hermano y yo. Pero además, era la típica chacra que tiene de todo un poco. Con mucho de agricultura, maquinarias que se escuchaban a la mañana. Tractores, cosechadoras y pajaritos. También los animales. A mí me gustaba siempre andar a caballo. Tengo ese recuerdo de vivir con mi núcleo familiar, pero también venía mi tío, que también estaba en sociedad con mi papá y mis primos, mi abuelo que vivía en el pueblo con mi abuela. Y él iba al monte frutal, a hacer la huerta. Mi papá era el que más estaba en las máquinas. Mi hermano y yo éramos colaboradores como chicos, según la edad. Desde ir a juntar leña para la cocina, juntar los huevos del gallinero… cosas que hoy seguimos haciendo en parte. Ah, y la bicicleta por las calles de tierra muy arenosas, ir a lo de vecinos de otro campo. 

-Llegó el momento de estudiar y no fuiste por agronomía o veterinaria, lo que uno podría pensar como un camino cantado. ¿Por qué elegiste Abogacía? ¿Qué querías ser o hacer? ¿Ya tenías el derecho agrario en la cabeza?
-Yo hice la secundaria en el campo. Esto es parte de mi historia, la que me construyó. El campo estaba a 30 kilómetros del pueblo. Yo cuando terminé la primaria quería hacer la secundaria, para luego hacer una carrera universitaria. Y ya me gustaba algo del derecho. Creo que venía por el lado de que mi madrina, la hermana de mi papá, era abogada y la veía a ella y me gustaba. Pero en el campo no había secundario en el colegio. Y un grupo de vecinos consiguieron que se abriera, justo cuando me tocaba primer año la secundaria ahí. Todavía funciona. Ahí yo tenía la sensación de tener que irme, con 12 años, si no se abría la escuela. Me tendría que haber ido del campo al pueblo, a vivir con mis abuelos. Eramos poquitos, 17. Y venían los profes a darnos clase y pasaban toda la tarde con nosotros. Y creo que los docentes que tuve en las materias de humanidades, fueron haciendo gustar por las ciencias sociales y eso me motivó a seguir por el Derecho. 

– Elegiste fácil entonces…
-Cuando terminé lo tenía bastante decidido. Me gustaba la idea de repensar políticas públicas. Pero ojo, también tuve una duda por la comunicación. Yo trabajaba de hobbie en una FM local. Me gustaba hacer notas, pasar música… me creía periodista. Entonces cuando me vine a estudiar a Rosario me anoté en Derecho y en Comunicación Social. Durante un año hice las dos. Pero me terminé quedando con Derecho, que era mi vocación. 

-¿Y el derecho agrario?
-Ya ahí me gustaba. No venía la hora de poder empezar a ejercerlo. 

-¿Cómo te ha ido siendo mujer en el medio rural? Simpre has estado en el campo, pero quizás más tras bambalinas, y hoy sos protagonista.
-Yo lo tomo con naturalidad. Creo que tiene que ver con parte de mi historia. Desde pequeña, con mi historia familiar, el rol que en mi casa y en mi familia tuvimos las mujeres, mi padre y mi hermano conmigo han tenido siempre un trato de igualdad con mi madre y conmigo. Yo lo sentí siempre con mi papá. Él agarraba la camioneta y se iba a la cosechadora y yo me iba con él. O se iba a una reunión y me llevaba. Lo acompañé siempre en todo, tanto en lo productivo como en lo gremial o institucional. De hecho, me crié adentro de una cooperativa, él estaba en ese momento en el consejo administrativo y yo iba, escuchaba, cebaba el mate. Entonces siempre lo transité con bastante naturalidad estar entre varones, porque es verdad que las instituciones están conformadas hoy, aún, por mayoría de varones, lo mismo que en lo productivo.  En mi caso, como lo transité tan naturalmente y de tan chica, no sentí diferencias. Creo que me ayudó en lo personal a llegar a donde estoy. Nunca sentí discriminación. Siempre fui una mas dentro de la institución. 

