Un bioestimulante a base de guano aviar les da fuerza a las economías regionales desde Entre Ríos
Una compañía de origen italiano se radicó hace cinco años en el país y le está sacando un importante provecho a este desecho de la cadena avícola entrerriana.
En reiteradas oportunidades, los márgenes de rentabilidad a la hora de producir en un campo alquilado, comparado con la producción en uno propio, modifican las decisiones agronómicas de los productores.
Algo de eso es lo que perciben desde Fomet Sudamericana, una compañía de origen italiano con más de 50 años de trayectoria en la producción de fertilizantes, y que desde hace cinco está en Entre Ríos con su planta de producción en Concordia. La zona del Litoral argentino es una región esencial para la producción avícola.
Dicha cadena productiva genera naturalmente enormes cantidades de estiércol aviar, también conocido como “guano”. Por eso, Fomet utiliza y aprovecha esa materia prima resultante para la producción en serie de bioestimulantes para la producción agrícola.
La reciente feria Sitevinitech en Mendoza fue el lugar donde la cadena de producción se mostró de manera conjunta y dio a conocer su gran potencial. Allí acudió también Oscar Rúa, representante comercial de la firma para toda la zona de Cuyo.
“Me interesó la variedad de cultivos de esta zona, que al ser producidos en menos hectáreas son mucho más intensivos y usan mucha mayor cantidad de insumos. La mano del ingeniero agrónomo aquí es mucho más importante que en las grandes extensiones como trigo, soja o maíz”, comparó en diálogo con Infocampo.
Fomet Sudamericana tiene su sede central en Verona, y también tiene presencia en 39 países. Se estima que en la actualidad factura aproximadamente unos 250 millones de euros al año en todo el mundo.
BIOESTIMULANTE A BASE DE GUANO AVIAR
“La firma originalmente vino al país para conseguir un bioestimulante que se hace junto a un laboratorio suizo francés, en la zona de Virrey del Pino, en La Matanza. Es un bioestimulante a base de aminoácidos muy fuerte. Primero se aprobó para exportarse y comercializarse en Europa, y recién hace dos meses nos salió acá en la Argentina, por esas cosas raras, que a veces Senasa te aprueba antes el producto para exportar que para comercializar en la Argentina”, explicó.
Luego siguieron con la producción en el país y apuntaron sus cañones hacia la vinculación con el guano.
“Es una enmienda, ya que como siempre en la Pampa Húmeda los niveles de materia orgánica han sido buenos, pero en los mercados regionales no es así y los niveles de materia son muy pobres, entonces, la fertilización en lo que sea para un cultivo se divide en dos aspectos: la parte física, la estructura que es lo que hace que la planta este cómoda, y la parte química, que es lo que hace a la parte de nutrientes que es lo que la planta puede absorber”, comentó.
Ubicarse en el norte entrerriano fue una jugada estratégica de la empresa: allí están al alcance de la producción a diario del estiércol aviar que se genera en la gran cantidad de galpones de producción. De ese modo, también, evitan ingresar en la lógica de las importaciones de ese mismo material desde la casa central en Italia y no dependen de autorizaciones a la importación.
“Si le ponés un químico al suelo ves la respuesta, pero a lo largo de los años los suelos se irán degradando. Por eso hoy productores de la pampa húmeda o Uruguay están empezando a ver mermas en la estructura del suelo, que es lo que les da estabilidad, y están viendo de aplicar enmiendas orgánicas que les dé esa estructura de suelo para que se pueda expresar”, analizó.
También sostuvo: “La fertilización química es más inmediata y se ve en el corto plazo. La de materia orgánica para mejorar la estructura y las condiciones de suelo muchas veces se empieza a ver en el mediano plazo”.
“Estás aportando un montón de ítems para la estructura del suelo que te mejorarán a lo largo la rentabilidad de los cultivos, porque muchas veces no pueden rendir porque el suelo esta agotado”, expuso.
Y comparó lo que es la producción en campo alquilado con el propio. Y su incidencia en la zona de Cuyo: “Generalmente en la pampa húmeda o en Zona Núcleo alquilás un campo y generalmente nadie te controla que hagas un control de reposición, porque extraés y el suelo viene de años de ganadería, tiene buen nivel de materia orgánica”.
“Acá en la zona externa a la pampa húmeda es distinto. Los productores son los dueños de la tierra y saben que si extraen y castigan mucho a los suelos después de 5 o 6 años el suelo estará muy pobre e hipotecarán su futuro”, cerró.
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