David Bisconti, un jugador de fútbol que llegó lejos (hasta Japón), pero eligió un campo (de su pueblo) como ?refugio? cuando se retiró
“Tuve la suerte de haber comprado el campo antes de dejar de jugar, y fue mi refugio cuando me retiré definitivamente del fútbol. Hoy te digo, me encantan los animales, trabajar con ellos, ir a exposiciones, la cabaña es algo hermoso”. Carlos David Nazareno Bisconti (digamos, David) nació en la localidad de Murphy, cerquita del
“Tuve la suerte de haber comprado el campo antes de dejar de jugar, y fue mi refugio cuando me retiré definitivamente del fútbol. Hoy te digo, me encantan los animales, trabajar con ellos, ir a exposiciones, la cabaña es algo hermoso”. Carlos David Nazareno Bisconti (digamos, David) nació en la localidad de Murphy, cerquita del polo agrícola de Venado Tuerto. Si bien sus padres no estaban vinculados directamente con el campo, se crió en un ámbito rural. Durante su infancia forjó dos sueños que por suerte pudo cumplir: ser futbolista profesional y volver al campo para ser productor.
La carrera como futbolista profesional la comenzó en Rosario Central, pero también jugó en Japón, Chile y España. En 1991 y 1992 también fue convocado para jugar en la selección argentina dirigida por entonces por Alfio Basile.
Tiene muchas páginas escritas con goles, pero también una inolvidable por lo extraña: en 1992 tuvo que ocupar el puesto de arquero al ser expulsado Roberto “Tito” Bonano. No sólo eso, le atajó el penal a Darío Scotto, de Platense.
En la charla que tuvimos para armar el capítulo 76 de Oli-Nada-Garcas “El podcast de tu vida”, hablamos de su historia vinculada al campo, de lo que significó y representa hoy para el y su familia trabajar y vivir allí. También aprovechamos y preguntamos por los mejores jugadores con los que jugó en su carrera, su comida favorita, series y películas. Pasen y lean…
-¿Cómo es tu historia vinculada al campo y la ruralidad? ¿Venís de familia de campo?
-Sí, la verdad es que yo siempre digo lo mismo. Por ahí mis padres no tenían campo, pero bueno, mi madre se crió en un campo de chiquita y siempre vivió en el pueblo. Viste que en los pueblos siempre, por una cosa u otra, te vinculás con el campo. Mi viejo tenía un restaurant ahí en Murphy. Además, tenía un tío que fabricaba pulverizadoras.
-Ah, ¿autopropulsadas?
-Sí. La marca era “Davilor”, por los nombres mío y de mi hermana Lorena. Él todavía no había tenido sus hijos y entonces le puso ese nombre. Siempre estuvo al lado mío insistiendo con que vaya a las pruebas para jugar al fútbol. Por otro lado, yo siempre tuve la idea, si llegaba a ser jugador de fútbol y ganar alguna moneda, de invertir en el campo. Y bueno, fue justamente lo que pasó.
-¿Y cómo era la vida de chico ahí en Murphy, un polo netamente rural, a 15 minutos de Venado Tuerto, ahí en el sur de Santa Fe? ¿Que hacías de pibe? ¿Qué te acordás de esa época?
-De chico lo que me acuerdo, en esos años, los 70 y comienzos de los 80 (yo soy nacido en el 68, en el 80 tenía 11-12 años), es que se abrió justo la escuela de fútbol infantil en el Club Centro Recreativo Unión y Cultura, de donde hemos salido varios jugadores profesionales como Mauricio Pochettino, Juan Pablo Caffa, los hermanos Gazanigga. Siempre me preguntan por qué salen tantos jugadores de un pueblo rural como Murphy y yo digo que por esa escuela.
-¿Y del campo? Infancia y ruralidad ¿Qué te acordás?