-¿Cuál es tu objetivo al finalizar tu mandato en Federación? El tuyo y el de la comisión, ¿Qué se propusieron? Algo concreto, algo que creas pueden lograr. Alcanzable, que dependa de ustedes…
-Sí. Hay un objetivo de fortalecimiento institucional grande que nos trazamos. Que tiene que ver con dos temas: por un lado volver a formar jóvenes dentro de Federación Agraria, como dirigentes federados. Prepararlos para que el día de mañana puedan ser los que conduzcan los destinos de la institución. Algo que se ha perdido, por distintos motivos, económicos nuestros, la pandemia, porque no se ha prestado demasiada atención. Yo vengo de ahí y un objetivo es reconfigurar ese modelo de formación dirigencial que a la Federación Agraria nos ha puesto en un lugar destacado. Siempre hemos tenido bases bien formadas. Desde el primer día ha hemos trabajado en eso. 

– ¿Y el otro objetivo?
-Te diría de fortalecimiento federal, tener más filiales, cooperativas, grupos de mujeres, ser un músculo fuerte. Algo difícil, pero no imposible en la época en la que hay falta de participación en todos lados, hay descreimiento, falta de compromiso. Eso está pasando también en Federación. Queremos volver a enamorar, ser el músculo en el interior. Que es el trabajo de hormiga, de cada filial del interior, que es importantísimo. Una institución no es fuerte por su presidente o la comisión nacional, sino por su territorio. Eso es lo que queremos recomponer. Creemos que las dos cosas las podemos lograr. Ya estamos trabajando y hay respuestas positivas. 

-¿Qué es lo que más te gusta de lo que hacés?
-Me encanta el hecho de poder salir al territorio, hablar con la gente, tomar unos mates y repensar cómo hacer para que Federación Agraria consiga objetivos que beneficien la vida en la ruralidad. Eso me encanta. Sean 2, 4 horas o 20. Son productores igual que yo, tenés los mismos códigos, hablas de la misma manera. Eso me encantaría hacerlo siempre. 

FUERA DEL SURCO

¿Hay alguna actividad por fuera de tu trabajo en la que busques inspiración para reactivarte o resetearte para seguir en lo qué haces? Yo creo saber de una, el fútbol. Sos del “Rojo”, vas a la cancha… ¿cómo surgió esa pasión, con quién ibas de chica?
-Si, me gusta mucho el fútbol. Soy fanática. Mi papá era hincha de Independiente, pero no podía hacer que mi hermano y yo fuéramos de Independiente… hasta que vino un primo de papá de Morón al campo, fana del Rojo y nos prometió la camiseta, llevarnos a la cancha, conocerlo a Bochini… que se yo, cualquier cosa… y nos hicimos nomás. Y a partir de ahí seguíamos al equipo como podíamos. Años 80. Por la radio y después íbamos al pueblo los jueves al quiosco a comprar El Gráfico y nos la devorábamos. Así nos fuimos apasionando. Cuando fuimos más grandes me empecé a hacer más fanática, me encantó ir a la cancha, cantar, la fiesta, la alegría. Ahí me terminé de enamorar. Y cuando pude empezar a ir a la cancha sola, con alguna amiga o amigo, ni te cuento. 

-¿Es verdad que hasta “arrastraste”, por así decirlo, a tu novio ahora esposo para ir a la cancha? También hay una historia linda con tu hijo…
-Sí, a él no le gustaba el fútbol, era más basquetbolero, pero en esa cosa de querer enamorarme empezó a acompañarme a la cancha. Ibamos a ver cuando jugaba contra Newell’s y Central. Después nació mi hijo que hoy tiene 19 años. Y yo estaba en Rosario, donde nos habíamos quedado y a él le costaba ser de Independiente, porque todos sus amiguitos eran de Newell’s o de Central. Tuve la suerte de que salió campeón Independiente de una Sudamericana (N de la R: año 2017, le ganó la final a Flamengo de Brasil, 2-1 en la ida y 1-1 en la vuelta) y fuimos al Monumento a la bandera, compramos la camiseta, y listo. La primera vez que lo llevé a la cancha fue cuando tenía 6/7 años, en la cancha de Newell’s. Y le encantó. Igual que la madre se apasionó y empecé a ir con mi hijo. Ahora que tiene 19 es el que me motiva a ir. 

-¿Te acordás del último partido que fuiste?
-El último fue hace unas semanas, contra Atlético de Tucumán, en Avellaneda. 

-¿Tu ídolo? Sacando al “Bocha” que es el 1 indiscutido, me imagino…
-Varios jugadores importantes. Bochini indiscutible, claro. Pero me acuerdo de Marangoni, Gaby Milito, era un jugadorazo. También Pusineri, no sé si ídolo pero por el título que logramos con ese gol de cabeza que le hizo a Boca en 2002. 

