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Augusto Piazza, ingeniero agrónomo: “No me irrita la agroecología sino la forma en que quieren imponerla”

Fuente: Bichos de Campo 09/03/2021 11:57:20 hs

Últimamente se viene hablando mucho de producción agroecológica en contraposición a la producción convencional (con agroquímicos). Desde Bichos de Campo nos parece interesante entrevistar a expertos de ambas posiciones para que expliquen por qué creen en lo que creen y así poder reflexionar sobre este tema. Arrancamos esta “saga” con una entrevista al ingeniero agrónomo

Últimamente se viene hablando mucho de producción agroecológica en contraposición a la producción convencional (con agroquímicos). Desde Bichos de Campo nos parece interesante entrevistar a expertos de ambas posiciones para que expliquen por qué creen en lo que creen y así poder reflexionar sobre este tema.

Arrancamos esta “saga” con una entrevista al ingeniero agrónomo Augusto Piazza, docente universitario, evaluador de impacto ambiental matriculado y miembro de la Comisión Directiva de la Asociación Toxicológica Argentina.

-¿Por qué resulta irritante la agroecología?

-No es la agroecología sino a la forma en que quieren imponerla; en muchos casos hasta con agresiones por pensar diferente. Además, lo producido no es un mercado masivo: es caro y, al mismo tiempo, no cubre la inversión para algunos productores. Pero me parece que lo que más molesta es querer imponerla.

-Usted dice que esta forma de producir no está totalmente bien definida. ¿En qué sentido?

-Si tomamos en cuenta la legislación vigente, la resolución del Senasa pone como sinónimos orgánica y ecológica. Y realmente no es lo mismo: cuidar el suelo no pasa solamente por usar productos orgánicos ni por asociar plantas, es mucho más que eso. La agroecología, como la ecología, no separa al hombre del paisaje sino que lo suma. Por eso falta más difusión de conocimientos básicos sobre el tema. La agroecología involucra todo: desde el productor hasta el paisaje y se puede hacer agroecología utilizando productos químicos, se puede trabajar sin perjudicar al ambiente. Si lo tomamos en forma pura, no deberíamos sembrar dado que estamos alterando el ecosistema produciendo un impacto ambiental, por ende, habría que volver a ser recolectores y cazadores. Se debe conocer el tema para poder intercambiar ideas.

-En el marco de las críticas que recibe la producción convencional, ¿cuáles son los argumentos de la agricultura con agroquímicos? ¿Qué beneficios tiene respecto de una agricultura sin aplicaciones?

-Partamos de la base de que en la protección vegetal, además del manejo racional se pueden utilizar agroquímicos de síntesis o naturales para cualquier tipo de producción convencional u orgánica. Ambas necesitan productos autorizados y aprobados. Los beneficios están relacionados con la eficacia y la efectividad de los productos: el uso de una avispita para matar las larvas no solo es más caro sino aparentemente más lento para actuar y puede llegar a perderse parte de la producción. Otro ejemplo podrían ser los fungicidas para las micotoxinas (sustancias químicas naturales que producen ciertos hongos que están en los granos): estas micotoxinas causan la muerte de las personas que los consumen y actualmente la única forma de controlarlos es con sustancias de síntesis, no hay sustancias naturales. Así, comercializar maní con micotoxinas podría ser una sentencia de muerte porque no sé cómo se podría controlar estos hongos sin usar agroquímicos. Por eso que hay cosas que en orgánico no se deben hacer porque no se pueden comprobar o asegurar los resultados.

Entiendo que usted considera que los agroquímicos de síntesis bien aplicados son inofensivos. Ahora bien, ¿cree que es posible producir sin usar esos químicos?

-No, no es así. Las sustancias químicas tienen toxicidad: ningún producto es inofensivo ni inocuo, son términos mal usados; el gluten en el pan es inofensivo o inocuo para muchas personas pero muy dañino para los celíacos.  Las producciones sin el uso de sustancias químicas de síntesis o naturales se pueden dar para consumo familiar o pequeñas comunidades pero quien vive en la ciudad no puede producir sus alimentos, entonces para que llegue en condiciones sanitarias adecuadas se tienen que usar muchas herramientas.  Existe un producto que frena la maduración de las frutas, lo cual permite que lleguen en buenas condiciones a zonas lejanas.