-En las vacaciones del colegio mis padres me mandaban a trabajar y en una de esas vacaciones, ya adolescente, recuerdo que trabajé un año en una veterinaria y en otro lado, en una tienda de venta de ropas de un vecino que tenía de la casa de mis viejos. Así que bueno, cuando trabajé con la veterinaria estuve mucho en contacto con el campo. Vacunábamos, cuidábamos los animales y todo eso, que es también lo que me gusta hoy del campo meto todas las fichas ahí con las vacas.
-Después nos vamos a meter con lo que hacés hoy en el campo, pero antes te quiero preguntar cómo surgió la oportunidad de ir a Rosario Central. ¿Cuántos años tenías, quién te llevó? ¿Como llegó a esa oportunidad?
-Bueno, la primera prueba que hicimos fue en realidad en el archirrival de la ciudad, en Newells. Tuvimos una prueba de nivel con dos o tres amigos del pueblo y yo fui uno de los que quedé. Nos decían que vayamos a entrenar en lo que quedaba de ese año y a principio del año siguiente nos iban a meter en la pretemporada.
-¿Cuántos años tenías?
-Y ahí yo había terminado justo 5º año, tenía 17 años, creo. Entonces nos presentamos en enero del año 86, hicimos unos días de fútbol, pero después nos dijeron que no había lugar, que volvamos al año siguiente porque tenían muchos jugadores en esa posición que jugaba yo, de delantero, que era el puesto que jugaba en Murphy.
-¿De delantero tipo nueve? Porque tu carrera la hiciste como volante central, como armador, de 10.
-Sí, nueve de área. Y bueno, me dijeron que volviera al año siguiente si quería. Viste la típica que te dicen para decirte andate porque ya tenemos todo lleno. Y bueno mi tío, el de las pulverizadoras que te conté, Oscar, me llevó a una prueba en River porque en ese momento estaba Daniel Gazzaniga, que era el tercer arquero de River. Estaban Pumpido, Goycoechea y él. Fui a una prueba, estuve en River una semana. Y me dijeron lo mismo, que vaya el año siguiente, porque ya tenían todo el equipo armado, que no tenía lugar.
-¿Y cómo llegás a Central?
-Bueno, y por medio de un amigo de Don Angel Zof, también uno de un pueblo por ahí cerca, conseguimos una prueba en Rosario Central. Ese día estaba Don Angel en la prueba (N de la R: Don Angel Zof es una eminencia en Central, tres títulos oficiales es el entrenador de Rosario Central más ganador en la era profesional de AFA, y es el que más partidos dirigió en el club de Arroyito, con 608 encuentros). Cuando terminó la prueba estaba Pascuttini (otro histórico de Central) y Don Ángel. Pascuttini me dijo que le interesaba que me quede pero si tenía lugar para quedarme. Y Don Ángel dijo “este chico se queda, hay que hacerle lugar en la pensión”. Así que bueno, para mí una alegría enorme. A la semana siguiente ya me vine para Rosario a sumarme a los chicos de Rosario Central.
-¿En esa prueba también fuiste de nueve, de delantero?
-Yo hice todas las inferiores, año 86 y 87 y después en tercera o reserva siempre jugando de nueve. Pero en el momento en el que hicimos el contrato había cuatro números nueve.
-¿Quienes estaban? ¿Te acordás?
-Pizzi, Uliambre, Santoro y yo. Éramos los cuatro categoría 68 y nos hicieron contrato a los cuatro. Después bueno, nos fueron acomodando en las posiciones y cuando debuté en primera me acuerdo que en la primera jugaba el “Pato” Gasparini de ocho, Cornaglia de cinco y de diez jugaba Jorge Díaz, porque el “Negro” Palma ya se había ido a River. Y el Pato Gasparini andaba lesionado con alguna molestia, no sé que tenía y Don Ángel me llama a una reunión solo y me dice si me animo a jugar de ocho. Un partido contra Boca de local era. Por supuesto que le dije que sí. Me dio un par de instrucciones e indicaciones lo que tenía que hacer y ahí debuté de ocho contra Boca y ganamos 1 a 0.
-¿Cómo fue el paso ese del pueblo a la ciudad? Porque Rosario, sin ser Buenos Aires, digamos, es una ciudad importante. ¿Cómo te adaptaste?