-Te pregunto por la música. Si sos de escuchar y por dónde vas…
-Si, escucho todo el tiempo. Me gusta escuchar la música fuerte. Me llena el espíritu. Me gusta Soda Stereo, si hay un grupo que me enamoró es Soda. La despedida en River, fue un momento tremendo. Por lo general voy más por lo nacional. Que es lo que más me llena, pero soy muy variada. Y lo que elijo depende mucho del estado de ánimo que tengo o del que quiero tener. Si quiero estar más pila, no escucho Soda. Prefiero Tan Biónica, música nacional de los 80s, 90s, Charly. Me gusta Abel Pintos, La Sole me pone polenta. Si salgo a la ruta es muy probable que en algún momento ponga “Yo quiero a mi país” o alguno de ella. Y también escucho U2, Sting… muy variado. 

-¿Cómo te va con la cocina? ¿Sos de cocinar? ¿Tenés algún plato?
-Mal… mal… Primero que no tengo tiempo. Cocinar es una obligación. Pensar qué comer en la diaria es mortal. Cuando tengo tiempo, o vienen amigos o la familia, ahí sí me puedo poner a cocinar algo. Y lo que mejor me sale, en invierno, es el pastel de carne. Me sale rico, todos me lo elogian, pero eso sucede una o dos veces al año. Un buen pastel de carne en invierno, con una copa de vino, y ya está. 

-Con o sin pasas
-¡Sin! Mi mamá lo hace con pasas y yo se las saco todas… 

-Muy bien… Y las empanadas tampoco.
-No, no, claro. Y después, soy muy buena compañera para el cocinero. El que hace el asado, le cebo mates, charlamos, escuchamos música, un vino, hago las ensaladas, ves, ahí me destaco. 

-Cuando mirás series o películas o elegís un libro, ¿por dónde vas?
-Películas y series no miro mucho. Porque mi marido y mis hijos, tengo un varón y una nena son de mirar, y por ahí me engancho, pero no soy de mirar. Leer sí, ahí me engancho. Lo que me atrapa son las novelas históricas. Pueden ser argentinas o extranjeras. “Indias blancas”, de Florencia Bonelli me la devoré. O “El tiempo entre costuras”, que es de otro lugar y época, me puedo quedar toda la noche leyendo. 

-La última, una frase de cabecera. ¿Tenés?
-No tengo una que me represente. Pero sí siempre me gusta rememorar, con lo que hago en Federación, y en la vida en el campo, una que tenía Belgrano, que decía algo así como “fomentar la agricultura, animar la industria y proteger el comercio” debería tener una nación como horizonte. Estoy convencida de eso. 

MUJERES EN CAMPAÑA

“ELLAS” es una serie de podcasts realizados por Infocampo con mujeres de campo que inspiran por su historia emprendedora, y que cuenta con el acompañamiento de “Mujeres en Campaña”, una iniciativa de New Holland Agriculture que ya tiene un camino recorrido y embajadoras de distintos lugares del país.

La Iniciativa Mujeres en Campaña (MEC) surgió cuando comenzamos a notar que existen muchas mujeres involucradas en el campo con grandes capacidades y que todas teníamos algo en común: la necesidad de compartir experiencias vinculadas al campo y al trabajo rural, nuestro principal objetivo es visibilizar el rol de la mujer rural en cualquiera de sus tareas sea como cliente o como una referente para el sector”, señaló Natalia Álvarez, referente de Marketing New Holland Argentina.

Desde “Mujeres en Campaña” desarrollaron el concepto de “embajadoras” que permite conocer un poco más de cada una en su rubro y, a su vez, difundir cómo trabajan y cómo se sienten.

El objetivo de este maridaje entre ELLAS y Mujeres en Campaña es llegar a mujeres de distintas edades y distintas zonas geográficas. “Nos enorgullece cuando un padre nos comenta que le recomendó a su hija inscribirse en nuestra plataforma para capacitarse y realizar algún curso de los que ofrecemos”, agregó Álvarez.

Desde la plataforma de MEC, se puede acceder a capacitaciones, foros, talleres, entrevistas y contenido de interés, además, cuenta con una Feria de Emprendedoras para dar a conocer los proyectos que lideran las seguidoras.

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