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De las aulas al paladar: las “Kiwilletas” que transformaron un proyecto educativo en dulce emprendimiento

Fuente: Infocampo 13/07/2025 07:57:22 hs

Desde la Escuela Técnica 1 de Salto, Buenos Aires, un equipo liderado por la docente Noelia Vijarra y sus estudiantes Juan Pablo Coreski y Victoria Villalba convirtió la curiosidad científica en un innovador emprendimiento: galletitas saludables a base de kiwi. Ya conquistan paladares en ferias y sueñan con producir su propia fruta.

Lo que comenzó como una investigación en las aulas, hoy es una realidad tangible que promete un impacto significativo en el mercado de las galletitas saludables.

En una historia inspiradora de creatividad, investigación y visión, la profesora de química y laboratorio Noelia Vijarra, junto a sus entonces alumnos de 4º año y ahora socios, Juan Pablo Coreski y Victoria Villalba, lograron convertir un proyecto educativo en un floreciente emprendimiento: la producción de “Kiwilletas“, exquisitas galletitas elaboradas a base de kiwi.

La chispa que encendió este proyecto, según explica la profesora Vijarra, surgió tras una clase sobre las vitaminas de la cáscara de kiwi.

LA HISTORIA DE LAS “KIWILLETAS”

“Luego de una investigación en clase sobre las vitaminas que ofrece la cáscara de kiwi, la curiosidad nos llevó a la búsqueda de incorporar este producto en la dieta diaria de las personas y allí surgió la idea del emprendimiento”, relató la docente en diálogo con Infocampo.

Por otra parte, agregó: “Buscábamos un proyecto que integrara la investigación científica, creatividad culinaria y el desarrollo de habilidades emprendedoras en un solo paquete. El kiwi, con sus propiedades y su versatilidad, fue el lienzo perfecto para despertar la curiosidad de Juan Pablo y Victoria, los creadores principales del proyecto”.

El kiwi, esa fruta exótica y llena de vitaminas, fue el punto de partida. La idea de transformarlo en galletitas no solo buscaba una alternativa saludable, sino también una forma atractiva de incorporar esta fruta a la dieta, especialmente en los más jóvenes.

“Queríamos ir más allá de lo convencional, aprovechar los beneficios nutricionales del kiwi y darle un giro divertido y accesible. La energía y la creatividad de mis alumnos, quienes actualmente se encuentran cursando el 5to año de la orientación tecnología en alimentos, fueron clave desde el primer momento”, comentó la profesora Vijarra.

El proceso no fue sencillo. Meses de investigación, pruebas y errores se dedicaron a perfeccionar la receta. Desde la selección de los kiwis más frescos hasta la búsqueda de la textura y el sabor ideales, cada etapa fue un aprendizaje.

La docente, orgullosa de sus alumnos, destaca el compromiso y la perseverancia de cada uno de ellos. “Son jóvenes con espíritu de emprender, muy trabajadores y con ganas de superarse cada día”, comenta. Por ello, asegura que esa característica “la demostraron siempre en el salón, y hoy aún más, sabiendo que este producto podía convertirse en un lindo negocio”, enfatizó.

El éxito inicial no tardó en llegar: “Una vez elaboradas las galletitas, comprendieron que serían del agrado de los consumidores en la Feria de Ciencias donde participaron, porque quienes las degustaban quedaban encantados”, rememora la persona que los capacitó con amor para que el resultado sea un éxito.

LA FUERZA DEL EMPRENDEDURISMO

Para la docente emprendedora, el camino no está exento de desafíos, pero la clave es la perseverancia. En ese sentido, tuvo palabras sentidas para quienes tienen encendida la chispa del emprendedurismo en la Argentina:

Les recomiendo a los jóvenes nunca abandonar sus sueños. El espíritu de emprender no debe tener obstáculos personales, aunque siempre surgen desafíos que hay que superar con trabajo y esfuerzo. Lo más importante es no perder el hilo de la capacitación; el conocimiento es fundamental en cualquier emprendimiento”, expresó.

La profesora subrayó cómo Juan Pablo y Victoria encarnaron esta filosofía: “Enfrentaron desafíos reales, desde ajustar proporciones hasta entender los costos de producción. Pero su tenacidad y su capacidad para trabajar en equipo fueron admirables”, argumentó.

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Vijarra fue mucho más allá al analizar el conocimiento de sus alumnos: “No solo aprendieron sobre química de alimentos, sino también sobre resiliencia, resolución de problemas y la gestión de un proyecto real“, insistió.

Vale aclarar que el grupo participó este año de la feria internacional de medio ambiente en Concordia, provincia de Entre Ríos, donde obtuvieron el premio que los habilita a ser parte del semillero de ciencias que se realizará en Cartagena, Colombia, el próximo año.

“Como equipo nos enfocamos en un ciclo productivo amigable con el medio ambiente, desde un cultivo agroecológico, la reutilización de la cáscara de kiwi y el envasado biodegradable”, destacó la docente.

EL SABOR DE LO BUENO Y VISIÓN DE FUTURO

Hoy, las “Kiwilletas” han trascendido el ámbito escolar. Son un producto terminado, con un packaging atractivo y un sabor que sorprende, presentándose como una opción ideal para meriendas, desayunos o simplemente como un snack nutritivo.


Este emprendimiento, nacido de la visión de la docente y el ímpetu de los estudiantes, no solo demuestra el potencial de la educación para fomentar la innovación, sino también la capacidad de los jóvenes para materializar sus ideas.

Actualmente, el proyecto lleva sus “Kiwilletas” a diversas ferias y eventos, donde comercializan sus productos y reciben la respuesta directa del público. “En cada evento donde participamos nos sorprende el interés de los consumidores por las galletitas”, cuenta emocionada. Noelia.

“Sinceramente, es un producto que en poco tiempo sueño con verlo en las góndolas de los supermercados; es un anhelo que observamos los tres”, reconoció la profesora Vijarra.

Estas ferias son una experiencia ideal que les permite a los creadores de este alimento nutritivo no solo validar su propuesta, sino también acercar un producto innovador y saludable a la comunidad, a través de un lugar exacto donde surgen nuevas ideas.

UN FUTURO QUE MADURA

De cara al futuro, el equipo detrás de las “Kiwilletas” ya vislumbra nuevos horizontes. Entre sus ambiciones más destacadas se encuentra la idea de producir sus propias frutas, lo que les permitiría asegurar la calidad desde la materia prima y potenciar su crecimiento en la producción.

“Esta es una de nuestras metas a largo plazo; nos entusiasma la posibilidad de tener nuestro propio cultivo de kiwi para expandir aún más la produccióny por qué no pensar en otras innovaciones alimenticias”, adelanta la profesora, mostrando la visión integral en el emprendimiento.

El éxito de las “Kiwilletas” es un testimonio del valor de la educación aplicada y de cómo una chispa de creatividad puede encender una iniciativa con un futuro prometedor. Este proyecto no solo está poniendo en valor una fruta tan rica como el kiwi, sino que también está inspirando a otros a pensar fuera de la caja y a creer en el poder de sus propias ideas.

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