-La verdad es que no es fácil. Mis padres querían que estudie. Así que cuando me vine en el 86 a Rosario me anoté en la Facultad de Arquitectura, hice un año Arquitectura. Pero al año siguiente la dejé porque era mucho estudio y me pasé a ciencias económicas como para ser contador. El primer año vivía en la pensión de Rosario Central y en el segundo año uno de mis mejores amigos de Murphy, Oscar Estábile, que hoy es mi contador, se fue para Rosario. El tenía un departamento. Asique me fui a vivir con él. Hicimos un año de Ciencias Económicas juntos y después, ya en el 88, cuando debuté, ya me costaba mucho entrenar, viajar y estudiar y dejé todo. Ya mis padres tampoco estaban tan exigentes con el tema del estudio, asique me dediqué a pleno al fútbol.
-Hablamos del debut y de los comienzos. Ahora te llevo al final, ¿Te costó dejar el fútbol? ¿Cómo te adaptaste? Ahí aparece el campo, ¿no?
-Sí, la verdad es que se torna un poco duro. Yo creo que tuve la suerte de haber comprado el campo antes de dejar de jugar. Entonces un poco me ocupaba del campo y otro poco jugaba todavía mis últimos años en el club donde había surgido, Unión y Cultura. Ahí jugué mis últimos años, tuvimos la suerte de un año salir campeón de la liga venadense. Ya después cuando me retiré a pleno ya me dediqué al campo. Poner toda las pilas y las ganas en ocuparme del campo fue lo que me también me hizo ocupar el tiempo libre que tenía. El gran problema del futbolista cuando deja de jugar, con qué ocupar el tiempo libre. En mi caso, estaba resuelto.
-La última que te pregunto de fútbol. Armarme un podio con los tres jugadores que más te gustó jugar o con los que vos crees que son los mejores con los que vos jugaste.
-Ufff… Qué difícil. Jugué con muy buenos jugadores. Dejo de lado a alguno de la selección porque los de la selección son todos buenos. Ramón Díaz, el “Beto” Acosta y Juan Antonio Pizzi. He jugado con números nueve fantásticos. Tuve esa suerte. No me quiero olvidar del Pampa Biaggio tampoco. Delanteros goleadores. Una selección de grandes.
-Para algún pibe que no te haya visto jugar, comparado con alguno de los de hoy. ¿Como quien te parece que jugás o tenés características parecidas?
-Puede ser del estilo de julián Álvarez.
-Ah. Explosivo…
-No sé si explosivo, pero si con inteligencia práctica para saber cómo jugar. Y Julián Álvarez es goleador. Yo tenía ese recurso por mis comienzos de delantero. Era mediocampista, pero nunca me olvidé de mis principios cerca del área y del arco. Entonces era un volante con mucho gol. Sin ir más lejos, el año que estuvimos con el Beto Acosta en Universidad Católica de Chile salí goleador del equipo. Arriba del Beto. Siempre lo jodo con eso. Mac Allister también podría ser, que es un volante con gol. Aparte bueno, también me ha ayudado mucho la pelota parada, los tiros libres, penales y eso.
-¿Qué estás haciendo hoy en el campo? ¿A qué te dedicás?
-Hago un poco de todo, tengo cabaña de animales angus, participo en exposiciones y vendemos reproductores. Y después hacemos agricultura. Tengo dos campos, hacemos la parte contable con mi esposa. La idea era trabajar los dos campos, incluso hicimos una inversión en maquinaria para eso, pero este año, por algunos problemas que tuvimos, decidimos alquilar parte del campo y vendimos los fierros. Le pusimos riego. entonces se puede usar para producir semilla. Y a la otra parte del campo la trabajamos nosotros.
-¿Y qué te gusta de lo que hacés hoy? Viste cuando te levantás a la mañana pensando en algo de tu laburo y sentís satisfacción…
-Bueno, lo que me gusta mucho son los animales. Ir a verlos. Trabajar con ellos. La cabaña es algo hermoso. Atender los animales que van a exposición. Amansarlos, enseñarles a caminar, bañarlos, peinarlos. Es todo un trabajo que me gusta y que lo disfruto mucho. Y después ir a las exposiciones. También es algo que me llena porque lo compartimos con mi esposa, los dos juntos le metemos para adelante.
