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Cómo funciona “la cocina” más grande de Argentina, que reduce alimentos a su mínima expresión

Fuente: Infocampo 06/11/2022 00:13:13 hs

En Mendoza, se encuentra un planta de deshidratación, de grandes hornos de aire caliente, que recibe hortalizas de 23 fincas.

La provincia de Mendoza es reconocida como tierra de buen vino, pero también se destaca por la práctica de la horticultura.

Por ello, allí, funciona la planta deshidratadora más grande de la Argentina. Dicha planta está conectada con 23 fincas productoras de cultivos hortícolas de las provincias de Mendoza, San Juan y Córdoba, y genera empleo (campo y fábrica) para más de 400 familias de la zona durante todo el año.

El proceso de deshidratación consiste en introducir los vegetales, traídos de esas huertas, en hornos de secado, donde recibe aire caliente y se logra disminuir el porcentaje de humedad hasta un  porcentaje que oscila entre el 6% y el 8%. La planta de deshidratación cuenta con siete hornos de aire semicontinuo que trabajan con 10 bandejas, provocando evaporación y reducción del líquido.

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Los vegetales permanecen en estos hornos, aproximadamente, cuatro horas y hacia el final del proceso se realiza el último ajuste para que lleguen a una humedad de entre el 4% y 5%.

Con estándares de excelencia en calidad, el circuito de deshidratación permite conservar los nutrientes necesarios como también preservar el sabor de los vegetales.

En Mendoza, se deshidratan: zanahoria, zapallo, espinaca, albahaca, repollo, puerro, tomate, ajo, papas, pimiento rojo, cebolla y batatas, con los que se elaboran sus productos.

Una vez almacenados, las hortalizas deshidratadas son pesadas, controladas y, de forma manual, se seleccionan y separan.

PRODUCCIÓN

El trabajo de la planta de Mendoza se inicia con los productores quienes, actualmente, están cambiando su “consciencia” productiva, evolucionando desde la agricultura sustentable a la agricultura regenerativa, basada en principios y prácticas agrícolas que generan impactos positivos en la salud del suelo, la biodiversidad, la calidad del agua, la resiliencia climática y la rentabilidad agrícola.

Esta planta también promueve una política de residuos y uso de energía sustentable, donde gran parte de los productos son despachados sin pasar por el centro de distribución. De esta forma, en el proceso se reduce el equivalente a 19 camiones mensuales: 15 toneladas de dióxido de carbono.

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En este desarrollo regional de la producción, desde hace tiempo, el INTA viene fomentando la adopción de nuevas tecnologías, agricultura regenerativa y programas de apoyo a los pequeños productores de la zona.

Justamente, Claudio Galmarini, especialista en mejoramiento genético de hortalizas del INTA, destacó, respecto a esta planta que es propiedad de Unilever y se trata de la más grande que la compañía tiene construida en el mundo: “A lo largo de casi 30 años construimos un vínculo muy sólido que permitió concretar logros en materia de mejoramiento genético en zapallo, cebolla y zanahoria destacadas por su calidad, rendimientos y uso eficiente de los recursos”, destacó.

Por su parte, Hernán Sperber, director de la División Nutrition de Unilever River Plate, destacó: “Buscamos constantemente agregar valor desde el origen, fomentando una producción inteligente y responsable. La evolución hacia la agricultura regenerativa es un reflejo de la forma en la que concebimos la manera de producir”.

 

 

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