-Muchos productores aseguran no aplicar nada de síntesis sino solamente productos elaborados con materia orgánica como abonos, bokashi, bosta de vaca…

-Yo les preguntaría en qué cultivos y a cuáles adversidades logran sortear. Por ejemplo, el carbón cubierto que está dentro del grano del trigo, ¿con qué producto llegan para controlarlo en la planta? La bosta de vaca tiene microorganismos de la materia fecal, que puede ir a las hojas de las hortalizas que se consumen… ¿cómo controlan la Escherichia coli?

-Usted afirma que no se puede pensar que lo natural no es tóxico y que, por ejemplo, el purín de ortiga también tiene toxinas. Ahora, ¿considera igual de inocuos para el suelo, la biodiversidad y la salud los productos de síntesis como lo de origen natural?

-Yo no lo digo, es la realidad: el veneno de la serpiente o de un escorpión o la toxina de la ortiga es natural. No tenemos que mezclar el suelo, el aire y el agua con respecto a la toxicidad directa a los animales, para esto está la ecotoxicología que toma en cuenta la toxicidad de la sustancia con respecto al ambiente. El glifosato queda retenido en el suelo y en menos de 60 días se degrada en carbono, hidrógeno, oxígeno y fósforo que son naturales… un detergente no se degrada y va directo a las napas, pudiendo producir problemas hormonales a quien beba de esa agua.

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-Usted afirma que la producción orgánica utiliza químicos. ¿Lo puede explicar?

-Usted lo puede verificar en el listado insumos permitidos para la producción orgánica, pero cuando habla de químicos, se refiere a químicos de síntesis porque el agua que se usa para regar también es una sustancia química. Las sales de cobre que se utilizan y están permitidas en la producción convencional y en la orgánica, se extraen de la chatarra y tienen tres impurezas permitidas en bajas concentraciones: arsénico, cadmio y plomo. El agua de riego de muchos lugares de la Argentina tiene arsénico, o sea que también lo están incorporando al cultivo sin necesidad de que provenga de un laboratorio. Así hay montones de casos.

-Recién mencionó a los detergentes y los problemas que causan. ¿Será que entonces debemos cambiar también esos consumos? Me refiero a que si pedimos que el campo no use químicos, lo mismo debemos hacer nosotros.

-Exactamente, la ley permite llamar biodegradables a muchos productos de uso doméstico, basta que un 20 % de su composición sea realmente degradable. Pero son disruptores hormonales, como las emanaciones de los combustibles en las estaciones de servicio, pero de eso no se habla y no le dicen a las chicas que expenden combustibles que tendrían que trabajar menos horas expuestas para no tener problemas posteriores en la concepción de un hijo, por ejemplo. Siempre contra el campo, sin ver lo que pasa a nuestro alrededor.

-Producir sin agroquímicos, ¿podría ser una manera de ocupar mano de obra y generar arraigo o es una fantasía?

-Se podría, pero ¿qué pasaría con una manga de langostas sobre un cultivo? ¿cuánta gente tendría que estar matando a mano esos insectos? Si usted saca la cuenta de cuántas personas se necesitarían para producir alimentos vegetales para toda la población argentina, descontando los chicos, ancianos y enfermos, el resto debería trabajar 8 horas diarias (sin fin de semana libre) en el campo, no habría otras profesiones a menos que alguien quiera intercambiar su producción de alimentos por una computadora, pero no habría gente trabajando para producir suficiente electricidad o insumos. Es fácil decir que se soluciona todo con lo orgánico, pero si todos trabajan la huerta, para que pueda comer la totalidad de los argentinos se acabaron las profesiones y los oficios. Todos estaríamos dedicados a producir en forma natural y ni siquiera tendríamos vacas porque ¿quién se va a ocupar de atenderlas? Hago esta reflexión basada en los comentarios extremos de los fanáticos.

-Hay un tema muy espinoso y es la salud.  ¿Usted puede afirmar que los agroquímicos no generan cáncer ni ninguna enfermedad?  

-No, ni lo uno ni lo otro. La exposición a una sustancia química se basa en la dosis y el estado de salud de la persona, por ejemplo si una persona es alérgica y lo pican las abejas se puede morir. Pero volviendo a los agroquímicos, creo que si se hacen las cosas bien la exposición a las sustancias es mínima.

