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Frutillas y arándanos: científicos de Córdoba van por un logro clave para mejorar las exportaciones

Fuente: Infocampo 07/05/2025 15:54:19 hs

Investigadores de la Universidad Nacional de Córdoba, en un trabajo con una empresa tecnológica de Santa Fe, desarrollan un kit para certificar la ausencia de virus en frutillas y arándanos, un requisito esencial para poder exportar estos alimentos.

Argentina es el segundo mayor productor de arándanos en América del Sur y el tercero de frutillas: exporta a más de 25 mercados internacionales y prácticamente toda su producción se vende como fruta congelada para fabricar mermeladas, salsas, jugos y licores.

Por ese motivo, contar con herramientas que faciliten y mejoren ese comercio exterior es clave para seguir ganando mercados y competitividad.

Eso incluye el aspecto sanitario y en tal camino se inscribe un importante logro en el que están trabajando científicos cordobeses: el desarrollo de un “kit” que permite certificar la ausencia de virus en frutillas y arándanos de exportación.

Vale recordar que, en la mayoría de los países, la vigilancia sanitaria no solo se circunscribe a los alimentos que se producen allí, sino también a los importados.

Entre otros aspectos, las normativas suelen exigir certificaciones que acrediten la ausencia de norovirus (NoV) y del virus de la hepatitis A (HAV) para todo elemento procedente del exterior destinado a consumo humano.

UN “KIT” DE SALUD PARA FRUTILLAS Y ARÁNDANOS

Según un artículo difundido por la publicación Unciencia, un problema para Argentina es que carece de regulación en este campo, y por eso no existen en el mercado kits nacionales de detección de virus en alimentos.

Para las firmas exportadoras, eso dificulta sobremanera cumplir con los requerimientos de los destinos donde intentan colocar sus productos.

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En la actualidad, diversos laboratorios en el país ofrecen ese servicio, pero con técnicas caseras (in house) y sin validación bajo las exigencias de la normativa internacional. Esto provoca una falta de trazabilidad en el proceso, así como una incapacidad de estandarizar los métodos.

Así, si bien es factible importar kits de detección de virus, estos no contemplan el tratamiento preanalítico de la matriz alimentaria, un procesamiento previo al análisis pero vital para garantizar la fiabilidad de su resultado.

Infografía elaborada y difundida por UNCiencia

Es en ese marco que, para subsanar la ausencia de un kit accesible, profesionales del Instituto de Virología “Dr. J. M. Vanella” (Inviv), de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba, junto con la firma DETx MOL trabajan en el desarrollo de un ensayo de detección molecular para norovirus, virus de la hepatitis A y virus de la hepatitis E en alimentos.

El proyecto fue uno de los cinco seleccionados para acceder a financiamiento del Fondo para la Innovación Tecnológica y Social de la UNC (FITS), que gestiona la Secretaría de Innovación y Vinculación Tecnológica de la UNC.

CIENCIA APLICADA A LAS FRUTILLAS Y LOS ARÁNDANOS

La meta del equipo es finalizar el proceso con un prototipo del kit que haya sorteado las pruebas de sensibilidad y especificidad, esté validado a campo y asentado en metodologías simples y robustas. Eso sentará las bases para la producción de los primeros lotes piloto.

En última instancia, la clave de la iniciativa es proveer al mercado una herramienta creada localmente, a precios accesibles y convalidada por las reglamentaciones internacionales.

La inclusión del virus de la hepatitis E obedece a dos motivos. Primero, porque es endémico en países como India y China. A nivel internacional, actualmente se analiza incluirlo entre los patógenos bajo monitoreo.

Segundo, porque existen evidencias científicas de su circulación en Argentina. Viviana Ré, la directora del proyecto, fue una de las investigadoras que hace una década confirmó su presencia en la provincia de Córdoba. En aquel entonces, su trabajo concluyó que al menos el 4,4% de la población había estado en contacto con él alguna vez en su vida.

De derecha a izquierda, María Belén Pisano (Subdirectora del Inviv), Diego Chouhy (Dirección de investigación, desarrollo e innovación – DETx MOL), Viviana Ré (directora del Inviv) y Germán Perez (Dirección técnica / Área de gestión de proyectos – DETx MOL)

UN DETECTOR DE HUELLAS DIGITALES GENÉTICAS

En este contexto, vale recordar que existe un sinnúmero de vías a través de las cuales un virus puede llegar hasta los productos que se consumen diariamente. Una es el agua que se utiliza para limpiar o regar plantas y verduras. Otra es la manipulación sin las precauciones apropiadas por parte de personas infectadas.

Si bien estas partículas patógenas no pueden reproducirse, son muy resistentes y bastan unas cuantas para desencadenar infecciones.

El kit diagnóstico en el que trabajan el Inviv y DETx MOL contendrá los reactivos tanto para la preparación de los alimentos (procesamiento preanalítico), como para su análisis (detección molecular de los virus por PCR). Incluirá, además, un protocolo detallado de los pasos y tareas a cumplir en cada instancia del procedimiento.

La elección de metodologías moleculares obedece a que ese tipo de análisis tienen una precisión extrema: están diseñados para detectar la presencia del código genético de los virus.

Infografía elaborada y difundida por UNciencia

Uno de los desafíos que ya resolvió el equipo es identificar múltiples virus y sus distintos genotipos de manera simultánea y en un único procedimiento. Técnicamente estos ensayos se denominan “multiplex” y ese abordaje es condición excluyente para que el kit sea comercialmente viable.

Dado que el ensayo rastrea el ácido nucleico de estos agentes patógenos, el primer paso en el proyecto fue construir una exhaustiva base de datos con su información genética y la de todas sus variantes a monitorear.

Esa tarea implicó relevar las secuencias de nucleótidos de cada uno de los genotipos en registros internacionales verificados, algo así como crear un álbum con sus huellas dactilares genómicas.

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Esa etapa ya concluyó y con esos datos se diseñaron y ajustaron los “primers”, componentes clave en la técnica qPCR (reacción en cadena de la polimerasa en tiempo real) que utilizará el kit.

Desarrollada en la década de 1980, la PCR se utiliza para amplificar material genético. En términos simples, genera millones de copias a partir de una sola molécula inicial. Su ventaja es la precisión. Por escaso que sea el ADN presente, será detectado y multiplicado exponencialmente hasta tornarlo visible mediante equipos especiales.

El artículo completo se puede ver en: https://unciencia.unc.edu.ar/innovacion/desarrollan-un-kit-de-analisis-para-certificar-la-ausencia-de-virus-en-frutillas-y-arandanos-de-exportacion/

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