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Neutralidad en el horizonte: el verano consolida pronósticos de lluvias normales

Fuente: Infocampo 02/10/2025 11:33:37 hs

La campaña agrícola 2025/26 comenzó bajo condiciones poco habituales. Tras un invierno húmedo, con lluvias intensas que provocaron anegamientos e inundaciones, los especialistas coinciden en que la primavera traerá variabilidad en la disponibilidad de agua.

Pablo Mercuri, director del Centro de Investigación de Recursos Naturales (CIRN) del INTA, explicó que el fenómeno El Niño-Oscilación del Sur (ENSO) se encuentra desde el otoño en fase neutral, aunque los modelos proyectan la posible presencia de un breve episodio de “La Niña” durante la primavera.

“Si bien este evento de enfriamiento puede afectar el clima durante esta época clave agronómicamente en la región este agrícola, es importante recordar que partimos de una situación de alta recarga del perfil en la gran mayoría de las zonas, a diferencia de otras campañas y primaveras con previsión de enfriamiento oceánico pero escaso almacenamiento de agua en el suelo”, puntualizó.

El exceso de precipitaciones de los últimos meses generó un escenario inédito en casi una década. “Esta situación produjo una elevada disponibilidad de agua almacenada en los suelos a nivel regional, condición que no se registraba desde la campaña 2015-16 y que representa un factor extremadamente positivo para la planificación de las siembras de cultivos de cosecha gruesa”, detalló Mercuri.

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En este marco, el especialista destacó que la humedad acumulada en los perfiles favorece la siembra de maíces tempranos y de ciclo largo en el centro del país, donde no se presentan limitaciones hídricas significativas.

A la vez, los cereales de invierno avanzan en pleno macollaje y encañazón en la zona sur bonaerense, y las pasturas muestran un vigoroso crecimiento con una abundante oferta de materia verde.

No obstante, el panorama no es uniforme. “Ciertas zonas enfrentan situaciones complejas”, advirtió Mercuri.

En particular, el centro, centro-norte y centro-oeste bonaerense —especialmente en la cuenca del Río Salado— acumularon eventos de lluvias de alto volumen que saturaron los suelos y provocaron anegamientos.

Aun así, el incremento de la evapotranspiración durante septiembre redujo parte de los excesos de agua superficial. “La situación requiere monitoreo continuo”, aseguró.

PERSPECTIVAS PARA LA PRIMAVERA

Más allá del exceso hídrico inicial, la atención ahora se concentra en cómo se distribuirán las lluvias en el corto plazo.

Según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), para el trimestre septiembre-octubre-noviembre, la zona sur y este de la Región Pampeana y el Litoral presentan un 40 % de probabilidades de registrar lluvias normales para la época.

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Natalia Gattinoni, especialista del Instituto de Clima y Agua del INTA, subrayó que “en términos estadísticos, por ejemplo, en áreas de Junín, Provincia de Buenos Aires, el rango normal de lluvias se encuentra entre los 220 y 320 milímetros, mientras que hacia Coronel Suárez el promedio esperado es de 170 a 250 milímetros”.

Sin embargo, advirtió que el volumen total no será lo único a seguir de cerca. “Desde el punto de vista agronómico, resultará clave la distribución de lluvias en el trimestre. Esta perspectiva trimestral no brinda información sobre cómo se dará esa distribución, por lo que la consulta de pronósticos a corto plazo será fundamental”, señaló.

En cuanto a temperaturas, Gattinoni precisó que es mayor la probabilidad de que los valores se ubiquen entre normales y más cálidos sobre el centro y este del país durante la primavera y el verano.

FACTORES GLOBALES

En tanto, vale recordar que los pronósticos climáticos no solo se explican por el ENSO. Desde el Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera (CIMA/CONICET-UBA) se advierte que el Dipolo del Océano Índico (DOI) también jugará un rol en los próximos meses.

Este fenómeno, que se prevé atraviese condiciones frías, suele asociarse con menores lluvias en la primavera sobre el este de la región agrícola argentina.

Así, el panorama de lluvias para gran parte del área agrícola se ubica entre normal y deficitario, especialmente hacia el norte del Litoral.

“Las producciones hacia el noroeste del país podrían verse favorecidas con la posibilidad de presentarse una primavera con lluvias entre normales y superiores, aunque con gran variabilidad espacial”, indicó Gattinoni.

En términos de temperaturas extremas, el Departamento de Ciencias de la Atmósfera y los Océanos de la UBA informó que son bajas las probabilidades de registrar olas de calor o de frío intensas. Sin embargo, la recomendación es seguir los pronósticos de corto plazo, donde se actualiza la información sobre la ocurrencia de eventos extremos.

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UN VERANO NEUTRAL, CON RESERVAS 

El horizonte de la campaña 2025/26 parece encontrar un alivio hacia el verano. Con la información disponible, los expertos del INTA consideran que durante los primeros meses de 2026 el ENSO y el DOI regresarían a una fase neutral, lo que aumenta las chances de lluvias normales e incluso superiores en el centro y este del país.

Este escenario, combinado con la alta recarga de los perfiles de suelo acumulada en el invierno, ofrece una base positiva para encarar la siembra y el desarrollo de los cultivos de cosecha gruesa.

“El balance hídrico actual presenta un panorama regionalmente favorable que abre oportunidades importantes para la campaña 2025/26, aunque con desafíos puntuales que requieren estrategias agronómicas, como el manejo por ambientes”, concluyó Mercuri.

Los especialistas coinciden en que la clave estará en la capacidad de los productores de adaptarse a la variabilidad y ajustar las decisiones en función de los pronósticos de corto plazo. De ese modo, el campo argentino encara una campaña marcada por la incertidumbre, pero también por una oportunidad histórica: sembrar con suelos cargados de agua, un recurso que muchas veces escaseó en la última década.

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