-¡Qué lindo que lo puedas compartir con tu mujer! ¿Y tus hijas? ¿Tres tenés no?
-Tres hijas, si. La mayor ya cumple 29 años, ingeniera agrónoma, vive en Europa, se fue para Hamburgo en 2019 a jugar a Europa, ya estaba recibida, y empezó a trabajar en una empresa de venta de agroquímicos y de fertilizantes. Estuvo un año ahí y ahora hace un año que está en Holanda, haciendo un máster en suelos. Y las otras dos, una de 24 estudiando abogacía y otra de 19 estudiando negocios digitales.
-Llegás a tu casa después de un día largo, complicado de laburo, ¿Cómo despejás tu cabeza? ¿Tenés algún hobbie?
-Lo más lindo que me puede pasar de volver un día cansado, pegarme un baño y tirarme en un sillón a ver fútbol (se ríe). Me encanta mirar fútbol, miro de todos lados, de todas partes del mundo y cualquier partido.
-Para la cocina ¿Qué tal sos? ¿Tenés algo que te salga bien rico?
-Vivimos en un departamento, en Rosario, ahí no tengo parrilla. En casa me gustan mucho las pastas. Pero con lo que puedo llegar a quedar bien es lo que he hecho varias veces, un salmón con papas rústicas al horno. Con eso que quedó bien, seguro.
-¿En algún país o ciudad que te haya gustado mucho y que recomiendes para ir?
-Sí. Japón, Japón. A todos mis amigos les digo que si pueden vayan. Estuve jugando seis años y medio. La verdad me gustó todo, la educación, el respeto, el orden, todo funciona. Pueden disfrutar de lo que quieran. Es un país prolijito. No se toca una bocina, no hay mala intención. A lo mejor deben tener algo que hagan mal. Que no lo sé o que no me di cuenta, pero la verdad que viviendo seis años y medio lo disfrutamos mucho y aparte aprendimos mucho de ellos.
-Y ahora al revés. Algún lugar que te gustaría conocer…
-Hay muchos países que no conozco y me gustaría conocer o que he ido pero que me gustaría conocer más porque he ido a lo clásico o de pasada: España, Italia, Francia, Inglaterra, Alemania.
-Si pudieses viajar en el tiempo, ¿qué te diría a vos mismo como consejo?
-Que disfrute más del fútbol de más joven. Porque empecé a disfrutar más del fútbol siendo mayor, a partir de los 26, 27 años. Siempre tenés mucha presión, y no lo disfruté tanto como de ahí en adelante. Me diría que sea más relajado y disfrute más ese camino que después no vuelve.
-No sé si sos de mirar series o películas, pero ¿Por dónde vas cuando miras algo? ¿Aventura, acción, de época?
-Mmmm… más estilo romántico y alegres. De risa.
-¿Y si pudieses tener algún superpoder cuál te gustaría tener?
-Mirá. con la crianza de nuestras hijas hemos hecho lo mejor que pudimos, pero me hubiera gustado tener el poder para que eso sea más fácil… jajaj… De ser más simple la enseñanza. Pero bueno, contento con lo que dimos o pudimos hacer.
-Te pregunté por la comida que te sale bien, pero ¿tu comida favorita?
-Pastas y asado.
-Si pudieses viajar en el tiempo, a algún momento en la historia de la humanidad. ¿A dónde irías?
-Me hubiese gustado estar en las tres finales del mundo que ganamos. La verdad es que las pude disfrutar a las tres. La del 78, la del 86 y la de 2022. Pero en ninguna de las tres estuve presente. Me hubiese gustado estar en las tres finales.
-La última. ¿Un tema musical para cerrar la nota?
-Me gusta mucho un tema de Coldplay, “Viva la vida”, que representa un poco lo que me gusta y lo que disfruto con mi familia.
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