AgroRuralNoticias

En Alberti, el acopiador Eduardo Beraza es más conocido por su faceta como coleccionista, que lo llevó a transformar el antiguo Hotel España en un museo “de historias vivas”

Fuente: Bichos de Campo 25/10/2024 10:58:38 hs

En la localidad bonaerense de Alberti, al empresario y acopiador Eduardo Beraza se lo conoce casi tanto más por su faceta como coleccionista que por tu trabajo profesional. Y es que aquel hobby que mantiene vivo desde hace décadas, lo llevó a reconstruir un histórico hotel de esa ciudad, y a llenar sus 17 habitaciones

En la localidad bonaerense de Alberti, al empresario y acopiador Eduardo Beraza se lo conoce casi tanto más por su faceta como coleccionista que por tu trabajo profesional. Y es que aquel hobby que mantiene vivo desde hace décadas, lo llevó a reconstruir un histórico hotel de esa ciudad, y a llenar sus 17 habitaciones de innumerables historias dignas de un libro.

Para conocerlas, solo basta con pasar por sus oficinas a la vera de la Ruta 5, y con una sonrisa pedir un recorrido. Eso es lo que hizo Bichos de Campo al arribar al lugar, que en pocos minutos ya se encontraba en el salón principal de aquel edificio fundado en 1906.

“Quienes realmente hicieron historia con el Hotel España fueron los hermanos Rosón, que vinieron de ese país y se dedicaron al hospedaje y al restaurant en la parte de adelante. También contaba con mesas de juego. Y era un lugar emblemático porque todos los chacareros venían del campo los sábados, y a veces se quedaban hasta el domingo”, contó Beraza durante la entrevista, que todavía recuerda cómo era comer en aquel lugar.

“Veníamos cuando yo era muy chico, y en ese momento estaba vigente eso de los pobres y ricos. Los pobres comíamos de un lado y los ricos en el otro salón”, relató el coleccionista.

Por aquel entonces vivía junto a sus diez hermanos en el campo, y viajaba al pueblo para asistir a la escuela.

“En la primaria veníamos en sulky, me traían mis hermanas. Después el secundario lo hice viajando en bicicleta siete kilómetros todos los días. En ese momento, Alberti tenía muchos más habitantes que ahora, y mucha gente vivía en el campo. Hoy quedan muy pocas familias ahí”, señaló.

Y aunque considera que su vida es el campo, porque se dedicó de lleno a él y nunca lo dejó, su corazón se encuentra en el mundo de las antigüedades, a las que ya reunía antes de iniciar con su acopio en la década de 1970.

El abandono y posterior incendio de la estructura del Hotel España, tras el fallecimiento de sus dueños, le dio a Beraza la excusa perfecta para darle rienda suelta a aquella pasión suya por la historia.

“Hablar del Hotel España acá en Alberti era hablar de un lugar emblemático, y era una lástima que se perdiera luego del incendio que quemó prácticamente todo. Solo quedó la estructura de afuera. Toda la cuadra se hizo con ese mismo tipo de construcción y si quedaba abandonado a lo mejor construían cualquier otra cosa. Había que ponerlo en valor”, sostuvo el empresario, que para 2011 ya lo inauguró nuevamente.

Mirá la nota completa acá:

Primero fue un restaurant y luego, con la llegada de la pandemia, un refugio para sus vastas colecciones, a las que les fue dedicando distintas habitaciones del ex hotel. Aquel edificio hoy solo se usa como museo, y eventualmente alberga alguna reunión de Beraza y sus amigos.

“Todo lo que guardo acá son historias vivas. Hay cosas emblemáticas de Alberti, como un consultorio médico que tiene más de 103 años, y que está tal como el padre del doctor Chiesa se lo regaló en su momento”, relató el coleccionista, que convirtió una de las habitaciones en la oficina de un médico.

Otra de ellas se convirtió en el “Salón Ricardo Bochini”, a la que destino todo lo que pudo reunir de aquel ex jugador de fútbol. También armó una barbería clásica, con todos los muebles que supieron integran la de Quito Pontieri, padre de un gran amigo suyo.

“Me regaló casi todo lo que tenía en la peluquería y lo tenemos en exhibición. Incluso llegué a armar todo un almacén de ramos generales casi perfecto. Lo traje todo de un edificio que todavía incluso existe”, señaló Beraza.

-Lo suyo casi que excede el hobby, porque parece que lo hace para compartirlo. ¿Es así?- le preguntamos.

-Sí, lógicamente. Aparte yo digo que esto es un museo que es del pueblo. Aunque mucha gente de Alberti no lo conoce increíblemente. Pero hay gente que ha venido de Río Gallegos especialmente a conocerlo. Hay mucho, al que le gusta puede pasarse un día entero o más si quiere verlo todo.

-¿Cuál es el objeto más entrañable que tiene?

-Lo más entrañable que tengo es una bicicleta de Casa Gutiérrez. Cuando iba a la escuela en tercer año, en lugar de irme al salón me fui al baño, y había conseguido un cigarrillo y un encendedor. Fue el único cigarrillo que me puse en la boca en mi vida. Prendí el cigarrillo y cuando lo veo venir al director, que me había visto irme al baño, tragué el humo y me agarró un ataque de tos. Entonces el director me dice “cuando se le pase la tos señor Beraza, pase por la dirección”. Al llegar, me dice: “¿Sabe para qué va a servir usted? Para repartir aceite y azúcar de Casa Gutiérrez”. Y justo ese día saliendo de la escuela, veo venir al repartidor de ese comercio, con viento, de saco de cuero y gorra de cuero, pedaleando en esa bicicleta cargada de mercadería. Y es esa misma bicicleta que tengo aquí.

-Además de esa, ¿qué otra historia le gusta?

-Hay mucho. Tengo toda la historia de Alberti, que la tenía un amigo y al fallecer su esposa me lo regaló. Ahí tenemos diarios desde el año 16, que fue el primer diario que se hizo aquí, hasta en nuestros días.

-¿Qué debe hacer alguien que quiere conocer este museo?

-Llamarme por teléfono o pasarme a buscar por la oficina en el acopio, que estoy siempre. Realmente pueden venir todos.

Pero a continuación, confesó: “Las escuelas a veces no me gusta que vengan en grupo, porque viene chico al que le interesa mucho y otro al que no le interesa nada, y no la pasan bien”.

-¿Cómo se imagina a Alberti en 50 o 100 años?

-Y es muy difícil. Yo pienso que ahora la tecnología prácticamente nos ha invadido, pero que en algún momento los libros van a volver, y se leerá nuevamente. Hoy no se lee en realidad.

-¿Y se lo imagina con el Hotel España?

-Yo pienso que sí.

-Alguien se va a tener que ocupar.

-Alguien se va a tener que ocupar. Está declarado patrimonio municipal y si está desde 1906. La parte de afuera está intacta, así que va a aguantar, calculo que unos 100 años más.

En el pequeño pueblo de Plá, Mario “Quico” Ciccociopo es el guardián de los secretos de la herrería agrícola, un auténtico oficio de artesanos al que aún le ve futuro

La entrada En Alberti, el acopiador Eduardo Beraza es más conocido por su faceta como coleccionista, que lo llevó a transformar el antiguo Hotel España en un museo “de historias vivas” se publicó primero en Bichos de Campo.

Seguir leyendo


Noticias recientes