-¿Por qué considera que hay tantas personas que dicen lo contrario?

-Los que dicen que las sustancias químicas de síntesis que se usan en el campo causan todos los problemas de salud, no conocen nada. El consumo de cigarrillo puede causar cáncer, el peluquero está expuesto a sustancias cancerígenas cuando tiñe el pelo, el consumo de mate está clasificado cancerígeno como el glifosato, sin embargo, ninguno de los cuatro países consumidores de mate, tienen el mayor número de casos de cáncer a nivel mundial.

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-¿Cómo es lo de mate?

-El Instituto Americano del Cáncer clasificó al glifosato como clase 2, es decir como “probablemente cancerígeno” y el mate como infusión, está en la misma clasificación como resultado de los ensayos de laboratorio que han realizado. Ahora bien, Uruguay Brasil, Argentina y Paraguay son los países que más consumen mate y no hay la cantidad de cáncer que debería haber. ¿Entonces como podemos decir eso del glifosato? Además, la invito a bajar de internet el Atlas Argentino del Cáncer que se actualiza todos los años, para que vea qué localidades tienen mayores casos (lamentablemente) y verá que no son precisamente provincias que hacen agricultura.

-Es como que se repiten frases entonces…

-Y sí. Es ir contra quien está más lejos o pensar que como tiene una camioneta cara hay que molestarlo. Muchas veces son campañas políticas… recuerdo el tema del yaguareté… cuántos años pagamos más caro el gas porque se paró un gasoducto porque un investigador del Conicet encontró una hembra, le puso un chip y luego despareció con los 140.000 dólares de donaciones que le envió una ONG, y todo se descubrió porque dejó de pagar el sueldo a un señor que paseaba una ternera con el aparato en la oreja. Todavía están buscando al investigador. La ONG recaudó millones permitiendo a la gente seguir el movimiento de la supuesta yaguareté y luego ni siquiera se pidió disculpas por haberle creído. Esto está disponible en un juzgado de Salta y en varios medios; hasta figura el número de expediente.

-Cuando comemos verduras o cereales que fueron producidos con agroquímicos, ¿es cierto o no que nosotros también estamos ingiriendo esos químicos? Se lo pregunto porque hay quienes dicen que así es.

-Las plantas toman del suelo, por ejemplo, plomo. Lo hemos investigado en la Universidad y un alimento puede tener restos de residuos de agroquímicos pero las autoridades han permitido el uso de dosis que por su baja cantidad no son perjudiciales para la salud. Por eso nosotros siempre hablamos de las buenas prácticas agrícolas, dado que al usar la dosis recomendada en la etiqueta y en el momento adecuado, sólo puede quedar un resto permitido. Esto se calcula en cada país o se toman los datos del Codex Alimentarius, que se basa en estudios de búsqueda de los residuos en los alimentos y en el estudio con animales de laboratorio que se les da a consumir esos alimentos en estudio.

-Finalmente: ¿Cuál considera técnicamente comprobada que es una distancia segura de aplicación en relación a una vivienda/caserío?

-Personalmente con investigadores del INTA Oliveros, de la Universidad de Mar del Plata, de la estación Obispo Colombres de Tucumán y con un asesor fitosanitario privado, sumado a un laboratorio de análisis químico, hicimos un trabajo inédito donde demostramos qué cantidad de producto llega a 40 metros de distancia en una aplicación con deriva (pero se puede trabajar sin tener deriva.) Concluimos que para aplicaciones aéreas y terrestres, con 100 metros es suficiente. La conclusión del trabajo según los análisis es que en las gotas llegaba casi 300 veces menos del producto que el aplicado sobre el cultivo, 299 para ser más exacto.

-O sea que 100 metros son suficientes…

-Sí, pero necesitamos controles verdaderos y castigos serios para aquellos que hagan las cosas mal y también para aquellos que mientan con respecto a los problemas que les pudo haber traído el agroquímico. Es la única forma de garantizar que los que no trabajan bien y los que aprovechan los supuestos daños al ambiente, no sean fuente de discordia y asusten con fantasmas a la gente jugando con su salud.

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