Pasión por el arroz: la familia entrerriana que le agrega valor a las aguas del Paraná
Los Varese son una histórica familia empresaria que se apasiona por el arroz y sus desafíos productivos. Desde hace tiempo integran el CREA La Paz, en la región Litoral Sur y permanentemente trabajan por la evolución y el progreso de un sector en pleno auge.
El desafío de una familia que se puso la camiseta de la innovación en una de las economías regionales más representativas de Entre Ríos, el arroz, es una de las últimas notas que sobresalen dentro de la plataforma de Contenidos CREA.
Duval Flores fue un visionario al comprar un establecimiento en el noroeste entrerriano, localizado a unos 20 kilómetros del Río Paraná, para comenzar a producir arroz con agua proveniente de esa fuente constante e inagotable. Hoy la tercera generación de la familia empresaria gestiona el negocio con nuevos desafíos.
El fundador de la empresa que hoy lleva su nombre –que comercializa arroz con las marcas Tacuarita y Don Bernardo– comenzó con una estación de servicio en La Paz para luego incursionar en la actividad agrícola con la meta de integrar la producción al importar de Brasil un molino arrocero que ubicó en esa ciudad entrerriana.
El emprendimiento iniciado por Duval lo continuaron su hija Ana Flores y su yerno, Eduardo Varese, quienes posteriormente cedieron el mando a sus cinco hijos, tres de los cuales trabajan en la empresa.
Con el arroz a la cabeza, los cereales rinden alto en las exportaciones 2025
“Tomamos el agua del río Paraná y la trasladamos a través de todo el campo, incluso cruzamos la ruta nacional 12; son más de 20 kilómetros de canales, con distintos puntos de bombeo hasta la zona más elevada, luego de lo cual el recurso se distribuye por gravedad hacia subcanales y calles de agua”, comenta Laura Varese, gerente general de la empresa. El agua sobrante luego es reconducida hacia el río.
EL ARROZ FLORECE EN LA PAZ
La pasión de los Varese por el arroz este año enfrenta un gran desafío porque el negocio no se encuentra en su mejor momento.
La campaña 2024/25 generó una gran producción que incrementó de manera significativa el saldo exportable del cereal en un contexto internacional de precios declinantes.
Si bien las condiciones climáticas son propicias, la Secretaría de Agricultura de la Nación estima que en 2025/26 la superficie de arroz a nivel nacional sería de 190.000 hectáreas, una cifra 17% inferior a la registrada en el ciclo anterior debido a los bajos precios de un producto que requiere una inversión importante.
“Además de precios de exportación bajos, el mercado interno de arroz está muy planchado con grandes stocks en manos de molinos, lo que hace que el negocio esté muy justo. En campañas como las actuales no existe la posibilidad de tener ningún margen de error”, explica la gerenta de la empresa.
Si bien deben producir un determinado volumen de arroz propio para abastecer al molino, en la próxima campaña la empresa aprovechará para disminuir el área del cereal y rotar lotes con cultivos en secano de trigo/soja de segunda y maíz.
ROTACIÓN PARA DIVERSIFICAR
Las rotaciones no solo se deciden en función de variables económicas, sino también climáticas, ya que el establecimiento cuenta con lotes elevados, intermedios y bajos, estos últimos comprendidos en gran parte en el ámbito de un pólder confeccionado en tierras de bañados.
“Tenemos una rotación bastante compleja, porque tenemos que estar mirando mucho el clima en cuanto si es Niño o Niña (fases ENSO), porque los campos bajos, si viene un año muy húmedo, van bien para arroz, pero se complican para agricultura de secano, y viceversa”, resalta Nicolás Gaynor, líder de producción en Duval Flores y cuñado de Laura.
El cultivo de trigo experimentó en los últimos años un crecimiento importante en la provincia de Entre Ríos de la mano de un paquete tecnológico que contribuyó a consolidar la sostenibilidad de los sistemas productivos de manera integral.
“Le hemos encontrado la vuelta al cultivo de trigo en nuestra zona y no solo estamos obteniendo rendimientos excelentes, sino también estables en el tiempo, con lo cual se tornó en un cultivo clave para consolidar la sostenibilidad de las empresas tanto en términos agronómicos como económicos y financieros”, comenta Gaynor.
EL USO DEL AGUA
En lo que respecta al uso de canales de riego para emplearlos en cultivos de trigo/soja de segunda y maíz, los integrantes del CREA La Paz –grupo del que forma parte Duval Flores hace ya una década– viajaron a Corrientes y al sur de Brasil para comenzar a estudiar la implementación de esa tecnología en el campo propio.
“Una de las primeras cuestiones que nos ayudó a entender el CREA es que teníamos que ser tan profesionales haciendo cultivos de secano como arroz; parece algo básico, pero estábamos acostumbrados a poner mucho el foco en el arroz y hacer el resto como se podía”, señala la entrevistada.
El arroz también es maleza y se volvió resistente: un inédito caso de transferencia genética
Luego de la consolidación del diseño agronómico de los cultivos de secano, también comenzaron a trabajar en la estabilización de los rendimientos de arroz, además de reducir a la mínima expresión la presencia de “arroz colorado” (Oryza spp), una maleza que representa una de las principales limitantes para el cultivo de arroz.
LA IMPORTANCIA DEL CREA
La red CREA además resultó de gran ayuda para trabajar en la gobernanza empresaria, un aspecto central para una organización conformada por la tercera generación de una familia empresaria, que tiene como objetivo seguir creciendo.
“Los aportes del asesor del CREA, Gabriel Guarino, fueron esenciales para comenzar a trabajar tres años atrás en la transformación de la cultura de la organización con el propósito de ser una empresa atractiva tanto para los accionistas como para los gerentes y colaboradores”, destaca.
Si bien la agenda de trabajo en la materia es amplia, ya se instrumentaron cambios en ese sentido, como la realización de un diagnóstico de clima laboral que derivó en la creación de un área de gestión de personas (“humanidades”), que está a cargo de Ana Varese, licenciada en psicología, quien se dedica no solo a trabajar en la transformación de la cultura de la empresa, sino también a mejorar la calidad de vida de los 80 colaboradores del grupo integrado por la estación de servicio, el establecimiento agrícola y el molino arrocero.
“El hecho de tener un referente enfocado en brindar soluciones al equipo de trabajo generó un cambio muy favorable en el clima laboral”, resalta.
SU VÍNCULO CON LA COMUNIDAD
Otra de las innovaciones implementadas es el proyecto denominado “Construyendo Comunidad”, en el cual se gestionan diferentes aspectos que hacen a la calidad de vida de los trabajadores y sus familias, como es el caso de la salud, educación y formación personal.
Entre los aspectos presentes en la agenda de trabajo también se incluyen la dinámica de funcionamiento de los órganos de gobierno de la empresa y los flujos de información hacia los accionistas, así como también el proceso de determinación de la estrategia de largo plazo, que está en plena fase de confección.
“Los grupos CREA tienen una metodología que te lleva a ir profesionalizando las diferentes áreas y procesos de una empresa; no me imagino estando fuera de la red CREA”, resume a modo de conclusión Laura Varese.
Seguir leyendo






